El Arsenal claudicó a los pies de Diego Costa y para eso le bastaron 68 minutos. Sólo una lesión le impidió completar su gran actuación hasta el final del partido. Se marchó con el gol del partido, la roja de Mertesacker y las alabanzas de sus compañeros, a los que no paró de generar ventajas. Diego Costa ha vuelto. Mejor dicho, Guus Hiddink nos ha devuelto a Diego Costa. Seis goles en seis partidos, de los cuales tres abrieron el marcador. El último de ellos fue el que sepultó al Arsenal y permite que el técnico y John Terry lancen el órdago afirmando que “acabar entre los cuatro primeros es posible”.
El cambio de entrenador ha sido un soplo de aire fresco para muchos jugadores que han recuperado su mejor versión. Cabe destacar un nombre por encima del resto: Diego Costa. El delantero lleva seis goles y dos asistencias en seis partidos con Hiddink al mando, cifras superiores al pobre bagaje con José Mourinho esta temporada (cuatro goles y cuatro asistencias en 20 partidos), que le llegó a relegar al banquillo. Un rendimiento que cuenta con el reconocimiento público del entrenador, destacando la mentalidad del atacante: “Prefiero jugadores a los que a veces haya que controlarles y decirles ‘un poco menos’ que aquellos a los que hay que empujar”.
A Diego Costa no hace falta presionarle. De hecho, ese exceso de ímpetu está remolcando al equipo londinense fuera del fango. Los dos goles en el debut de Hiddink ante el Watford llevaron su firma. Desde entonces, ha anotado en la visita al Crystal Palace, en la eliminatoria copera contra el Scunthorpe y en las últimas jornadas de Premier ante Everton y Arsenal.
El 0-1 de este fin de semana supone el punto álgido desde la llegada de Hiddink al banquillo del Chelsea. Una victoria pragmática y gris, con un partido poco vistoso, convirtiendo al Arsenal en un equipo mucho más plano de lo que en realidad es. Una declaración de intenciones que sirve de bálsamo, pero no cierra la herida abierta en la tabla: el Chelsea es decimotercero. La clasificación es el dedo acusador de este proyecto en el que las estrellas van volviendo poco a poco.
Aunque hablar del regreso de Diego Costa va más allá de los goles, su producción está llena de intangibles, de peleas alejadas de las estadísticas y de compañerismo. Esta versión del Chelsea más ágil con balón aprovecha tanto su movimiento al espacio como el juego de espaldas del internacional español.
Su capacidad para hacerse inamovible en la frontal como si fuera un pivote de balonmano mejora a sus compañeros, en especial a Willian, quien se ha convertido en su socio más fiable, volcando el juego a la derecha. Precisamente de esa zona han llegado cuatro de los últimos cinco pases de gol a Diego Costa.
Qué ha cambiado en el Chelsea
El conjunto blue se ha encontrado con un periodo de estabilidad atípico en su temporada (siete partidos sin conocer la derrota), destacando una victoria en el Emirates que puede marcar un punto de inflexión. Hiddink optó por simplificar el fútbol del Chelsea sabiendo el contexto de emergencia en el que aterrizaba. “Si estoy aquí es porque las cosas no van nada bien”, afirmó el entrenador holandés. Su propuesta se basa en una mayor sencillez en su juego, algo que sostiene Diego Costa.
El ex del Atlético de Madrid es una máquina de generar espacios, de pelear balones que siempre devuelve en mejores condiciones y, sobre todo, de crear peligro con desmarques constantes. Sabiendo eso, el Chelsea de Hiddink ha encontrado varios caminos para resucitar a Diego Costa.
Estamos hablando de un proyecto todavía en reestructuración, en el que los goles del delantero hispanobrasileño tapan parches. La fórmula se inicia en el limitado John Obi Mikel en la medular, para liberar a un todavía irregular Cesc de trabajo defensivo y acercarle a Willian en campo rival. Tanto Fábregas como el brasileño son los jugadores ideales para leer los movimientos al espacio de Diego Costa. Así llegó la acción que provocó la roja a Mertesacker, que encarriló la victoria en el Emirates.
No es casualidad ver al mejor Diego Costa en el momento de menos protagonismo de Eden Hazard. La estrella belga está teniendo un año nefasto. Todavía no ha marcado en 28 partidos con el Chelsea y sus conducciones ralentizaban los ataques del equipo. No cuajaban con los desmarques del de Lagarto, así que queda pendiente la manera de encajarles en las próximas semanas.
Dentro de este estado de emergencia, Guus Hiddink ha encontrado en Diego Costa el camino más rápido hacia los puntos. Los blues han conseguido 10 de los últimos 18 en Premier, suficiente para ir alejándose tímidamente de los puestos de descenso.
El cuadro de Londres está lejos de su nivel. Continúan siendo un equipo cogido con alfileres pero con más soluciones y, sobre todo, con mayor rapidez con el balón, algo que agradece el instinto del ariete para desmarcarse. Hiddink apuesta por Diego Costa y él responde. Una mejoría que para el delantero centro de la selección puede ser vital viendo cómo aprieta la competencia a escasos meses de la Eurocopa.