Lo que parecía un domingo cualquiera de jugar al fútbol con su equipo se acabó convirtiendo en una pesadilla para un chico de Guadalajara. Eran las 18:00 horas del domingo 7 de octubre y en el Municipal de Seseña, en la provincia de Toledo, se jugaba un partido del Grupo IV de Primera División Autonómica de Castilla-La Mancha entre la A.D. Seseña y el C. D. Yunquera, un equipo del municipio de Yunquera de Henares, provincia de Guadalajara.
Marvin Gil (el segundo por la derecha en la fila de abajo), un atacante del equipo visitante, recordará ese día el resto de su vida. En una desafortunada acción y por una mala caída su tobillo se dobló de forma antinatural, causándole una grave luxación del tobillo que rompió sus ligamentos.
Así describe él la jugada para EL ESPAÑOL: "Su extremo izquierdo se iba por la banda y ya había superado a mi lateral derecho, le hice yo la cobertura llegando ya muy forzado y salté para que no centrara el balón. Llegué y me dio el balón en el pie, desequilibrándome y cayendo ya mal". Entonces fue cuando llegó la peor imagen, Marvin vio cómo su tobillo, en sus palabras, se encontraba "torcido 90º".
Su compañero, Javier Robledo (el segundo jugador por la derecha en la fila de arriba), exjugador del Toledo o el Rayo Majadahonda entre otros y ahora jugando para el equipo de su pueblo, fue espectador directo de la acción: "Era el minuto 10, Marvin fue a tapar un centro desde la banda a su interior y le dio el balón en el pie y al caer se torció mucho el tobillo, se rompió los ligamentos y todo", asegura a EL ESPAÑOL. "Enseguida vimos la gravedad, yo enseguida salí corriendo y le dije a su entrenador (al de la A. D. Seseña) que llamase a una ambulancia y enseguida la llamaron".
Una eterna espera por la ambulancia
"Estuvimos ahí con él, que estaba llorando de dolor y todo. Después de 15 minutos parados se nos ocurrió ir a por una toalla al vestuario para sacarle del campo un poco y continuar jugando", debido a que la suspensión del partido hubiera acarreado otro viaje a la provincia de Toledo difícilmente factible para un equipo lejano en estas categorías. "Seguimos jugando, acabamos la primera parte, estuvimos en el descanso y a los cinco minutos de la segunda parte o así llegó la ambulancia, es decir, a la hora más o menos", relata Javi Robledo.
La ambulancia tardó más de 50 minutos en llegar hasta lo ocurrido, una espera muy larga en la que Marvin estaba "con un dolor increíble, tirado en el suelo encima de una toalla, a dos metros del terreno de juego, para que siguiera el partido". Pero eso no fue lo peor, al llegar la ambulancia se encontraron con la desagradable sorpresa de que solo estaba ocupada por una persona, la conductora del vehículo. "Cuando me vio el tobillo se asustó", asegura Marvin.
Javi Robledo declara que cuando llegó la ambulancia "le dijimos al árbitro que parase el partido, fuimos a ayudarle y llegó con una sola conductora, que era conductora sin más porque se bajó y al ver a Marvin cómo tenía la pierna se llevó las manos a la cabeza del susto. Ella no sabía poner la camilla ni todo eso".
Tuvieron que ser sus compañeros los que le ayudaran a subir en la camilla y asegurar su pierna. El hermano de Javi Robledo, David Robledo, es además mozo de espadas y está acostumbrado a situaciones de riesgo en espectáculos taurinos y gracias a sus conocimientos se hizo cargo de la situación y fue dirigiendo a sus compañeros (y también a un par de jugadores rivales) para inmovilizar la pierna de Marvin, ayudar a poner la camilla y a meterle dentro de la ambulancia.
La pesadilla no había terminado
45 minutos después, más de una hora y media después del momento de la lesión, Marvin llegó a un centro privado de la ciudad de Toledo, donde fue atendido y escayolado. El jugador asegura que allí "le atendieron muy bien". "Me hicieron radiografías, me durmieron y me colocaron el tobillo, poniéndome después media férula".
Pero la pesadilla no había terminado, ya que una vez terminado el proceso comunicaron a Marvin y al directivo del C.D. Yunquera que acompañó al jugador al hospital que el seguro no cubría el viaje de vuelta de Toledo a Yunquera de Henares, un viaje de 150 kilómetros. Abandonados en Toledo tuvieron que coger un taxi de vuelta que le costó al club alcarreño 210 euros que tuvo que pagar de su bolsillo.
"Cada año las cuotas suben y esto es lo que recibimos"
El equipo yunquerano se queja ahora del alto precio que pagan por un seguro privado para recibir después este tipo de prestaciones. "Todos los años cada vez suben más los precios de las fichas, suben más las tarjetas, sube más la inscripción, sube más todo, el reconocimiento médico, todas las cuotas suben y luego fíjate lo que recibimos", asegura Javi Robledo.
Los alcarreños creen que todo este esperpento no hubiera sucedido si hubiera sido posible llamar al 112, pero si el club lo hubiera hecho se tendría que haber hecho cargo de la factura por completo del tratamiento de Marvin, lo que hubiera sido una losa económica insoportable para la economía de un pequeño club que representa a un pueblo de menos de 4.000 personas.
"Un club modesto, de estos que están en regional no se puede permitir que por un caso de esos te llegue una factura de la Federación porque jugamos por hobby, como aquel que dice y no tenemos un seguro que nos proteja, esa nuestra queja" concluye Robledo, quien dice que el club espera que la Federación "tome cartas en el asunto para que nosotros estemos más protegidos en esos casos".
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