Fue un 4 de enero de 2015 cuando los cimientos del Barcelona temblaron. En Anoeta, precisamente el campo que visitará el próximo sábado, el proyecto de Luis Enrique se hundía a los seis meses. Sin saber aun cómo cambió aquello, aunque con el mejor Messi de siempre, el Barça completó su segundo triplete cinco meses más tarde.
Fue la última vez que las dudas entraron en la ciudad Condal. Desde entonces, el conjunto azulgrana no se ha visto en una situación incómoda. Todo era un camino de rosas, con las críticas a favor y con un ambiente de repetición de triplete. No ganó todo, porque sería entonces un equipo de extraterrestres, pero desde octubre no conocía la derrota. La última vez que cayó fue el 3 de octubre, en el Sánchez Pizjuán. Seis meses después, o lo que es lo mismo, 39 partidos, hincó la rodilla.
Controlar el optimismo
Lo primero por saber es si El Clásico será una derrota más, que puede entrar en los planes por la enjundia del rival, o un golpe que va más allá del 1-2. Lo decía Piqué tras el partido. "Faltan dos meses de competición, que no caigamos en un bajón", avisaba el central culé. Porque las sensaciones son ahora de duda.
No se puede tampoco obviar todo lo que rodeaba al Barça. Habían entrado en una espiral de optimismo, fruto de la imbatibilidad. Nadie en el barcelonismo hubiera apostado porque esa racha triunfal fuera eterna, pero todo acabó de la manera más dolorosa. Cuando muchos soñaban con otra goleada al Madrid, con Piqué y sus famosos Periscope como símbolo de la alegría, llegó Cristiano para asestar un golpe que en estas semanas veremos si solo se trataba de un simple gol.
Ese puede ser el gran triunfo del Real Madrid: hundir moralmente a su rival. La victoria de los de Zidane refuerza a los blancos y les acerca a una Liga que aun se ve difícil, pero devuelve a la Tierra a su eterno rival. Se pasa en un día del optimismo exagerado por repetir triplete al ¿y si no somos tan buenos? Y ocurre en el tramo más importante, cuando más hace falta la cabeza, además de las piernas.
Lo segundo por dilucir es si el Barça es tan consistente y rocoso como se creía. Cuando se está 39 partidos seguidos sin perder, sería temerario afirmar que no ha sido un equipo fiable, pero la realidad es que en este tiempo ante los grandes equipos, sufrió. Ante el Madrid, derrota. En Villarreal, empate con ayuda arbitral. Al Atlético, y con nueve jugadores el equipo rojiblanco, ganó por la mínima. Mismo resultado ante el Sevilla. Es decir, el rodillo que ha sido el equipo culé, en los grandes partidos no fue tanto.
El Atleti y Anoeta juzgarán el golpe del Clásico
Lo primero que le llega al Barça es la Champions. Y lo hace este martes, sin tiempo de reacción. Se encuentra la prueba más fuerte que le queda en esta temporada: el Atlético de Madrid. Además lo hace con un cartel que debe preocupar a los culés. El mismo día que perdían ante el Madrid, el Atleti se 'emborrachaba' ante el Betis.
Los precedentes para el Barça si son de optimismo, ya que Luis Enrique ha ganado todos sus duelos a Simeone. Si el argentino tiene una bestia negra ese es el técnico asturiano, que desde que llegó al club catalán le ha vencido seis veces. Pero también conviene recordar que en el único enfrentamiento en Europa entre ambos, en 2014, se lo llevó el Atlético. Y además fue en unas circunstancias muy similares a estas: en cuartos, con el partido de ida en el Camp Nou (0-0 fue) y el de vuelta en el Calderón (1-0).
En Liga, aunque quede poco, tampoco deberían descuidarse y más justo ahora tras el batacazo en el Clásico. El sábado viajará a San Sebastián, la ciudad que peor se le da en los últimos años. Si ganan allí, la Liga estará finiquitada pero si no lo hacen... además de dejar abiertas las dudas mencionadas, el futuro será muy movido. Después recibirá a un Valencia inmerso en el descenso, más tarde viajará a Coruña, tendrá la visita del Sporting, partido ante el Betis en el Villamarín, derbi contra el Espanyol y acabará la Liga en Granada.
Con el Atlético a cinco y el Madrid a siete, se hace vital un pinchazo del Barça en Anoeta si es que los dos equipos madrileños quieren creer en la Liga. Junto a la eliminatoria de cuartos, ese partido se presenta decisivo más para las sensaciones que para la Liga y sus derivados.
Puede ser esta semana que arranca la única en la que el equipo de Luis Enrique se vea contra las cuerdas. De nada servirían todos los récords si en el tramo importante se vienen abajo. No parece que ocurra eso, ya que tiene mucho ganado, pero el Real Madrid ya ha podido ganar algo: dejar en duda a su rival. Abril dictará sentencia.