¿Es lícito emplearse a fondo cuando el rival ya no tiene opción alguna a la victoria? ¿Debe un equipo campeón de Liga dejarlo todo en el campo ante un rival ya descendido? ¿Y antes uno que se juega la Europa League o bajar a Segunda? Obviando el asunto de los maletines, todas las anteriores preguntas suscitan temporada tras temporada un debate lícito en el fútbol profesional. ¿Pero qué sucede si hablamos de niños? ¿Es lícito darlo todo ante un rival hundido? ¿Es lícito 'humillarlo'? En el CD Serranos de Valencia creen que no y por eso han despedido a uno de sus entrenadores de la categoría alevín. El motivo: ganó 25-0 a un rival que al descanso ya perdía 15-0.
El partido de alevines -niños de 11 años de edad como máximo- tuvo lugar el pasado 3 de junio en el campo de CD Serrano, en el Cauce de Río Turia junto a la Ciudad de las Artes y las Ciencias. El rival, dentro del Grupo IV de la categoría, fue el Benicalap C, colista, que ha terminado la temporada con 0 puntos y 247 goles en contra según informa el diario Levante en su página web. El resultado, un escándalo: 6-0 al cuarto de hora, 15-0 al descanso y 25-0 al final del encuentro. ¡Hasta el portero marcó un doblete!
Una victoria tan contundente como insatisfactoria para el CD Serrano, que ha decidido despedir a su técnico ante las quejas de varios padres y por entender que la actitud del entrenados de seguir pidiendo a sus jugadores que jugasen al ataque no casa con el ideario del club. "Nosotros educamos valores, como el respeto al equipo contrario, y esa actitud no podemos admitirla", aseguraron al diario valenciano desde el CD Serranos, un club de barrio que presume de haber contado en sus filas con Juanfran, histórico lateral del Levante y del Valencia, o José Enrique, ahora en el Real Zaragoza tras jugar cinco temporadas en el Liverpool.
Según el Artículo 14 del Código de Régimen Interno del CD Serranos "los entrenadores/monitores son aquellos miembros de Club que desempeñan la función docente en el ámbito deportivo y cuyo ejercicio se orientará a la realización de los fines educativos y deportivos establecidos. [...] Por su proximidad al jugador, constituyen el núcleo principal de su formación". Y prosigue en el Artículo 16, relativo a los deberes de los entrenadores: "Mantener en el aspecto personal y en el técnico-deportivo una conducta digna y respetuosa con el proyecto e ideario del Club en el desarrollo de su función, así como en relación con los distintos estamentos y miembros del Club, especialmente con los deportistas".
Una decisión adecuada para muchos y excesiva para otros, pues extiende un problema del profesionalismo por causa de posibles amaños a niños que aún juegan a fútbol 8, al fútbol base en general, donde los valores y la educación deben primar sobre la competitividad y el resultado.
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