Por regla general, los futblistas no son dueños del 100% de sus derechos de imagen. Lo normal es que los clubes para los que juegan posean los derechos colectivos de los futbolistas (publicidad en la que aparecen varios jugadores a la vez), los derechos de los jugadores cuando están relacionados con los patrocinadores de los clubes y los derechos de esos futbolistas cuando visten las equipaciones del club. El problema son los 'otros' derechos de imagen, los que no tienen vinculación alguna con sus clubes.

Los jugadores son propietarios de esa parte de 'su producto', que no es otra cosa su propia imagen y el beneficio que consigan comerciando con ella. Y son precisamente los beneficios derivados de ello lo que ha puesto en alerta a la Hacienda española, pues en los últimos años son varios, muchos, los futbolistas que han sido condenados por fraude fiscal. El último, Cristiano Ronaldo.

El delantero portugués del Real Madrid habría gestionado sus derechos de imagen a través de una empresa en Irlanda. Estos habrían terminado en varias empresas en el paraíso fiscal de las Islas Vírgenes Británicas, tres en concreto, todas ellas sin actividad ni trabajadores y con el mismo domicilio postal, antes de terminar en cuentas bancarias en Suiza. En su caso, Cristiano habría movido 150 millones de euros desde 2009 hasta 2015 y únicamente habría tributado 5,6 millones de euros en el ejercicio fiscal de 2014, lo que supondría apenas un 4% de sus ingresos.

Pero el portugués, amén de José Mourinho, hoy técnico del Manchester United, y Mesut Ozil, jugador del Arsenal londinense, ambos ex del Real Madrid y ambos citados en la investigación de la red de Colaboraciones en Proyectos de Investigación en Europa (EIC, por sus siglas en inglés) representada en España por el diario El Mundo, no es ni mucho menos el primer futbolista cazado en España por exactamente el mismo, aún presunto en el caso del portugués, delito fiscal.

Samuel Eto'o

El pasado 24 de noviembre la Fiscalía de Barcelona solicitó una pena de diez años y medio de cárcel y una multa de 14,3 millones de euros para el delantero camerunés por un presunto fraude fiscal de 3,8 millones de euros entre los años 2006 y 2009, cuando jugaba en las filas del FC Barcelona.

El camerunés habría simulado la cesión de sus derechos de imagen a dos sociedades para reducir fraudulentamente su tributación. El futbolista habría utilizado la sociedad Tradesport and Marketin KFT, radicada en hungríam y bulte 2002 Empresarial SL, radicada en España, para evitar declarar los ingresos derivados por sus derechos de imagen, que ascendieron a más de nueve millones de euros en aquellos tres años.

Neymar

El del brasileño es quizás el caso más complejo, pues la simulación de la cesión de sus derechos de imagen es sólo una de las causas por las que se encuentra en los tribunales. De hecho, este caso concreto está en manos de la justicia brasileña, que reclama al jugador del FC Barcelona el pago de 45 millones de euros por fraude fiscal.

En su caso, el fraude fiscal se refiere a los beneficios económicos que omitió de sus contratos con el Santos primero, luego con el Barça y también de su relación publicitaria con Nike. Según la auditoría fiscal de la autoria brasileña Neymar transfirió sus derechos de imagen de Neymar Sport, una de sus empresas, por lo que dejó de tributar como persona física para hacerlo como persona jurídica, con lo que conseguía regatear el pago del IRPF. Además, y según los datos fiscales analizados en su contabilidad, el jugador habría utilizado esta maniobra para pagar menos impuestos en los beneficios derivados de su relación con Nike.

Messi

La superestrella argentina fue condenada a 21 meses de cárcel y a una multa de más de dos millones de euros por tres delitos fiscales en los ejercicios de 2007, 2008 y 2009. Idéntica sanción recibió su padre, Jorge Horacio Messi, pues ambos tuvieron la intención de defraudar 4,1 millones de euros al fisco con la creación de varias tramas societarias radicadas en paraísos fiscales.

Durante las diferentes vistas del juicio, Leo Messi se aferró a la versión del desconocimiento: "Yo me dedicaba a jugar al fútbol, confiaba en mi papá". La versión fue desmontada por la Fiscalía, quien argumentó que el desconocimiento del futbolista no le eximía en ningún caso de su responsabilidad y, además, señalaba a su padre como "cooperador necesario" del fraude, pues "contribuyó con actos determinantes para la ejecución del plan que se fue forjando a lo largo del tiempo". 

Mascherano

El defensa argentino admitió en el juzgado de instrucción número 9 de Gavà haber defraudado 1,5 millones de euros a través de una trama de empresas en Madeira (Portugal) y Miami (EEUU) por lo que el jugador no pagó el IRPF que debía en el ejercicio del año 2010, justo el de su fichaje por el FC Barcelona. El futbolista aceptó la decisión de la Agencia Tributaria, devolvió el dinero defraudado y pagó 200.000 euros de intereses.

Adriano

También en Madeira se encontraba el entramado societario del brasileño Adriano Correia. El lateral izquierdo habría cometido dos delitos contra la Hacienda pública en los ejercicios de 2011 y 2012 en los que habría defraudado algo más de 600.000 euros al eludir la tributación de los beneficios derivados de sus derechos de imagen.

En su caso, y según la Fiscalía, el brasileño eludió el pago de impuestos mediante un mecanismo doble: ocultando los ingresos derivados de un contrato firmado con la marca deportiva Nike, por el que cobró 63.304,44 euros en 2011, y simulando la cesión de sus derechos de imagen a una sociedad "puramente instrumental", denominada Chacun à sa place.

Otro de los casos más sonados fue el del hoy jugador del Bayern de Múnich Xabi Alonso, contra quien la Fiscalía encontró indicios de ingresos no declarados. Un caso que, sin embargo, aún se encuentra en trámite y para el que el exjugador del Real Madrid ha solicitado el archivo de la causa negándose a alcanzar cualquier acuerdo como sí hizo Javier Mascherano, con quien coincidió en el Liverpool entre 2007 y 2009. Más claros fueron los casos de Davor Suker, exjugador de Real Madrid y Sevilla, quien tuvo que hacer frente al pago de más de 250.000€ en concepto de IRPF por sus derechos de imagen, y el de Luis figo, acusado por Hacienda en 2012 de adeudar el pago de casi 2,5 millones de euros en concepto también de derechos de imagen por los ejercicios de 1997, 1998 y 1999.

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