Fran Ballesteros, la muerte por infarto del futbolista de 33 años conmociona Villarrobledo

Fran Ballesteros, este sábado, se dirigió con su equipo para hacer una de las cosas que más le gustaban: jugar al fútbol. Acudió al campo, se puso la camiseta del Rayo San Antón y salió al terreno de juego. Sin embargo, antes de que terminase el partido, tuvo que recibir asistencia médica tras sufrir una parada cardiorrespiratoria. El jugador se desplomó sobre el césped y tuvo que ser asistido.

Los servicios de emergencia recibieron notificación del incidente a las 20:50 y se personaron en el campo para atender a Fran Ballesteros. A la llamada acudieron la Policía Local de Villarrobledo, los servicios sanitarios y una UVI móvil del Servicio de Coordinación de Emergencias 112. Trataron de reanimarlo y lo trasladaron al Hospital General de Albacete. Sin embargo, el jugador del Rayo San Antón falleció en el trayecto hacia el hospital.

El jugador, natural de Villarrobledo, había cumplido los 33 años y ha dejado a la localidad en shock, tal y como confirman diversas fuentes a EL ESPAÑOL. En la ciudad albaceteña de más de 25.000 habitantes era una persona conocida dentro de la liga local, un asiduo de los partidillos de fin de semana y una persona querida.

Sus familiares y amigos lo despidieron este lunes, y los respectivos equipos de la ciudad le han dado su pésame a través de las redes sociales. El Club Deportivo Villarrobledo, por ejemplo, a través de su cuenta de Twitter: “Queremos mandar nuestras condolencias a la gran familia de El Rayo San Antón y del campeonato local de fútbol aficionado. Mucho ánimo para toda su familia y muchos amigos. Ayer fue un mal día para el fútbol local. Murió haciendo una de las cosas que más le gustaban. D.E.P.

Sus vecinos sólo han querido hablar bien para despedirlo y recordar que no es la primera vez que ocurre. Muchos han sido los futbolistas (ya sean aficionados o profesionales) que han fallecido en un terreno de juego (Jarque, Puerta…). En gran medida, el motivo de estos fallecimientos se debe a la existencia de una cardiopatía no detectada a tiempo o de la negativa a realizarse pruebas de esfuerzo antes de hacer deporte.