El caso que podría llevar a Neymar a la inhabilitación futbolística (e incluso a la cárcel) si el juez acepta la petición de la Fiscalía y abre juicio oral contra el jugador, su familia y diversos directivos no nace exactamente de su traspaso del Santos al FC Barcelona en 2013, sino de antes: concretamente de cuando la familia del ‘crack’ brasileño, siendo apenas un adolescente de 16 años, vio la primera oportunidad de extraer una buena tajada a la habilidad futbolística del chaval.
Corría enero de 2009, y una de las reuniones que tuvo en aquella época Neymar da Silva Santos (el padre del jugador) fue con el presidente del grupo DIS, un fondo deportivo brasileño que llegaría a tener un centenar de futbolistas en su cartera de inversiones: entre ellos, D'Alessandro, Ganso o el propio Neymar.
Neymar estaba a punto de debutar como profesional en el Santos y su futuro era espléndido: hacía falta una estructura que protegiese a la estrella paulista y sacase el mayor rendimiento económico a su talento. Meses después, el grupo DIS pagó 2,2 millones de euros a la familia del futbolista para asegurarse el 40% de sus derechos. En aquel momento, según cuenta Roberto Moreno, su director ejecutivo, a EL ESPAÑOL, “nos convertimos en su otra familia. Nos ocupábamos de su salud, de su formación, le asesorábamos a diario… Le dábamos apoyo económico de todo tipo, clases de inglés, fisioterapeutas. Venía a casa, comíamos churrasco todas las semanas. Se crearon unos lazos muy fuertes”.
El pasado mes de febrero, cuando declaró en la Audiencia Nacional como imputado por estafa y corrupción entre particulares a raíz de su fichaje por el Barcelona, Neymar afirmó que no conocía a directivos del DIS. Aquel testimonio marcó un punto de inflexión definitiva en una guerra judicial que ensombrece el futuro próximo de un jugador llamado a sustituir algún día a Leo Messi en la cúspide del fútbol mundial.
“Dijo que no nos conocía… No es digno”, continúa Moreno. “Denigraron la imagen de nuestro grupo en numerosas ocasiones, tanto Neymar con la familia, está todo en la prensa. Nunca respondimos […] Neymar creció por su capacidad técnica y por nuestra ayuda financiera. La decepción es enorme, nos sentimos traicionados. Pero tenemos mucho respeto a la Justicia española”.
La rueda de prensa en la que DIS anunció sus peticiones de cárcel y multas económicas estuvo marcada por una frase, repetida en más de diez ocasiones por Moreno, José Domingo Barral (presidente del grupo Sonda, propietario de DIS) y los dos abogados presentes: “No es un tema de dinero. Queremos justicia”.
El presidente del grupo Sonda (una de las mayores 50 empresas brasileñas, cuya actividad principal son los supermercados) se mostró tajante sobre la posibilidad de un acuerdo: “Tuvieron mucho tiempo para buscarlo. Ahora ya está en fase judicial. Nosotros sólo queríamos el pago del contrato en su valor real, el 40%”. Ahora, sin embargo, piden a la Audiencia Nacional una multa para el club azulgrana de 195 millones de euros, cinco años de cárcel para Neymar y ocho años de cárcel para su presidente, Josep María Bartomeu, y su expresidente Sandro Rosell.
La multa solicitada para el Barça –el triple del beneficio presuntamente obtenido– iría a parar a las arcas públicas. Además, hay una petición de indemnización de 22 millones para los empresarios por el perjuicio derivado de los supuestos delitos.
Dos años de prisión
Este miércoles, a la misma hora en que el grupo DIS presentaba su escrito de acusación en un hotel madrileño, la Fiscalía de la Audiencia Nacional emitió el suyo (concluida ya la fase de instrucción del juicio): dos años de prisión para el futbolista, cinco para Sandro Rosell y dos para el padre del jugador (sobre Bartomeu se pide el archivo de la causa). Además, reclama al club una multa de 8,4 millones de euros, al Santos otra de 7 y 10 millones de euros tanto a Neymar como a su padre.
El fiscal ve indicios de que el contrato (de 2011) por el que Neymar recibiría 40 millones de euros al fichar años después por el Barcelona habría alterado el libre mercado de fichaje de futbolistas, por impedir que el jugador entrase en el mercado de acuerdo con las reglas de la libre competencia, reservándose así una mayor cantidad económica por el traspaso (un presunto delito de corrupción entre particulares, tipificado en el Código Penal) y birlándole a clubes como el Real Madrid la gran esperanza brasileña.
El pacto presuntamente criminal entre el Barça y Neymar tenía la intención, según la acusación, de evitar pagar al Santos y a DIS la cláusula de rescisión del jugador, establecida en 65 millones de euros. En ese “pacto camuflado”, como lo llamó el abogado de DIS, se arreglaba el pago de 40 millones (libres de impuestos) a pagar en el momento del traspaso. Diez de esos 40 millones fueron pagados por adelantado, a cambio de rechazar otras ofertas y de obligarse a firmar el fichaje antes de septiembre de 2014 (finalmente se rubricaría en mayo de 2013). La transferencia por adelantado se hizo en noviembre de 2011, un mes antes de la final del Mundialito de clubes que el Santos de Neymar perdió, precisamente ante el Barcelona, por 4-0 en Japón.
Después, según DIS, el Barça hizo cómplice del ardid al Santos, dueño del 55% del pase, para reducir el precio oficial del traspaso a 17,5 millones de euros, a cambio de diversas contrapartidas. También hay peticiones de penas para un directivo del Santos, Odilio Rodrigues. Cuando Sonda, dueño de DIS, logró enterarse del precio real del fichaje de Neymar (57 millones de euros), decidió reclamar lo que le correspondía según sus cuentas: 22'8 millones (en lugar de los 6,8 que recibió del club catalán).
"Está metido hasta la cabeza"
El director de DIS, al que una vez le negaron incluso acceder a las oficinas del Barça para hablar del asunto, exhibió este miércoles con Neymar el resentimiento del amigo rechazado y le atacó con cargas de profundidad: “¿Dónde está su moral, su ética…? No es un ejemplo para nuestros niños. Es corrupto. ¿Va a regalar un padre a su hijo la camiseta de un tipo procesado penalmente? Está metido hasta la cabeza […] El castigo es imprescindible”.
El ‘crack’ brasileño de la ‘MSN’ culé, a sus 24 años ya el cuarto máximo goleador histórico de la selección pentacampeona del mundo, se sentará en el banquillo junto a su padre, su madre y el expresidente de Barça Sandro Rosell si ambas partes no llegan antes a un acuerdo improbable. Con bienes por valor de 48 millones de euros embargados preventivamente por la Justicia brasileña para asegurar el pago de deudas tributarias y posibles multas derivadas de su fichaje por el Barcelona, resuenan las palabras que le dedicó el exagente de Neymar, Wagner Ribeiro, al padre y representante del futbolista hace un año: “Si usted hubiese hecho las cosas de forma diferente, si no hubiera peleado con empresarios y con los 'aduladores', si se hubiese quedado en el Real Madrid y 'Juninho' [apodo familiar de Neymar] se hubiese nacionalizado español, a diferencia de lo que su conciencia mandaba, esas personas no estarían ahora contra usted”.
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