Favorita en las apuestas, escaparate estelar de las jóvenes estrellas del futuro, la selección española sub-21 puede salir de Polonia este viernes como el equipo con más Europeos de la historia (cinco, igualado con Italia). A pesar de que el comportamiento de la selección alemana en este torneo ha hecho soñar a su país con la reedición del éxito de 2009, su única victoria hasta la fecha (con aquel equipo que maduraría hasta conquistar el último Mundial de Brasil), el equipo germano acepta la superioridad de su rival, trufado de titulares en algunos de los mejores equipos del planeta (Saúl, Asensio, Bellerín, etc).
Las ruedas de prensa previas al partido (20.45 horas, emitido por Cuatro) depararon sorpresas, derivadas probablemente de la inexperiencia y frescura de los protagonistas. El centrocampista Max Meyer reconoció que contemplan tácticas "sucias" para contrarrestar el juego español. "Tenemos que jugar sucio", indicó el jugador del Schalke 04. "Empezar con pequeñas faltas y juego sucio para que los españoles pierdan esa alegría por jugar al fútbol".
"Tenemos que demostrarle a España cómo se juega una final. Si conseguimos que el partido se caliente, no les va a gustar. Alemania tiene que jugar con un poco de dureza", abundó el portero germano, Julian Pollersbeck.
Cuatro de cuatro
Ante el físicamente potente y disciplinado combinado alemán, la admirada sub-21 de Celades presenta el bloque sobresaliente que ha rozado la perfección en el campeonato (cuatro victorias en cuatro partidos), habiendo vencido con claridad a la temible Portugal y eliminado con autoridad a la campeona Italia en unas semifinales que quedarán en la memoria como el día que Saúl Ñíguez pareció el jugador adulto en un partido de adolescentes.
El futbolista atlético, curtido por la dirección de Simeone, no es el único que saldrá de Polonia con prestigio y caché reforzados. Kepa Arrizabalaga, sin errores hasta ahora, salió airoso del duelo con el célebre Donnarumma en semifinales. Ceballos completó uno de los mejores partidos de su carrera, ejemplo sublime del placer de conducir un balón con los pies. La solvencia de Marcos Llorente, discreto y fundamental, ha permitido a Saúl y a Ceballos asumir responsabilidades ofensivas mayores. Asensio es ya candidato a jugador de la próxima década. El regusto de este Europeo es unánime: el futuro del fútbol español es espléndido.
España y Alemania han demostrado una gran capacidad para formar equipos juveniles en la última década (en el caso de España, dos décadas). Es probable que la sub-21 de Celades sea aún mejor que la de Julen Lopetegui, que va pacientemente traspasando ese talento a la selección absoluta desde el pasado verano. Mirando la absoluta y la sub-21, no hay probablemente una escuela de formación tan productiva como la española en esta época.
Pocos cambios (o ninguno)
No es probable, a tenor de la regularidad observada en los partidos y lo escuchado en declaraciones, que Celades introduzca muchos cambios de cara a la final. Quizá la única duda esté en el lateral izquierdo, entre Jonny y Gayá. El partido certificará, además del campeón, si un mediocampista total como Saúl sale como Bota de Oro y mejor jugador del torneo. Existen seis precedentes de enfrentamientos hispano-germanos en esta categoría, con clara ventaja de la 'Rojita': cuatro victorias, un empate y una derrota. Las demostraciones futbolísticas de España durante estas dos semanas han convertido la final en un acontecimiento deportivo de primera fila. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, asistirá a la final en Cracovia. Algunos de los jóvenes españoles estarán, sin duda, en Rusia el año que viene.
Alineaciones probables:
Alemania: Pollersbeck; Toljan, Gideon Jung, Kempf, Gerhardt; Haberer; Philipp, Meyer, Arnold, Gnabry; y Selke.
España: Kepa; Bellerín, Jorge Meré, Vallejo, Jonny o Gayá; Marcos Llorente, Saúl, Ceballos; Deulofeu, Marco Asensio y Sandro.
Árbitro: Benoît Bastien (FRA).
Estadio: Cracovia Stadium.