Nadie dijo que sería fácil. A la selección femenina de baloncesto le tocó el grupo olímpico más complicado, pero a las chicas de Lucas Mondelo les encantan los retos. Fueron campeonas de Europa casi sin esperarlo y lograron la plata mundialista ante Estados Unidos de frente, sin tapujos. Por eso, debutar en Río contra Serbia, actual campeona de Europa, no achantó a las nuestras, sino todo lo contrario. A pesar de la dureza de su primer encuentro en tierras brasileñas, superaron con estoicismo cada momento de flaqueza. Así, llegó una victoria (59-65) que confirma, por si alguien tenía dudas, que las representantes del deporte de la canasta español también optan a medalla.
En un partido siempre a cara de perro, con ventajas exiguas para cada equipo, sobresalieron los tres grandes nombres propios de España: Alba Torrens, Anna Cruz y Marta Xargay. Las dos últimas ya han disputado la WNBA; a la primera se le espera con ansia en Estados Unidos. La calidad de este tridente, siempre un valor seguro, salió a relucir en los momentos más complicados del duelo ante Serbia.
Las balcánicas son reinas de Europa por algo. Entre otras cosas, por la ala-pívot Jelena Milovanovic, la mejor del conjunto plavi este domingo. Junto a ella, otras dos grandes jugadoras como Danielle Page (nacionalizada estadounidense) o Sonja Petrovic (ESE apellido, siempre digno de reverencia en el mundo baloncestístico). Fueron las encargadas de liderar a Serbia, capaz de poner en un puño el encuentro en unos minutos finales en los que España llegó a mandar por siete puntos.
Pero el tembleque final no fue más que una ilusión. El buen trabajo defensivo de España durante todo el partido tenía que llegar a buen puerto en última instancia. A partir del dominio en el rebote, las chicas de Mondelo pudieron correr y desmelenarse en ataque, como siempre gustan. La batalla bajo los tableros tuvo un gran nombre propio: Astou Ndour. La sombra de Sancho Lyttle (ausente por segundo verano consecutivo) es alargada, pero su heredera crece a pasos agigantados.
Y si las dudas llegaron a aparecer en algún momento, la templanza de dos de las veteranas del equipo apaciguó la situación: Laia Palau, la capitana, y Silvia Domínguez. La casta de ambas es un intangible de valor incalculable. Más cuando a la primera se le acaba su tiempo en las canchas, que quiere finiquitar con una medalla. La que puede haber empezado a ganarse ante un rival de tanta enjundia como Serbia.
En el horizonte, y sin apenas resuello, Estados Unidos, el auténtico 'Dream Team' de estos Juegos (lunes a las 17:00). Las yankees asustan, y mucho, tras asestar una paliza de récord (olímpico) a Senegal (121-56). Adquirieron algo de humanidad en la grada, disfrutando del partido de sus futuras rivales, analizándolas y hasta degustando manzanas, como Maya Moore. Quién sabe si España será una manzana envenenada, y no una perita en dulce, en unas horas... o, mejor, en una hipotética final. Una en la que nuestras chicas bien podrían estar por galones, carácter y talento. ¿Quién dijo miedo?