Felipe Melo lo ha vuelto a hacer. El centrocampista brasileño fue el principal protagonista de uno de los partidos más duros que se recuerdan en el fútbol sudamericano. Palmeiras y Cerro Porteño se medían en el duelo de vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores. Un encuentro que acabo con nada más y nada menos que tres expulsados.

Melo fue precisamente el primero de ellos. El jugador del Palmeiras fue a disputarle un balón a Víctor Cáceres en el centro del campo, propinándole una entrada, plancha por delante, que recorrió toda la tibia del futbolista del Cerro Porteño para finalizar en un pisotón en el tobillo. Una acción sucedida prácticamente a los cinco minutos de comenzar el choque, y que le valió de primeras una tarjeta amarilla.

No obstante, y viendo la gravedad de la entrada -que provocó que Víctor Cáceres tuviera que ser sustituido en el descanso-, el argentino Germán Delfino, árbitro del encuentro, rectificó su decisión y le mostró la cartulina roja, expulsándole así en el minuto 5 de partido.

No obstante, esto fue solo el comienzo de un auténtico recital de violencia. En el minuto 94 Marcos Cáceres, jugador del conjunto paraguayo, fue expulsado, al mismo tiempo que Deyverson. En el caso del exjugador del Levante, la roja llegó por fingir un pelotazo y ponerse a airear al público. El ambiente estaba tenso, pues el 0-2 logrado por Palmeiras en la ida, sumado a que el Cerro Porteño se puso 1-0 en el minuto 57, hacía del choque una auténtica batalla. 

Incluso Rodrigo Rojas, otro futbolista del Cerro, tuvo que ser retirado del campo en ambulancia tras darse un cabezazo con Borja. El encuentro finalizó con 0-1 para el club paraguayo, pero el Palmeiras logró pasar de ronda gracias a la ventaja lograda en la ida. No obstante, el partido será recordado por ser un festival de agresiones. Y todo comenzó con la ya clásica patada a destiempo de Felipe Melo.

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