El desvío de cientos de millones de euros en ingresos publicitarios a paraísos fiscales como las Islas Vírgenes Británicas lleva a los jugadores a firmar contratos complejos. Pero los documentos de Football Leaks, obtenidos por Der Spiegel y publicados en España por El Mundo con la red de periodismo de investigación EIC, revela cláusulas muy llamativas para asegurar el beneficio económico y bienestar personal de las estrellas.
50.000 dólares por firmar unos cromos
Firmar cromos es una actividad rentable. A finales de 2013, por hacerlo con 600, la empresa Panini América prometió a Neymar 50.000 dólares: 83 dólares por unidad (unos 77 euros). A principios de 2015, por 1.000 cromos y cuatro ediciones de coleccionista, Cristiano Ronaldo logró aumentar esa cifra hasta 175.000 dólares: unos 175 dólares la pieza. Había más jugadores participantes: Xavi Hernández recibió 40.000 dólares y Michael Laudrup, retirado desde 1998, ingresó 12.000 libras.
Silencio eterno sobre Ronaldo
En el contrato de confidencialidad que los empleados del hogar de Cristiano Ronaldo debían firmar en 2012 se podía encontrar una cláusula muy llamativa. El trabajador en cuestión no podía hablar del jugador "hasta 70 años después de la muerte de Cristiano Ronaldo o del último de sus familiares". La multa que recibiría en caso de aparecer en los medios de comunicación sería "una cantidad igual a cinco veces las cantidades que reciba, con un mínimo de 300.000 euros".
Thomas Vermaelen y el catalán
Como en otros acuerdos del club, el defensa belga Thomas Vermaelen -ahora en la Roma- prometía al Barcelona tras su fichaje en 2014 "hacer el máximo esfuerzo posible para integrarse en la sociedad catalana [...] y, sobre todo, para aprender catalán". El contrato incluía jugosos emolumentos: medio millón por el traspaso, más de cuatro millones de salario, múltiples bonus y, entre ellos, uno sorprendente: 100.000 euros anuales para que el cuerpo técnico pudiera "colocarle en la posición que considere, alinearle o no en el once titular y usarle o no en otras actividades deportivas".
Odio al color rojo (sevillista)
En el contrato firmado entre Rafael Van der Vaart y el Betis en 2015, el club permitía al hoy jugador del Midtjylland danés utilizar "cualquier calzado deportivo", aunque especificaba: "En ningún caso podrá contener el color rojo". El acuerdo, blindado ante los colores del eterno rival, el Sevilla, proporcionaba al futbolista 14 pagas mensuales de 114.428 euros cada una. Si el jugador alcanzaba los 75 partidos con la entidad recibiría 279.400 euros, la misma prima que cobraría si el club se clasificaba para la Champions.
57 dólares por minuto de salario
Que Ezequiel Lavezzi se marchó este año del París Saint Germain al Hebei Fortune chino por el elevado salario que le ofrecía el club era algo sabido. Pero se desconocían las cifras completas. El argentino cobró en una cuenta luxemburguesa del banco Unicredit 56,7 millones de dólares por 23 meses de trabajo. Es decir: 57 dólares al minuto. Además, el club le proporcionó dos casas amuebladas, dos coches, un cocinero y un conductor.
La rentabilidad de los goles de Agüero
La venta de Sergio Agüero del Atlético al Manchester City por 36 millones de euros en 2011 guardó varios secretos. Hasta un máximo de dos millones, el club español cobró 250.000 euros por cada 15 goles y otros 250.000 euros por cada 25 partidos del delantero argentino. El Atlético, además, ingresó un millón por cada título de la Premier que el club citizen ganó, uno en la temporada 2011-2012 y uno en el curso 2013-2014, pero otro tope de dos millones de euros le privó de ingresar este año medio millón más. Las primeras semifinales del Manchester City en la Champions tenían esa prima.
El pago de deudas pasadas
Cuando el brasileño Thiago Silva llegó al PSG del Milan en 2012, el club le ofreció ocho millones de euros por temporada y mucho más. Se empeñó, además, en pagarle los 2,5 millones de euros en impuestos atrasados que debía a la Hacienda italiana y, además, le quiso compensar por ciertos ingresos perdidos.
Un millón de libras por buen comportamiento
Antes de acabar en el Niza, Mario Balotelli intentó en 2014 relanzar su carrera en el Liverpool y el club inglés creyó en él. Le ofreció un salario de 85.000 libras a la semana, 150.000 de bonus por cada cinco partidos jugados, 5.000 libras por cada gol anotado y hasta medio millón si acababa una temporada como máximo goleador de la Premier. Pero no se acabó de fiar. Y por eso el Liverpool le ofreció otro bonus de un millón de libras para que se portara bien. Debía "no ser expulsado más de tres veces por comportamiento violento, no escupir a un jugador o cualquier otra persona y no utilizar lenguaje o gestos ofensivos".
Benzema sí tributa en Francia
Karim Benzema ha sido objeto de numerosos ataques en su país por su supuesta falta de patriotismo, pero el diario El Mundo reveló este miércoles que el delantero del Real Madrid tributa sus ganancias publicitarias en una empresa a su nombre en Francia. Con una sociedad 'offshore', en España podría tributar hasta menos de un 5%; en Francia le cuesta un 33,3%.
Al llegar al Real Madrid, en el verano de 2009, Benzema pudo acogerse a la Ley Beckham y, a través de una estructura offshore, acabar tributando de forma opaca menos de un 5% de sus ingresos publicitarios. Pero, en vez de hacer eso, mantuvo sus ganancias por derechos de imagen alojadas en su compañía francesa de siempre, Best of Benzema (BOB), y pagó por ellas el porcentaje propio del impuesto de sociedades galo: al 33,33%.
Y eso que sus ingresos no eran modestos: desde 2010, BOB repite una facturación anual cercana a los dos millones de euros gracias a varios contratos. Aunque, en su primer acuerdo, el Real Madrid le incluía sus pagos por publicidad en el salario y se quedaba con el 50% de los mismos, Adidas siempre aportó cantidades alrededor del millón de euros y otras empresas como Electronic Arts (creadora de la serie FIFA) hicieron el resto.