Rubén Semedo vuelve a estar en boca de todos después de que le capturasen de improvisto disparando con una pistola de fogueo en una caseta de la Feria de Huesca. La fotografía se ha vuelto viral debido a los antecedentes que posee el futbolista por poseer armas de manera ilícita, habiendo llegado incluso a ingresar a prisión.

El central vivió en Portugal, en un entorno donde las redadas y las emboscadas policiales eran el pan de cada día. En 2014, cuando jugaba en las filas del Sporting de Portugal, el equipo luso lo cedió al Reus, de Segunda División. En esta época sus malas conductas no mejoraron, aunque el mismo jugador apuntó en una entrevista que ofreció a Maisfutebol que alejarse de ese ambiente y "de las malas influencias era importante" para poder mejorar como persona.

Sergi Parés, director deportivo del conjunto catalán, apuntaba en una entrevista con el diario El Mundo que cuando llegó ellos ya conocían "que tenía algunos antecedentes de indisciplina y que venía de un entorno difícil". Asimismo, le definía como "un chico muy extrovertido, con carisma, que se integró bien en el vestuario". Sin embargo, compañeros suyos contaban que "tenía un carácter un poco extraño", así como que "protagonizó algún acto de indisciplina". 

Una nueva oportunidad

Tras ser detenido a finales de febrero de este mismo año y pasar 141 días en la cárcel por homicidio en grado de tentativa, lesiones, amenazas, detención ilegal, tenencia ilícita de armas y robo con violencia, Semedo salió de entre rejas después de abonar una fianza de 30.000 euros.

En julio se anunciaba que el portugués saldría cedido del Villarreal (donde recalcó en el verano de 2017) al Huesca. Allí tendrá una "segunda oportunidad", tal y como afirmó el defensa a su llegada. El director deportivo de dicho equipo, Emilio Vega, declaró en El Larguero, en la madrugada del pasado 22 de ese mismo mes, que el luso está en "plena forma", ya que "ha jugado varios partidos en la cárcel".

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