Wayne Rooney (capitán del Manchester United y de la selección inglesa) vive probablemente el momento más peliagudo de su carrera deportiva a sus 31 años. Además de las dudas sobre su rendimiento, el pasado viernes protagonizó un escándalo de los que gustan a la prensa británica: tras jugar el partido clasificatorio para Rusia 2018 en el que Inglaterra venció a Escocia por 3-0, en el que acabó lesionado, el futbolista acabó autoinvitándose a una boda que se celebró en el hotel de concentración de la selección y acabó bastante ebrio, según las fotos y los testimonios publicados este miércoles por el diario sensacionalista The Sun.
El caso ha llevado a la Federación inglesa a tomar una medida drástica esta misma semana: prohibir salir a los jugadores de noche. El técnico del Liverpool, Jürgen Klopp, ha dado hoy su apoyo al delantero del Manchester United en unas declaraciones recogidas también por el diario The Sun: "Estos muchachos, esta generación, es la generación más profesional de futbolistas, y no sólo en Inglaterra. Todos los chicos, todas las leyendas que amamos y admiramos, bebían como demonios y fumaban como locos, pero siguen siendo buenos jugadores".
El técnico ha respaldado absolutamente a Rooney: "Tuvimos una fiesta de Navidad y tuve que llenar los vasos de los jugadores. Wayne solo estuvo en el momento equivocado en el lugar incorrecto. No tengo ni idea de dónde estaba Wayne, pero estoy seguro de que no fue tan grave" [...] "Lo que puedo decir es lo que realmente siento con los jugadores. Sé que estamos todos en el lado bueno de la vida, ganamos dinero y hacemos el trabajo que amamos. Al final tal vez sea una sorpresa que también somos seres humanos. A veces estamos invitados a bodas, cumpleaños y todavía podemos desempeñar un papel profesional. Podemos decir 'no, no bebemos' o 'si fumas, ponte a 20 metros porque no quiero ser un fumador pasivo'. No es así como funciona la vida".