España acabó con su sueño de igualar las semifinales de 1997 y fue eliminada en cuartos de la Eurocopa de fútbol femenino, que se disputa en Holanda, por Austria, que cerró la aventura de las chicas de Jorge Vilda en la tanda de penaltis después de un duelo que concluyó sin goles.
Habían pasado dos décadas desde que España alcanzó la penúltima ronda del torneo y Austria, una selección debutante, era una rival superable para igualar ese récord. Además, la derrota por la mañana de Alemania en cuartos de final abría el camino hacia la final y se abrían las puertas a más sueños.
El todopoderoso equipo germano, campeón de las seis últimas ediciones, cayó antes de tiempo y tanto España como Austria vieron una rendija abierta para la final con un enfrentamiento previo ante el verdugo de Alemania, Dinamarca.
España llegó a la cita con sólo tres puntos en la fase de grupos después de ganar a Portugal y de perder ante Inglaterra y Escocia. Los resultados no invitaban al optimismo, pero la derrota ante las escocesas fue medio gratificante por el buen juego que desplegó el equipo de Vilda.
Pese a esas buenas sensaciones, aún había carencias que mejorar, como la falta de acierto goleador y algunos problemas defensivos que causaron problemas en algunos instantes del torneo. Por eso, Vilda hizo tres cambios para asaltar las semifinales y aparecieron Bárbara Latorre, Mari Paz y Mapi León.
Con la primera buscó más velocidad, a la segunda le dio la titularidad después de su gran segunda parte contra Escocia y la tercera sustituyó a Leila Ouahabi en un lateral. Esos cambios funcionaron durante la primera media hora, en la que España dominó el choque a base de control, tal vez demasiado, pero efectivo aunque sin concretar apenas jugadas.
Sólo un remate de Vicky Losada en los primeros minutos que salvó la portera Manuela Zinsberger y un disparo de Irene Paredes que se marchó por encima de la meta defendida por Austria, inquietaron a las centroeuropeas, que en la segunda parte se quitaron el dominio español de encima.
España perdió un poco de posesión, Austria inquietó con más velocidad y aprovechó su mayor fortaleza física para arrinconar en algunos tramos del segundo acto al cuadro de Vilda. Aún así, tampoco hubo excesivas ocasiones, salvo un cabezazo de Nadine Prohaska a la salida de un córner que salvó Sandra Paños con una buena intervención.
No hubo más, excepto un disparo lejano de Jennifer Hermoso al final y un fútbol de control mutuo tremendamente aburrido que acabó mandando la eliminatoria a la prórroga. En ella, todo siguió igual y los penaltis decidieron el destino de España.
Silvia Meseguer, una de las mejores de la selección a lo largo del torneo, tuvo la mala suerte de fallar el penalti que dio la victoria a Austria. Se lo paró la portera austríaca. Olga García, Amanda Sampedro y Marta Corredero acertaron. Sus rivales marcaron sus cinco lanzamientos y España se quedó al borde de igualar las semifinales de 1997, su mejor registro nunca visto. Y así seguirá.
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