Si una frase se ha ido repitiendo en todos los derbis del último lustro es la de "quién manda en la capital". Cuando ganaba el Atlético, aparecía Courtois, entre otros, a reivindicar el papel de los rojiblancos. Cuando vencía el Madrid, salía Ramos a recordar a los "indios" quien mandaba en la capital. Unos y otros no sabían que repetir ese chascarrillo no ayudaba a ninguno.
Madrid es la capital del fútbol desde hace ya cuatro años, justo cuando coincidió el proyecto ya asentado de Simeone y el crecimiento futbolístico del Real. Por eso el derbi ha acrecentado su nivel e influencia más allá de la ciudad, lo que antes era. El Real Madrid - Atlético no es ya un simple partido por el control de la ciudad. La lucha no es por mandar en la capital, es por hacerlo en Europa.
Especialmente se ve el cambio en el Atlético. Antes de que el Simeone entrenador apareciera por su vida, el equipo rojiblanco había participado en Champions League (antes Copa de Europa) cuatro veces en los últimos 35 años. Con el argentino en el banquillo, son cuatro presencias consecutivas en la máxima competición de clubes, y tres de ellas en semifinales.
Pero si una espina tienen el Calderón es que en toda la época Simeone solo un equipo ha logrado eliminar al Atlético: el Madrid. Y lo ha hecho tres veces, dos en la final (2014 y 2016) y otra en eliminatoria (cuartos de 2015). No puede ser una cosa del azar y más viendo que los rojiblancos han sido capaces de eliminar a equipos tan distintos y de formas tan diferentes.
El Atlético ha eliminado dos veces al Barcelona y también se cargó a equipos de talla mundial como el Chelsea o el Bayern. A los ingleses les remontó en Stamford Bridge y contra los alemanes aguantaron en el Allianz en una eliminatoria durísima de la que ahora se cumple un año. También pudo contra el PSV, el Leverkusen, el Milan, el Leicester... prácticamente a toda Europa eliminó, menos al rival más cercano. Así como en España el Atlético ha amargado más de una vez a los blancos, en Champions es todo lo contrario.
El único precedente real es aquella eliminatoria de abril de 2015, ya que también fue a doble partido y, además, ambos equipos llegaban a aquél duelo en situaciones muy similares a la actual: el Real Madrid estaba luchando por la Liga y el Atlético, por el tercer puesto. Eso sí, pocos quedan de los que jugaron hace dos años. Solo repetirán este martes cinco en el Real Madrid (Carvajal, Ramos, Kroos, Isco y Cristiano) y seis en el Atlético (Oblak, Juanfran, Godín, Koke, Saúl y Griezmann).
Entonces se decidió por únicamente un gol, el de 'Chicharito' Hernández en el partido de vuelta en el Bernabéu (global de 1-0). Es ese el único tanto que ha valido para derrumbar, a dos partidos, el muro rojiblanco en Champions League. Después llegó otra final, que acabó con otro título del Madrid y con la sensación de que en Europa los derbis tenían una lectura muy diferente a la que se veía en España.
¿Por qué cambia el Atlético en Champions?
Así como en Liga Simeone ha demostrado tener cogida la medida al Madrid, en Champions ha sido todo lo contrario. El técnico argentino falló en todos los Madrid - Atlético europeos. Desde la final de Lisboa, en la que no supo parar el ímpetu blanco y no evitó que se jugara en los últimos minutos, hasta la última de Milán, en la que se echó atrás en la prórroga cuando el Madrid estaba agotado físicamente.
Quizá la clave puede estar en la importancia de los partidos. Cuando el Atlético superó al Madrid fue cuando más libres llegaban los rojiblancos, sin tanta presión encima y cuando su rival se jugaba la vida. Así fue en el último partido de Liga. Cuando ambos se repartieron la presión, el Atlético se achicó más y el Madrid aprovechó que Simeone fuera varias veces infiel a sus ideas.
No se diferenciará mucho este derbi del de 2015. Ni se espera grandes alardes futbolísticos ni tampoco muchas diferencias en el campo. Raro sería que el Madrid - Atlético tuviera muchos goles o que hubiera alguna goleada. La eliminatoria se decidirá en el Calderón y la clave estará en los banquillos. Zidane tiene otra vez el problema de si Isco, James, Asensio... y, sobre todo, de si es mejor jugar con el equipo A o el B.
El Atlético no solo se enfrenta a su mayor rival histórico. También lo hará a su bestia negra europea, al único que le ha amargado la existencia en los últimos tres años. El mejor Atlético de siempre se acordará de haberse encontrado a este Madrid. Si los blancos fueran los de hace una década, no sería raro que en el Calderón ya se exhibieran dos Copas de Europa. No las hay, pero el fútbol les regala otra oportunidad. Tendrán que eliminar al que nunca consiguieron eliminar en Europa.
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