Se podía intuir, aunque no por ello deja de ser sorprendente. El premio The Best a mejor entrenador de 2016 entregado por la FIFA no fue para el técnico que más títulos logró a nivel internacional, sino para Claudio Ranieri por conseguir el milagro del Leicester en la Premier League.
El técnico italiano consiguió algo inimaginable en una de las grandes ligas del mundo. Que el Leicester conquistase la Premier League es un hito en la historia del deportes que tiene pocos precedentes con los que compararse. Un milagro deportivo más allá de los presupuestos, por encima de ellos incluso.
Un premio merecido, por delante de Fernando Santos seleccionador nacional luso que llevó a la Portugal de Cristiano Ronaldo al título continental en la pasada Eurocopa de Francia y por delante de Zinedine Zidane, el técnico milagro del Real Madrid.
Con el francés al frente, el conjunto blanco conquistó la Champions League, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes. Tres conquistas después de heredar un equipo en delicada situación y con una plantilla que él no diseño. Un equipo que en la actual campaña camina líder de la Liga española, está clasificado para los octavos de final de la Liga de Campeones y que tiene pie y medio en los cuartos de final de la Copa del Rey.
Con ese bagaje, Zidane está considerado por su afición y por muchos otros como uno de los mejores técnicos de la pasada temporada aunque ni la IHHFS (Federación internacional de Historia y Estadística del Fútbol) y la FIFA ha tenido a bien premiar, aunque conquistar la Premier League con el Leicester es un logro que bien merece el título de mejor técnico del año 2016.