La noche del 27 de septiembre de 2003, la Brigada de Intervención Rápida de la Policía Municipal de Sabadell realizaba su primera operación. La intervención se produjo en el bar Bemba, lugar de reunión habitual de jóvenes de la izquierda alternativa en Cataluña, alegando un exceso de ruido. La tensión subió por momentos y se llegó a unos altercados con hasta 11 detenidos. Entre ellos, Oleguer Presas, entonces central del FC Barcelona y hoy acusado de atentado y resistencia a la autoridad, daños y desórdenes públicos, delitos por los que le piden hasta dos años de cárcel.
Muy cuestionado por su ideología política, Presas fue un estandarte del independentismo en el fútbol español de la época. Su negativa a acudir con la selección española por mantenerse fiel a sus pensamientos o un artículo publicado opinando sobre el etarra De Juana Chaos le vincularon a la izquierda más radical, aunque el futbolista desapereció del foco toda vez que dejó el conjunto azulgrana en 2008 para fichar por el Ajax de Amsterdam, donde se retiró en 2011.
Sin embargo, su huella futbolística desapareció antes que la ideológica, pues lo que fue el desalojo de un bar se ha convertido en un caso de actualidad más de 14 años después especialmente por el nombre de uno de los 11 acusados.
Oleguer Presas ha sido el primero de los acusados en declarar en el juicio que ha comenzado este jueves en la sala 4 de los Juzgados de Sabadell. Aquella noche se celebraba la clausura del Bar Bemba y las denuncias de los vecinos por ruido excesivo provocaron que el entonces alcalde de Sabadell, Manuel Bustos, enviase a la recién creada Brigada de Intervención Rápida de su policía local. La tensión de la situación degeneró en enfrentamientos entre los clientes del Bar Bemba y de la policía, que realizó diversas detenciones -11 concretamente-, aunque no todos los detenidos se encontraban en el local.
En su declaración, el exfutbolista, que en aquel momento formaba parte del conjunto filial azulgrana, ha recordado que cenó con un amigo y que, de hecho, se encontraba en otro bar de la zona, el Sorginak, cuando la policía municipal irrumpió en el mismo. Fue entonces cuando el dueño del local "nos dijo que había la policía fuera y que teníamos que salir de uno en uno y cuando nos disponíamos a hacerlo de repente entraron por la fuerza". Presas ha definido la intervención policial como "caótica" y "desproporcionada", y su abogado ha solicitado el sobreseimiento del caso, ya que los cargos ya habráin prescito.
En cualquier caso, a Oleguer Presas le piden hasta dos años de cárcel, pues la acusación que pesa sobre él argumenta que causó contusiones múltiples a un agente de la Guardia Urbana arrojándole una piedra, por lo que también pide que lo indemnice con 450 euros. Además, hay otros siete acusados de atentado contra la autoridad y tres más de lesiones. Todos ellos se enfrentan a penas de entre un año y medio y dos años de cárcel.