En la memoria queda aquella final de Copa de Europa del 74. Aquel gol de Luis Aragonés, el empate de Schwarzenbek y la derrota en el segundo partido (4-0). Ese oscuro precedente es el único entre Bayern de Múnich y Atlético. Pero ambos equipos se volverán a ver las caras este miércoles en las semifinales de la Champions League. Aprovechando el enfrentamiento, EL ESPAÑOL mantiene una conversación con Miguel Reina y Javier Irureta antes del partido, dos de aquellos héroes sin corona que estuvieron en Heysel.
A la final contra el Bayern llegáis después de batir al Dinamo de Bucarest (2-4 en total), al Estrella Roja (0-2 en total) y al Celtic (0-2 en total). ¿Cómo fue aquel camino?
Javier Irureta: El Dinamo era siempre uno de los grandes clubes de Rumanía y tenía muy buenos jugadores, como Lucescu. Y luego del Estrella Roja no tengo demasiados recuerdos. De la que sí tengo memoria es de la eliminatoria contra el Celtic: allí nos expulsaron a varios jugadores y luego en el Calderón fuimos muy superiores y nos presentamos en la final.
Miguel Reina: El Atlético vivió un gran momento de esplendor y recuerdo que llegamos a la final jugando muy bien y tras un gran partido contra el Celtic. Entonces éramos uno de los grandes equipos de Europa.
¿Cómo se viven los días previos a una final de una Copa de Europa?
J.I: No lo sé. Recuerdo que Juan Carlos (el entrenador) hablaba mucho, contaba anécdotas y que estuvimos en un hotel fuera de la ciudad. Estábamos con la moral muy alta.
M.R: Y con mucha ilusión. Estar allí es lo que todos habíamos soñado cuando éramos niños ¡y estábamos a 90 minutos de hacer historia! Pero sabiendo que teníamos los deberes hechos. Y, por otra parte, hubo muchos españoles que habían emigrado y fueron al hotel. Estuvimos allí con ellos.
¿Cómo se desarrolló el partido?
J.I: Soñamos durante un tiempo que éramos campeones de Europa, con aquel gol magnífico de Luis y jugamos muy bien.
M.R: El Atlético hizo uno de los grandes partidos de su historia. Y, con todos mis respetos, vimos una tarde preciosa de fútbol. Pero aquella jugada…
Con el gol de Georg Schwarzenbek…
J.I: Fue un jarro de agua fría. Gárate siempre me recuerda que le hicieron falta. Él fue a conservar la pelota al banderín de córner y allí le pegaron una patada, cogen la pelota, Beckenbauer se la da a Schwarzenbek, éste se lleva la pelota y le pega…
M.R: Y fue una jugada desafortunada. Entró por el palo derecho, cuando la vi, la tenía encima y no pude hacer nada.
¿Y cómo se vivieron esos dos días antes de repetir la final y el propio triunfo del Bayern?
J.I: Yo no pude jugar el segundo partido. No era un jugador de hacer faltas, pero en el primer encuentro me sacaron tarjeta y ya tenía una anterior, así que me sancionaron. Nosotros recurrimos a la UEFA entendiendo que era la continuidad de la final, pero no la aceptaron y tuve que ver el partido desde la grada.
M.R: Todo lo que se vivió fue aciago. Cundió la tristeza y la desolación. Nos hundimos y salimos derrotados. Perdimos más por cómo llegamos al partido que por cómo se desarrolló. Yo no pude dormir en las 48 horas previas. Sabía que habíamos tenido la final en la mano, que tenías la Copa de Europa, y van y te marcan en el último momento. Dices: ¡Tierra trágame!
¿Por qué tras un buen partido fue tan mal la repetición?
J.I: Hubo dos razones. Por un lado, fue física. Ellos recuperaron mejor en esos dos días porque eran más jóvenes. Y luego, nos faltó ánimo. Nos quisieron levantar, pero esos dos días previos no paramos de comernos la cabeza. Al final, estás 48 horas pensando… Y ellos, mientras, diciendo: 'Después de este gol no se nos escapan'. Y así fue.
M.R: Y es que, ya digo, vimos que lo teníamos todo ganado, que tenías la copa en la mano y luego…
A pesar de eso, el Atlético jugó la Intercontinental y la ganó. Al final, lo que fue un jarro de agua fría acabó siendo un triunfo y hoy en día al aficionado le queda un buen recuerdo.
J.I: Sí, la gente siempre lo ha acogido como si hubiese sido una victoria. Pero aunque los aficionados nos reconocieron aquello, siempre te queda la frustración…
Y ahora al Atlético le toca otra vez enfrentarse al Bayern. ¿Hay similitudes con respecto a entonces?
J.I: Yo creo que es diferente. Aquel era un gran conjunto, con muchos campeones del mundo. Y el Bayern de ahora también los tiene. Con Guardiola juegan bien la pelota y son peligrosos, pero yo creo que el Atlético también tiene un buen equipo. El Cholo ha conseguido que todos acepten la premisa de que hay que trabajar. Y de que hay que hacerlo mucho. Y de que el trabajo no se negocia. No es fácil hacerlo cómo lo hacen los delanteros del Atlético…
M.R: Tienen un equipazo y un gran entrenador. Pero hoy en día lo que hace el Atlético es una maravilla. Tienen mucha garra. El Atlético del Cholo parece que huele la sangre. Yo, la verdad, estoy disfrutando mucho con ellos y sin duda alguna que gran parte de la culpa de este éxito es el entrenador.
La opinión generalizada es que el juego del Bayern le viene bien al Atlético. ¿Es así?
J.I: Yo creo que sí. La pelota la va a tener el Bayern, pero eso no le importa al Atlético. Cuando recuperen la pelota, con más o menos facilidad, intentarán aprovechar los espacios que les va a dar el Bayern. Yo creo que el Atlético puede hacerles bastante daño así.
M.R: Pero eso no quiere decir que vaya a ser fácil ni que le venga tan bien el juego… Era el peor equipo que les podía tocar. Al menos, en mi opinión. A mí me hubiese gustado más el City.
Ya la última. ¿Se atreven a dar un resultado?
J.I: Es muy complicado, yo creo que la eliminatoria está al 50%.
M.R: Me vale cualquiera siempre que se clasifique el Atlético. Si puede ser un 1-0 aquí y un 1-1 allí, perfecto.