La Supercopa fue previsible y no dio opciones a más sorpresas. El Barça se llevó aprendida la lección del año pasado en San Mamés y, a medio gas, conquistó el siempre difícil Sánchez Pizjuán para poner tierra de por medio en el trofeo que abre la temporada de fútbol en España. [Narración y estadísticas: Sevilla 0-2 Barcelona].
Sin todavía mostrar sus cartas, con un ritmo lento, el partido fue lo que se esperaba. Los equipos no están todavía ni al 50% y uno de ellos, el Sevilla, está en una recomposición desde el banquillo hasta media plantilla. Hasta que no pase unas semanas, no se podrá ver la fiabilidad del proyecto liderado este año por Sampaoli. El actual no es capaz de crear ocasiones. Al Madrid le hizo dos y a este Barça, una y gracias.
Al Barça le salió la jugada como esperaba, con el mismo equipo de siempre. Ni una sola novedad, ya que Sergi Roberto jugó en el lateral derecho, Mathieu en el izquierdo y Arda Turan en el ataque. Todos ellos ya jugaron en estas posiciones la temporada pasada. Lo demás fue el equipo de gala.
El partido arrancó con un paradón de Sergio Rico en un mano a mano con Suárez. Ambos fueron los mejores de sus equipos. El Sevilla solo reaccionó a los quince minutos, cuando el Barça respiró y se dio cuenta que esto era agosto y que las piernas tienen que aguantar a final de temporada.
Al Barça, eso sí, le costó cara la victoria porque en la primera parte se lesionaron Mathieu e Iniesta. En los momentos en los que el Sevilla se empleó más a fondo, parando a los culés rozando la agresividad, cayó primero el lateral y después el capitán, en una acción muy parecida a la que dejó KO a Cristiano Ronaldo en la final de la Eurocopa.
El partido lo desequilibró una preciosa combinación gol de Denis Suárez, Arda Turan y Luis Suárez acabó con el único gol azulgrana. El gallego se inventó una asistencia en largo al ver al turco solo en el punto de penalti. Arda, de espaldas a la portería, no le quedaba otra que utlizar su pecho para continuar la jugada. Lo hizo y quedó un pase perfecto a Luis Suárez, que machacó a Sergio Rico.
Ahí se rompió el partido. Tras el 0-1, el partido pasó de ser lento a vibrante y en vez de agosto parecía mayo. El ritmo por minutos fue el de una final a vida o muerte con un Sevilla enrabietado. Fueron también los mejores momentos de la conexión Messi y Suárez, con el uruguayo más fino, sumando también al grupo a Arda Turan a falta de Neymar. El turco completó uno de los mejores partidos con el Barcelona, casualmente cuando el equipo todavía está en pretemporada.
La triangulación entre el argentino, el uruguayo y el turco comenzó a ser un quebradero de cabeza para los sevillistas. Sampaoli sacó a Ben Yedder y Ganso para contener el centro del campo, pero tampoco le sirvió. El técnico argentino movió fichas, ante el inmovilismo de Luis Enrique, pero esta vez al que tocó cosas no le salió bien.
Cuando el Sevilla buscaba con más corazón que ideas el empate y llegar vivo al Camp Nou, una contra, con pase de Messi desde el centro del campo, la finalizó Munir que solo tuvo que adivinar por el lado en el que se tiraría Sergio Rico. Puso el 0-2 y no solo sentenció el partido sino la eliminatoria. Muy difícil tiene que ser que los andaluces recojan el trofeo en el Camp Nou.
Será el miércoles, a las 23:00 horas, en partido que arranca un día y acabará en otro. Podrá seguir con pruebas Luis Enrique ya que el partido así lo pide. Será ya a tan solo tres días del inicio de Liga, que el Barça comenzará contra otros sevillanos, los del Betis.