La selección femenina de baloncesto aparecía en muchas quinielas como candidata a las medallas olímpicas. Sin embargo, algunos dudaban de esa predicción. Quizá lo hicieron cegados por la baja de Sancho Lyttle, obviando el palmarés reciente de las chicas de Lucas Mondelo. O quizá por la gran cantidad de favoritas a ocupar el podio junto a Estados Unidos, oro casi indiscutible: Serbia, Canadá, Francia, Turquía... Precisamente, España evitará a las galas en los cuartos de final de estos Juegos al ser segunda del grupo B. Lo logró gracias a su triunfo frente a las canadienses, que le llevará a medirse con Turquía en el primer envite de los cruces. Para los que dudaban, nuestras chicas ya han llegado a las eliminatorias. Y aún quieren más [Narración y estadísticas: 73-60].
Acabar con una sola derrota la primera fase (frente a las intratables yankees, a las que España ya no se volvería a medir hasta una hipotética final) es un dato a tener muy en cuenta. De ello tiene mucha culpa la defensa española, a un nivel altísimo en lo que va de torneo. Fue clave para acabar con el toque engorroso del partido contra las canadienses, que resistieron en el marcador hasta el último cuarto. Raincock-Ekunwe, su líder en la pintura, mantuvo vivas las opciones de su equipo de cara a asaltar la segunda plaza de la primera fase. Lo mismo hicieron Fields y Langlois desde el perímetro.
No obstante, las estrellas españolas pudieron más. Alba Torrens ejerció de santo y seña cuando fue menester. Laura Nicholls marcó diferencias en la zona, donde también dejaron buenas prestaciones su tocaya Gil y, un partido más, una combativa Astou Ndour. Marta Xargay ayudó a España a lograr sus primeras ventajas importantes a partir del triple y la experiencia de Silvia Domínguez y Laia Palau volvió a ser un grado.
Tan centrada estuvo España que ni siquiera algunas técnicas en su contra ni el planteamiento más bien físico del partido lograron alterar su hoja de ruta. Tampoco la buena salida de Canadá tras el descanso, al que España llegó mandando por cuatro puntos (buena renta teniendo en cuenta la intensidad de la primera parte). Las chicas de Mondelo pusieron un +12 a su favor, siguieron provocando pérdidas al rival (hasta 13) y se gustaron en ataque.
Ni siquiera un postrero conato de remontada canadiense (las norteamericanas se pusieron a dos puntos) acabó con el hambre de las españolas. Amasaron hasta 14 puntos de renta máxima y disfrutaron de un final de partido sin los sobresaltos de los minutos anteriores. Costó cerrar el partido, pero las nuestras se ganaron el pan con sudor tras un periplo por el grupo que ha rozado el sobresaliente: victoria de enjundia ante Serbia, derrota lógica contra USA, sufrimiento dulce en el histórico duelo contra las chinas y placidez con Senegal de por medio. Como epílogo, otro triunfo valioso con Canadá enfrente.
Ahora llega la hora de la verdad para la vigente subcampeona del mundo. Ocho años son muchos sin Juegos Olímpicos, y las representantes de nuestra canasta lo saben bien. No han viajado hasta Río para ser mera comparsa. Quieren llevarse a casa la única medalla que falta en su colección. Y Turquía, primera piedra en el camino hasta las preseas, bien puede ser la siguiente selección en sufrir la sed de éxitos de Mondelo y sus gladiadoras.