El Barcelona, que a base de récords y títulos acapara los elogios del fútbol mundial, parece empeñado en hacer bueno el tópico de que las ligas son muy largas. El empate sin goles del equipo de Luis Enrique ante el Espanyol (0-0) permite al Atlético de Madrid y al Real Madrid seguir aspirando a conquistar el título. A los blancos, y concretamente a su entrenador, les da además un respiro en el ambiente cargado con el que el Santiago Bernabéu despidió el año pasado.
El Madrid estrena 2016 donde estrenó 2015, pero en una situación opuesta. Nadie esperaba el annus horribilis: acababa de proclamarse campeón del mundo de clubes, cerraba un año espectacular (décima Copa de Europa y Copa del Rey incluidas) y ostentaba una racha de 22 victorias consecutivas. La prensa se dejaba arrastrar por el entusiasmo desenfrenado y especulaba con que el Madrid de Carlo Ancelotti podía superar al Barça de Pep Guardiola a lomos de la ‘BBC’. Meses después, el debutante Luis Enrique y la ‘MSN’ lograban la hazaña de conquistar un triplete. El entrenador italiano, favorito de los jugadores, era despedido.
La caída de Ancelotti comenzó en Valencia. Aquel 4 de enero el equipo ché remontó merecidamente un gol de Ronaldo y dejó al Madrid sin un récord de victorias histórico. Una semana después, los blancos fueron eliminados de la Copa del Rey por el Atlético de Madrid. Este 3 de enero de 2016, tras haber superado con suerte dos ‘match-balls’ en casa contra Rayo Vallecano y Real Sociedad, Benítez vuelve al que fue su estadio al frente de un equipo dubitativo, que no domina los encuentros, dependiente de la contundencia goleadora de una ‘BBC’ cuya apatía cuando el equipo no tiene el balón desacopla sus mecanismos colectivos. Benítez es criticado por defensivo, pero el Madrid ha encajado un gol más que el desorientado Valencia (décimo clasificado) en lo que va de Liga.
La sombra de Ancelotti
El Real Madrid eligió al técnico madrileño para hacer trabajar a una plantilla fuera de punto (“deteriorada”), refrescar a los futbolistas esenciales con rotaciones y consolidar tácticamente al equipo. Ha pasado medio año y Cristiano Ronaldo no ha sido suplente ni un solo minuto en Liga y Champions. Ha habido una veintena de lesiones musculares desde agosto. No se perciben grandes innovaciones respecto a la época Ancelotti y la alineación titular es, de hecho, muy similar a la del italiano. Su juego, sin embargo, no gusta a los aficionados; hay pitadas todos los domingos en Chamartín, donde se añora incluso a José Mourinho.
El vestuario no cierra filas detrás del técnico y en otras esferas se discute cómo juntar a un equipo partido por la mitad: en concreto, cómo poner cuatro centrocampistas si ello implica sacrificar a un miembro de la sacrosanta ‘BBC’. Ronaldo bate récords goleadores en Europa, Bale le metió cuatro goles a un Rayo Vallecano con nueve jugadores y Benzema marca más que ninguna otra temporada, pero el equipo llega a Valencia persiguiendo en la clasificación a un Barcelona que le humilló en el ‘Clásico’ y al aguerrido Atlético de Simeone.
Neville no ha ganado todavía
Benítez regresa al estadio donde consolidó su carrera (ganó dos Ligas y una Copa de la UEFA) sin margen de error. Sólo un triunfo prolongaría su situación contractual en el banquillo más difícil de España (y quizá del mundo), donde tampoco aparece un recambio inequívoco a fecha de hoy. Enfrente está Gary Neville en su primer reto como técnico. El Valencia aún no ha conseguido la victoria desde que se fue Nuno y en Mestalla se espera un ambiente caldeado para saludar el año.
El inglés sigue en fase de pruebas. Ha dispuesto formaciones con cinco defensas (dos carrileros) y dos puntas, pero viene de perder en Villarreal y el valencianismo espera cambios. El entrenador ultima la recuperación de Gayà, Parejo, Feghouli o Mustafi para apuntalar un once de referencia. El Madrid, ante la baja de Carvajal y el renqueante Sergio Ramos, repetirá probablemente la formación que derrotó a la Real Sociedad el pasado miércoles, con la duda del ofuscado James Rodríguez. El colombiano vive su momento más convulso en el conjunto blanco tras su desencuentro con la Policía por conducir a 200 km/h. Su entrenador le defendió en la rueda de prensa previa al duelo contra el Valencia: "Es un buen chico, serio y nos ha dado las explicaciones correspondientes".
El pasado 7 de febrero, cuando el Madrid fue arrasado en el Vicente Calderón (4-0), el conjunto blanco continuaba siendo líder, pero se precipitaba al vacío. “Lo primero es pedir perdón a la afición por no estar a la altura los 90 minutos. Ha sido un partido muy malo”, afirmó Carvajal en la zona mixta. Horas después, los jugadores blancos se divertían en el fiestón de cumpleaños de Cristiano Ronaldo y el cantante colombiano Kevin Roldán les traicionaba publicando las famosas fotos. Aquella crisis del Madrid, que sigue sin cerrarse, comenzó en Valencia. Los blancos estrenan 2016 donde estrenaron 2015 y sólo ha cambiado un actor: Rafa Benítez. Es su tercer match-ball, cuestionado por casi todos, para aferrarse al sueño de su vida. Un partido apasionante para empezar el año.