El fútbol es el deporte sagrado de España, una vía de escape para un mal día en el trabajo o el momento más apasionante para animar a tu equipo. Pero no es oro todo lo que reluce, ya que en muchas ocasiones querer practicar este deporte lleva consigo una gran lucha. Vero Boquete es un claro ejemplo de lucha, de constancia y de luchar por conseguir el sueño de muchas niñas en nuestro país: ser jugadora de fútbol profesional.
En la actualidad, la Liga Iberdrola y el deporte femenino en su totalidad ha dado un gran salto evolutivo a los ojos de los miles y miles de aficionados que siguen una de esas disciplinas, pero el machismo seguirá instaurado hasta que no haya un gran cambio de mentalidad en varias generaciones. La jugadora gallega, que ahora milita en el Beijing BG Phoenix F.C. de la Superliga Femenina de China tiene claro que, a día de hoy "hay menos machismo, el fútbol femenino tiene más espacio en la televisión y llega más a gente", además "es de más nivel por lo que gusta más y creo que por fin todas las partes vamos en la misma dirección".
Todos los deportistas han tenido momentos duros, el de Vero Boquete quizás es frustrante y muestra como estaba la sociedad en el pasado, ya que con seis años no pudo jugar al fútbol por el único hecho de ser mujer. "Cambiaría la primera vez que entre en un equipo con 6 años porque me pase un año en el banquillo, ya que había una norma federativa que prohibía a las niñas jugar con los niños", por suerte ya no es así y "la verdad es que mis inicios fueron muy difíciles pero eso ya esta cambiado", confirmó la delantera.
"Que a mi hijo le regatee un chico bueno, pero una chica…"
Esta famosa reflexión ha sido utilizada por Vero en varias ocasiones, ya que la raíz del machismo en el fútbol son las propias madres, que desprestigian a las niñas, ya que se ve "como un gesto de debilidad masculina" y esto "debemos ser capaces de cambiarlo". Uno de los grandes errores se sitúa en que "las propias mujeres creemos o actuamos de esta manera, que una niña sea mejor que un niño, molesta a mucha gente".
El esfuerzo diario y la lucha constante son varias situaciones que viven cada día miles de niñas de que quieren jugar al fútbol, pese a todas esas dificultades es importante seguir el camino acertado, "para mí no ha sido fácil pero para otras mujeres antes que yo fue más complicado", Las primeras mujeres abrieron muchas puertas para tener una mejor situación, "yo también quiero ayudar a todas las que vengan por detrás".
Uno de los síntomas de machismo más actuales estuvo presente en la gala del Balón de Oro, ya que "emborronó toda la gala, y también supuso un momento comprometido a Hegerberg en el mejor momento de su vida". Un ejemplo que se puede usar de manera positiva para que "esto no vuelva a suceder, no ayudó al tema de la igualdad, yo hubiese hecho lo mismo o hubiese sido más clara".
Lo verdaderamente bueno del fútbol
"Quiero ser entrenadora", pero tener las mismas opciones de entrenar tanto a hombres como a mujeres, además "sería ideal que una mujer entrene en algún momento al Real Madrid o al Barcelona", unas oportunidades que podrían ir llegando y lo más importante, que "no se vea raro paro los ojos de la gente".
Desde 2017, Vero forma parte de la comunidad de futbolistas CommonGoal, iniciativa liderada por el también español Juan Mata que lucha a favor de la reintegración social de la infancia a través los fondos recaudados con el 1% del salario de los y las futbolistas de la comunidad: "creemos en el poder de este deporte para cambiar la vida de mucha gente y es una forma de devolver al fútbol lo que él nos ha dado".
Las dificultades te obligan a emigrar y a buscar tu sitio en otro país, "he tenido la suerte de ser muy feliz en todos mis equipos y aprender de todo", por ejemplo, en "Suecia me empujó a dar mi máximo nivel y donde más disfrute de este deporte". Lo que tiene claro es que "quiero volver a España y poder ser lo que no pude por ser mujer, ojala pueda volver pronto con las condiciones que he tenido que conseguir fuera".
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