La travesía de Osama Abdul Mohsen para buscar un futuro mejor para él y su familia parece llena de zancadillas. Literales y metafóricas. De aquella que le puso una periodista húngara mientras corría con su hijo pequeño en brazos, ya no quedan secuelas. Sólo el recuerdo de que la miseria humana se manifiesta de las formas más variopintas.
Tras más de un año desde que aterrizara en Getafe para trabajar en el CENAFE (Escuela Nacional de Entrenadores de Fútbol), Osama apenas sabe una palabra de castellano. Para hablar con él, hay que recurrir al inglés, el idioma que más domina (al margen del árabe). "La razón de que me hayan despedido [del CENAFE] es que dicen que no he aprendido suficiente el idioma", reconoce.
Su versión coincide con la del presidente del CENAFE, Miguel Ángel Galán: "No ha hecho ningún esfuerzo por aprender [...], no podemos seguir pagándole un sueldo si que sepa el idioma". No se trata de un reproche, sino de un "motivo estrictamente profesional" para la no renovación del contrato de Osama, que expiraba el pasado 2 de octubre. De hecho, ambas partes han llegado a un acuerdo para que el entrenador de fútbol pueda mejorar sus capacidades lingüísticas.
Osama ganaba en el CENAFE en torno a 2.500 euros mensuales: unos 1.200 de nómina, más 600 de gastos y otros 700 para que pudiese enviar a su mujer y otros dos hijos, que permanecen en Turquía a la espera de un visado. La escuela de entrenadores también se hacía cargo de su vivienda en Getafe, en la que vivía junto a sus hijos Mohammed (19) y Zaid (8).
A partir de ahora, percibirá el paro durante unos cuatro meses (a razón de unos mil euros mensuales), mientras que la vivienda y los gastos de manutención seguirán corriendo por cuenta del CENAFE hasta 2017. Miguel Ángel Galán está convencido de que en estos meses Osama podrá llegar al nivel requerido para desempeñarse en el puesto.
Por su parte, Osama hace propósito de enmienda: "Espero poder trabajar con ellos en febrero. Me han tratado muy bien y estoy muy agradecido". Y es que el entrenador de fútbol, que sigue esperando que a su familia le den el visado para salir de Turquía, no se ve fuera de España. "Estoy muy a gusto", reconoce.
Galán, a su vez, afirma querer que Osama vuelva a la escuela de entrenadores. "Manifestamos nuestro total interés en contar con el señor Mohsen a partir de febrero de 2017, si se materializa su conocimiento del idioma y la integración necesaria para el desempeño de labores administrativas", concluye el presidente del CENAFE en un comunicado.
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