28 de noviembre de 2016, la tragedia azotaba al fútbol brasileño y sacudía el fútbol mundial. El Chapecoense viajaba a Medellín para disputar la ida de la final de la Copa Sudamericana frente a Atlético Nacional. El vuelo 2933 de la compañía LaMia se estrelló en Cerro Gordo a causa del exceso de peso y la falta de combustible, ya que los pilotos no realizaron las escalas necesarias. Fallecieron 71 de los 77 pasajeros a bordo, solo tres futbolistas del equipo sobrevivieron, además de un periodista y dos tripulantes.
Dos años después de la tragedia, Jackson Follmann, Alan Ruschel y Helio Neto pueden contar que están vivos y agradecen que contaron con la suerte que el resto de sus compañeros no tuvieron. Lo mismo ocurre con el periodista Rafael Henzel y los tripulantes de aquel vuelo, Ximena Suárez y Erwin Tumiri.
La tragedia despertó el lado solidario de muchas personalidades del mundo del deporte, pero también estuvo lleno de informaciones falsas respecto a jugadores o clubes que les ayudarían, su rival de aquella final, Atlético Nacional le brindó el título. También se llegó a hablar de que Ronaldinho o Kaká jugarían para el club, pero lo cierto es que uno de los pocos que se ofreció fue el exbarcelonista Gudjohnsen.
Alan Ruschel, símbolo del club
De los tres supervivientes de la plantilla solo uno ha podido volver a vestir la camiseta del club, el lateral izquierdo, Alan Ruschel. El jugador ha conseguido ser un asiduo en las convocatorias del equipo, aunque su participación no está siendo trascendental. El defensa ha tenido minutos en seis encuentros y en dos de ellos ha disputado los 90 minutos, sin duda un gran logro después de lo ocurrido.
Su regreso a los campos se produjo en agosto de 2017 en el Camp Nou en un encuentro ante el Barcelona correspondiente al Trofeo Joan Gamper que sirvió para ayudar al club. Su primer gol fue de penalti y lo anotó en otro amistoso ante la Roma y así pudo dedicarle a los 71 fallecidos en el accidente, su regreso a los terrenos de juego.
Helio Neto fue el último en ser rescatado y fue gracias a que uno de las personas que fueron a ayudar al lugar del accidente insistió en seguir buscando y tras escuchar quejidos logró encontrar al jugador. El defensa central tuvo que ser intervenido por lesiones en el tórax y en la cabeza y recibió la buena noticia de que podría volver a jugar al fútbol y lo hizo el 22 de diciembre del pasado año en un partido benéfico. Todavía no ha podido volver en competición oficial, pero sigue trabajando para ello.
Diferente es el caso de Jackson Follmann, el guardameta estaba creciendo a pasos agigantados en el fútbol brasileño antes del accidente y cuando todo ocurrió vio truncada su carrera. Perdió la pierna derecha y tuvo que ser intervenido del tobillo izquierdo, por lo que su carrera futbolística terminó en Cerro Gordo.
Tras varios meses en un hospital en febrero de 2017 comenzó una nueva vida para el exguardameta, ya que tenía que caminar con una prótesis. Estos impedimentos no le han frenado y sigue ligado al club como embajador, además de dar charlas sobre lo que vivió y sobre todo lo que aprendió de lo ocurrido. Es un ejemplo de superación y a pesar de que le falta una pierna, entrena con el club algunos días debajo de los tres palos.
Rafael Henzel fue otro de los supervivientes, el periodista cubría la actualidad del Chapecoense y viajaba dispuesto a narrar la victoria del conjunto brasileño frente a Atlético Nacional. Tras casi un mes ingresado en un hospital de Medellín, logró regresar a Chapecó junto a Alan Ruschel y a día de hoy sigue ejerciendo su profesión como locutor de radio y sigue narrando los partidos del conjunto brasileño.
De soñar con tocar el cielo, a estar al borde del descenso
En el año 2016 los brasileños soñaban con conquistar la Copa Sudamericana y así lograr su mayor título en su historia. Dos años después del fatal accidente, la historia es muy diferente y después de tener que reconstruir el equipo con jugadores de las categorías inferiores y fichajes está luchando por mantenerse en primera división.
La Federación brasileña ofreció al conjunto de Chapecó la posibilidad de no descender durante dos temporadas, a lo que el club se negó queriendo competir de tú a tú contra todos. En su primera temporada no solo consiguió eludir el descenso sino que finalizó noveno en la clasificación, plaza que le daba la posibilidad de disputar la Copa Libertadores por segunda vez en su historia.
El año 2018 comenzó para ellos con la ronda previa de la mayor competición de clubes de la Conmebol, en dicha eliminatoria cayeron por un global de 2-0 ante Nacional de Montevídeo y desde aquella eliminatoria su temporada no está siendo todo lo buena que esperaban.
En estos momentos falta solo un partido del Brasileirao y el Chapecoense marcha 16º clasificado, solo un puesto por encima del descenso y depende de sí mismo para salvarse si gana a Sao Paulo en la última jornada de la competición. Sus continuas derrotas le tienen luchando por la supervivencia en la máxima categoría, pero sin duda la permanencia será solo uno de los pequeños logros que el conjunto brasileño lleva consiguiendo desde ya hace dos años.
[Más información: Aficionados del Nacional de Uruguay se ríen del accidente del Chapecoense]
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