Corría casi el minuto 70 cuando una falta peligrosa al borde del área amenazaba la portería del Inter de Milán. Sin Lionel Messi sobre el césped, el encargado de ejecutarla era un Luis Suárez que probaba suerte al más puro estilo del argentino. Tiro raso, para que pasase por debajo de la barrera de los nerazzurri. Sin embargo, Brozovic se tiró al suelo para evitar que el esférico se introdujese en su portería.
De esta manera, el Barcelona perdía la oportunidad de anotar su segundo gol para rematar su victoria ante la atenta mirada del '10' blaugrana desde las gradas, a quien se le pudo ver con el brazo en cabestrillo después de la caída que sufrió ante en Sevilla este pasado sábado. Una fractura en el radio derecho que le mantendrá alejado de los terrenos de juego durante tres semanas, perdiéndose así El Clásico del 28 de octubre.
Sin embargo, en el 82 Jordi Alba marcaba el segundo tanto que se le había escapado apenas minutos antes al delantero. Rakitic era el encargado de darle un gran pase en profundidad al lateral izquierdo, balón que no se pensó el de Hospitalet y que encajó bajos los tres palos que defendía Handanovic. El duelo daba fin con un 2-0 a favor de los azulgranas.
Nueva polémica
Como ya suele ser habitual en el feudo de la Ciudad Condal, dos pancartas volvían a decorar las gradas blaugranas. Una de ellas rezaba 'libertad' en inglés, mientras que en la otra se podía leer: 'Bienvenidos a la República Catalana'. Un desafío más que suma el club catalán hacia España, además de a la UEFA, organización que no es partidaria de los gestos políticos en los partidos de fútbol.
Asimismo, hace menos de una semana frente a la entidad hispalense también se vivió un episodio a favor del independentismo parecido. Una petición sobre una tela amarilla relacionada con los políticos encarcelados tras el referéndum del 1 de octubre de 2017 con el lema de: 'Solo las dictaduras encarcelan a líderes políticos pacíficos'.
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