Según el derecho internacional, se producen "trabajos forzados" cuando una empresa, proveedora de mano de obra en este caso, amenaza con sancionar a sus trabajadores migrantes para obligarles a trabajar, retiene su paga, entrega a sus trabajadores a la policía o impide que salgan del país.
Hoy día esto sucede y, según denuncia Amnistía Internacional en un amplio informe, sucede cada día ante los ojos de la FIFA y de todos los estamentos futbolísticos que permiten que siga ocurriendo en la construcción de los campos destinados a albergar el Mundial 2022 en Qatar.
Basado en 132 entrevistas con trabajadores de Estadio Khalifa, destinado a albergar una de las semifinales de la Copa del Mundo de 2022, y otras 99 entrevistas realizadas a los trabajadores del complejo deportivo Aspire Zone, donde este invierno se han refugiado Bayern Múnich, Everton o Paris St. Germain, AI llegó a la conclusión de que todos ellos denunciaron abusos de una u otra clase.
Un listado de los abusos cometidos incluiría los siguientes:
1.- Denegación por parte de los empleadores del permiso de residencia o su renovación, algo que les deja expuestos a sufrir detención y expulsión como trabajadores “fugados”.
2.- Confiscación del pasaporte y denegación de permisos de salida a los trabajadores por parte de los empleadores, para que no puedan salir del país.
3.- Amenazas por denunciar sus condiciones.
4.- Alojamiento precario y en condiciones de hacinamiento.
5.- Obligación de pagar elevadas tasas (de 500 a 4.300 dólares estadounidenses) a contratistas en el país de origen para conseguir empleo en Qatar.
6.- Engaño en cuanto al salario o al tipo de trabajo ofertado (todos los hombres, excepto seis, ganaban un sueldo inferior al que se les había prometido a su llegada; algunos cobraban incluso la mitad).
7.- Impago del salario durante varios meses, lo que ocasiona dificultades económicas y problemas emocionales a unos trabajadores que ya soportan un fuerte endeudamiento.
Según el informe de AI, los trabajadores, en su mayoría de Bangladesh, India y Nepal, realizaron las entrevistas entre febrero y mayo de 2015, aunque la propia organización volvió a Qatar en febrero de 2016, cuando a algunos de los trabajadores los habían trasladado a un alojamiento mejor y la empresa les había restituido los pasaportes, aunque no se había buscado una solución a otros abusos.
El patrocinio o 'kafala'
El sistema qatarí de patrocinio, llamado kafala, por el que los trabajadores migrantes no pueden cambiar de trabajo o abandonar el país sin permiso de su empleador (o de su “patrocinador”), es el causante principal de las amenazas para obligar a la gente a trabajar. La anunciada reforma del sistema de patrocinio que se hizo pública a finales de 2015 no servirá de mucho para alterar la dinámica de poder entre los trabajadores migrantes y sus empleadores.
De hecho, algunos de los trabajadores nepalíes contaron a Amnistía Internacional que ni siquiera les permitieron visitar a sus seres queridos después del terremoto de abril de 2015 que asoló su país y que dejó miles de muertos y millones de personas desplazadas.
“Mi vida aquí es como estar en una cárcel. El trabajo es duro, trabajamos muchas horas bajo un sol abrasador. La primera vez que me quejé de mi situación, al poco de llegar a Qatar, el gerente dijo: ‘Si quieres quejarte, adelante, pero habrá consecuencias. Si quieres quedarte en Qatar, cierra la boca y sigue trabajando", relata en el informe un trabajador metalúrgico de la India que trabaja en la reforma del Estadio Khalifa.
Tras las primeras informaciones sobres las condiciones infrahumanas de los trabajadores en Qatar, el Comité Supremo para la Entrega y el Legado, organismo responsable de la Copa del Mundo de 2022 publicó en 2014 las Normas de Bienestar de la Copa del Mundo, que obligan a las empresas que trabajan en proyectos para la Copa del Mundo a proporcionar normas para los trabajadores mejores que las previstas por el derecho qatarí. Normas que, según AI, no se cumplen en absoluto.
Petición de ayuda a la RFEF
La sección española de Amnistía Internacional se dirigió por carta al presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, el pasado 19 febrero para pedirle que ejerza su influencia en la FIFA en relación con la explotación de trabajadores migrantes en el contexto de la Copa del Mundo 2022 de Qatar. Todavía no se ha recibido respuesta.
La organización ha instado a Villar a que manifieste su apoyo para que la FIFA implemente medidas eficaces para permitir identificar, prevenir y mitigar posibles abusos contra los derechos humanos en relación con los Mundiales actuales y futuros eventos de la FIFA. Las medidas incluirían el acceso a una reparación justa para las víctimas. En el caso concreto de Qatar, deben ser medidas efectivas para garantizar los derechos de la población migrante en el contexto del Mundial de 2022.