Adebayor estaba cansado. Había completado otro entrenamiento más con su equipo de entonces, el Mónaco, y quería recostarse en su casa de La Costa Azul, cuyas sensaciones cromáticas y ambientales laxan el ánimo de sus habitantes e invitan a cualquiera a perderse entre los círculos oníricos. Sin embargo, el despertar de Adebayor lo llevó por otros círculos: los del infierno. Cuando abrió los ojos en ese paraje escenario de películas de Cary Grant y Hitchcock tenía un cuchillo en su garganta. Sus dos hermanos, Kola y Peter, lo sujetaban.



-¿Esta es la única manera que existe para resolver las cosas? Si es así, matadme y coged el dinero.



Los asaltantes depusieron su actitud. Adebayor telefoneó a su madre, Alice, antes de contactar con la policía. La respuesta materna no fue alentadora. Le recriminó su actitud y lo llamó mala persona.



El jugador togolés dio a conocer este y otros sucesos a través de una serie de entradas estremecedoras publicadas en su cuenta de Facebook en 2015. "Muchas veces he querido renunciar, pero si muero, nadie conocerá mi historia", llegó a escribir.

"Mi familia pidió al Madrid que no me retuviera"

Por medio de estos documentos personales, introspectivos, el futbolista retrató el drama familiar que lo torturó y que mermó su patrimonio económico. Casas, coches, dinero... Adebayor ha perdido muchas de sus propiedades en las fauces de su familia. También dos de sus pertenencias más preciadas: una camiseta de Marc-Vivien Foé y otra de Zinedine Zidane; su hermano Rotimi se las hurtó.

Pero los Adebayor no solo le robaron algunas de sus propiedades, sino también uno de sus sueños: continuar en el Santiago Bernabéu. "Yo quería quedarme en el Madrid, pero mi familia mandó una carta diciendo que no deberían retenerme. No digo que por eso me vendieran, pero sí que ayudó. Incluso, aunque influyera un 10% ya es mucho", ha revelado en una entrevista concedida a la BBC.

Conocido como 'Manolito' por el aficionado merengue, disputó, cedido por el Manchester City, 14 partidos en la 'Casa blanca'. Cuando terminó la temporada, el Real Madrid no solicitó, de nuevo, sus servicios, aunque Adebayor luchara por quedarse.

Adebayor celebra un gol con Cristiano en su etapa en el Real Madrid. EFE

"Hoy soy una persona diferente", ha sentenciado. En su día a día ya no hay rastro de su hermana Yabo, a la que compró una casa de 1.2 millones de dólares, ni de su hermano Kola, que le pidió dinero para abrir un negocio en Alemania. "Solo Dios sabe cuánto le di… ¿Y dónde está ese negocio hoy?", reflexionaba en la temporada 2010- 2011.

Adebayor siempre primó la sangre sobre los billetes, pero un día se hartó. Después de toda una vida futbolística en la que siempre había tratado de ayudar a los suyos y se había encargado de sufragar todos los gastos familiares, el delantero dijo basta: "Ahora no me hablo con mi familia, pero soy feliz".

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