El China-España de este miércoles se ha ganado un sitio privilegiado en la historia del baloncesto español. La culpa la tiene Alba Torrens, nueva máxima anotadora de la selección femenina en un partido olímpico (32 puntos). La sucesora de Amaya Valdemoro (30 puntos en Atenas 2004) es el presente con mayúsculas de una selección con mucho futuro. Bien lo demostraron Astou Ndour y Leticia Romero, las mejores exponentes de la nueva hornada de la canasta femenina española. Ambas también fueron fundamentales para amarrar el triunfo (segundo de estos Juegos) ante una China que advirtió de su peligrosidad hasta bien entrados los diez últimos minutos del partido [Narración y estadísticas: 68-89].
A pesar de la dureza del encuentro ante el combinado asiático, las chicas de Lucas Mondelo lograron imponer su estilo. Con defensa, llegó la velocidad y el dinamismo, con Torrens hartándose de anotar tras contraataque. A falta de triples (2/9), la selección buscó los puntos de Ndour en la zona. A pesar de la batalla que plantearon las chinas bajo tableros, la jugadora natural de Senegal fue un seguro de vida en la pintura (21 puntos).
Aunque la encargada de empezar a romper el partido, en el segundo cuarto, fue la futura base titular de España: Leticia Romero. Dominadora absoluta en categorías inferiores, su descaro (16 puntos en 14 minutos) empezó a señalar el camino de la victoria ya con las mayores. Dirigió al equipo sin ningún tipo de tapujos y reactivó el lanzamiento exterior, algo errático ante el mayor acierto de las chinas.
Shao fue la mayor amenaza del rival asiático gracias precisamente a sus buenos porcentajes, que le otorgaron 14 puntos. Xiaojia Chen aportó 11, y ambas lideraron a su selección durante todo el partido. Cosa seria el equipo chino, que llegó a mandar hasta por seis puntos y que resistió en el marcador hasta las últimas consecuencias.
Sin embargo, sus opciones de victoria acabaron desapareciendo en cuanto la defensa española se aclimató por completo a la dureza del partido. Entonces, Torrens cogió las riendas y nada ni nadie pudo pararla. Además, otras de las jugadoras más curtidas del equipo, como Xargay, Palau y Nicholls, también dieron el callo a la hora de la verdad.
Sin duda, hay mucho presente y suficiente futuro en esta selección como para que las chicas sigan pensando en las medallas. Porque, también de forma inapelable, ningún rival es lo suficientemente grande como para achantar a Mondelo y sus jugadoras. La próxima prueba, ante Senegal este viernes.