En el derbi del Henares se produjo este fin de semana un nuevo caso de violencia en el fútbol. Durante el partido de Tercera División entre el San Fernando y el Alcalá, un grupo de ultras del equipo visitante saltó al campo a la conclusión del encuentro y provocó una multitudinaria pelea.
Todo comenzó cuando el árbitro pitó un penalti a favor del San Fernando en el tiempo de descuento de la segunda parte en un partido que terminarían ganando los locales por 2-1. En ese momento, los ultras del Alcalá comenzaron a increpar al árbitro y a los jugadores rivales.
Tras cinco minutos en los que tuvo que ser detenido el partido, se lanzó el penalti. Y, cuando el árbitro señaló el final del encuentro, se organizó la tángana. Los ultras del Alcalá saltaron al campo y agredieron un jugador del San Fernando que no estaba en la convocatoria.
Los jugadores de ambos equipos trataron de mediar en la pelea, pero resultó en vano y, en bloque, el equipo local tuvo que retirarse precipitadamente a los vestuarios cuando parte de la hinchada rival trataba de agredir a sus jugadores.
Con esta victoria, el San Fernando se acerca a la permanencia esta temporada, mientras que el Alcalá se aleja a cuatro puntos de la zona de playoffs de ascenso. En el último partido del Alcalá, su entrenador, Joselu, se había quejado del arbitraje en lo que algunos entienden como un mensaje que pudo dar pie a la acción de los ultras: "Hemos tenido un cuerpo arbitral que hoy a venido a bajar al Alcalá del 'playoff'. Lo que no puede ser es que antes del partido esté el entrenador rival abrazándose y riéndose con el árbitro. Eso, al final, da pie a suspicacias y sucede lo que sucede".