El Barcelona se desinfla en la jornada 7 de Liga. Dos empates y una derrota en las últimas tres fechas, una mala racha que ha hecho saltar las alarmas en el Camp Nou. Este sábado, en el duelo ante el Athletic en casa, los de Valverde volvieron a conformarse con un punto y solo un gol de Munir a pocos minutos del final salvó una peor suerte. Un partido gris en el que pocos destacaron, tan solo el delantero culé por salvar a los suyos y un Arturo Vidal que completó un buen partido pero que se marchó con cara de circunstancia tras ser sustituido.

Arturo Vidal, con el gesto torcido.

Piqué volvió a fallar, Messi y Busquets partieron desde el banquillo y pocos se salvaron del nuevo tropiezo azulgrana. Vidal fue de los pocos que evitaron que el Athletic echara más sal en la herida con varias intervenciones de mérito. Aun así, el centrocampista chileno fue sustituido a los 58 minutos de partido por Messi, un movimiento de Ernesto Valverde que pocos entendieron y mucho menos el propio Vidal, que se marcó del campo con el gesto torcido.

En cuanto al partido, el Barça volvió a hincar la rodilla y fue de nuevo un error el que condenó a los azulgranas. Un choque entre Dembélé y Raúl García en el centro del campo provocó que el Barcelona se quedará pendiente de la situación de ambos, algo que aprovechó De Marcos para poner por delante a los de Berizzo.

Munir, salvador

Tras el descanso Valverde metió a los pesos pesados pero no sirvió de mucho. Messi y Busquets entraron a escena, pero fue Munir a diez minutos del final el que ingresó en el campo por Dembélé y dio un punto que supo muy poco a un equipo que tras siete jornadas sigue como líder de la clasificación pero al que las dudas les empiezan a surgir de forma preocupante.

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