El Atlético de Madrid terminó la Liga en la tercera posición, con su segunda mejor marca de puntos y con un triunfo ante el Celta liderado por Fernando Torres, goleador en el 1-0, generador del 2-0 del francés Antoine Griezmann y agitador todo el partido, un impulso más hacia la final de la Liga de Campeones.
Una victoria más, la 28 del actual campeonato para el Atlético, solucionada en el inicio de la segunda parte y en tres minutos, entre el 51 y el 54, el tiempo que distanció el primero del segundo gol y que apartó al Celta de la quinta posición por su derrota y por la victoria a la misma hora del Athletic Club frente al Sevilla.
El Atlético, imposible desde hace una semana el título e imposible desde media hora antes la segunda posición, tenía este sábado más retos. Uno conseguir la segunda mejor puntuación de su historia; otro llegar de la mejor forma a la final de Milán. Y para uno y para otro sólo había un camino: ganar, ganar y ganar. Lo logró contra el Celta, en un partido que comenzó abierto, con alternativas e intención en ambos para buscar la portería contraria, con dos ocasiones del bloque rojiblanco en apenas un minuto, un tiro de Saúl, despejado por Sergio Álvarez, y un cabezazo del uruguayo Godín repelido primero por el larguero y después por el poste.
Nada más tuvo el Atlético en todo el primer tiempo, por mucha actividad, regate y profundidad que le dio Fernando Torres, desbordante desde el inicio del choque, por mucha intensidad en el robo de balón y por mucha ambición que le puso de principio a fin el equipo, ante un Celta solvente atrás e intermitente hacia arriba.
Porque a uno y otro les faltó precisión con el balón, cualidad indispensable cuando se miden dos colectivos tan trabajados como el Atlético y el Celta. Hubo momentos para los dos, muchos más para el conjunto rojiblanco, pero también para su rival, como el testarazo que conectó el chileno Orellana y al que respondió el esloveno Jan Oblak, agigantado, atento e insuperable ante un remate tan cercano.
Fernando Torres cambia el partido
También a un buen lanzamiento de falta de Nolito para cerrar el primer tiempo sin movimiento en el marcador. Al descanso, fases anodinas, competitividad y dos oportunidades para cada uno. En la reanudación, más velocidad local y gol del Atlético a los seis minutos, en un saque de esquina rematado por Fernando Torres.
El delantero madrileño, de media chilena en el segundo palo, después de un despeje del sueco John Guidetti en el primero del Celta, rompió el partido en tres minutos, entre el 51 y el 54. Primero con ese gol, el duodécimo suyo del curso; después con otro acrobático remate que provocó el 2-0 del francés Antoine Griezmann, ya por los 32 tantos en esta campaña rumbo a la final de Milán.
En un suspiro, ya no había duda del ganador del encuentro, lanzado el Atlético y golpeado definitivamente el Celta, superado por el conjunto rojiblanco, aunque Nolito dejó algún destello de su exquisita clase y una ocasión más, aunque el equipo celeste intentó rehacerse y aunque aún quedaba media hora para el cierre del choque.
No se movió el resultado ya en el tramo final, con minutos para el portugués Tiago Mendes, aclamado por el público en su reaparición cinco meses y medio después de una fractura de tibia; con momentos de alta tensión entre jugadores de ambos equipos y con victoria del Atlético, que toma ya impulso hacia la final de la Liga de Campeones de Milán, la gran ambición del imponente conjunto rojiblanco.