El pasado domingo 25 de noviembre, Sara Peñalver se proclamó campeona del torneo de bádminton Future Series, celebrado en Eslovenia, venciendo por 21-6 y 21-12 a la eslovena Kaja Stankovic.
Con este triunfo, la toledana amplía su espectacular palmarés, en el que ya figuran una medalla de oro en el Europeo por equipos júnior de 2015, una plata en el Europeo sub17 de 2016, un bronce con el Europeo femenino por equipos -categoría absoluta- ese mismo año y un nuevo bronce en esta competición en 2018. Todo ello con tan solo 19 años.
Una pasión familiar
En una entrevista concedida a EL ESPAÑOL, Sara ha explicado que su pasión por el bádminton le viene de familia: "Tengo dos hermanos mayores. Uno me saca siete años y el otro tres. Fue gracias a ellos. El mayor empezó a jugar en el colegio, le gustó y comenzó a entrenar en un club. El del medio, Kike, que entrena aquí en Madrid conmigo, se unió a él porque le gustaba y el entrenador le vio un día que acompañaba al mayor al entrenamiento y se metió con él".
"Yo, como era la más pequeña, y mis padres trabajaban mañana y tarde, no me podía quedar sola en casa mientras mis hermanos entrenaban, así que me tocaba acompañarles. De ir un día y otro y verlos me dio por coger la raqueta y jugar sola, cuando un día su entrenador me vio, me dijo que si hacía diez toques seguidos sin que se me cayera el volante al suelo empezaría a entrenar. Allí empezó todo", cuenta, narrando así sus comienzos en este deporte.
De hecho, su hermano, Kike Peñalver, es otra joven promesa de este deporte, y Sara afirma, entre risas, que "él es el mejor de los tres, aunque por resultados... Yo tengo mejores resultados".
Momentos difíciles
"No tengo ningún secreto. Desde los doce años me fui de casa. Eso creo que fue un gran paso para acabar dedicándome a este deporte. El bádminton es mi vida. Dar ese paso es lo que me ha hecho llegar hasta donde estoy ahora", explica al ser preguntada por el motivo de sus éxitos.
Y es que en Primero de la ESO Sara tuvo que irse a Oviedo a vivir. "Mis hermanos se habían ido los dos a entrenar fuera y yo, si quería seguir mejorando, me tenía que ir de Toledo, porque las condiciones que necesitaba no las tenía", cuenta.
En la capital asturiana recaló en "un centro de tecnificación, y allí hay una residencia y un pabellón para entrenar". "Por las mañanas iba al instituto como una chica corriente y por las tardes, todos los días, entrenábamos", relata la jugadora.
Sin embargo, alejarse de sus padres a una edad tan temprana no le afectó mucho: "Como mis hermanos ya se habían ido, yo quería seguir sus pasos. Además, Kike también se fue a Oviedo, así que no estaba sola. No se me hizo difícil. De todas maneras, entre todas las competiciones, no era la primera vez que me distanciaba de mis padres, por lo que se llevó bien".
Al ser cuestionada por el momento más duro de su carrera, cuenta como "hace dos o tres años, cuando me vine a Madrid, subir el nivel de exigencia y las horas de entrenamiento me provocó una lesión de hombro y otra en la espalda que me tuvieron bastante tiempo parada. Yo tenía miedo de que no pudiera seguir jugando al bádminton, pero lo pude llevar y convivo con ellas".
Referentes y futuro
¿Y quién es su ídolo? "Va a sonar típico, pero Rafa Nadal es un gran referente para todos los deportistas". Eso sí, no duda en rendirse a la jugadora de bádminton más conocida de España: Carolina Marín.
"Carolina es mi compañera de entrenamiento y una amiga. Es un referente, obviamente. Cualquiera quiere seguir sus pasos y es muy grande. Yo cuando pienso en Carolina la veo como la mejor jugadora de la historia de nuestro deporte. Ha abierto un gran camino para todas las que venimos por detrás y para que se empiece a conocer más".
Y es que "ahora mismo hay muy poca gente que no sepa lo que es el bádminton o quién es Carolina Marín. Eso nos da mucho". La joven cuenta también como "cuando iba a un instituto normal, donde no eran todos deportistas, se veía un poco raro que una chica se dedique tanto, el cien por cien, al deporte".
Actualmente Sara estudia TAFAD (Técnico Superior en Animación de Actividades Físicas y Deportivas), ya que "el bádminton, a no ser que seas una Carolina Marín, no te da para vivir. Siempre nos exigen y recomiendan tener de base unos estudios para que, cuando el deporte se acabe, salir con algo. A mí, obviamente, me gustaría poder vivir del bádminton, y todavía es muy pronto para decir que no podré. Por eso me lo tomo con tranquilidad, sin mucha prisa, porque sé que tengo tiempo".
[Más información: Carolina Marín remonta y se clasifica para la final del Abierto de China]
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