David Mearns, jefe del equipo privado de búsqueda submarina que encontró en el fondo del Canal de la Mancha el avión en el que viajaba el futbolista argentino Emiliano Sala pidió que se refloten los restos aunque el coste sea elevado.
"Es caro, pero ¿qué importa el dinero frente al deseo de dos familias?", aseguró Mearns en una entrevista que publica este martes el diario francés L'Équipe.
Agregó que sacar los restos del fondo del mar "puede permitir encontrar indicios de lo que pasó" y que "ahora que ya no hay esperanzas de encontrarlos con vida" puede contribuir a que las familias hagan el duelo.
Financiado por la aportación particular reclamada por la familia de Emiliano Sala para proseguir la búsqueda del futbolista desaparecido el pasado día 21, el equipo de Mearns desplegó un pequeño barco de 19 metros en una zona del Canal de la Mancha, cercana a la isla anglo-normanda de Guernesey.
Encontraron el aeroplano gracias a un radar
Fueron ellos los que, ayudados por un radar, encontraron los restos del aparato, que posteriormente fue filmado por robots submarinos enviados desde un barco de mayor tamaño enviado por las autoridades británicas para participar en las labores de búsqueda.
Mearns, que precisó que ambos barcos se repartieron las zonas de búsqueda, indicó que les sorprendió encontrar la avioneta entera y que esperaban encontrar restos diseminados por el fondo marino. Agregó que durante tres días las autoridades británicas trabajarán en la zona para recalar elementos y que, en ese periodo, decidirán si es necesario reflotar el avión.
"Es una operación delicada pero posible. Ya se han recuperado aviones en aguas más profundas", indicó. La prioridad de las autoridades es ahora determinar las causas del accidente, lo que no implica que se tenga que sacar el avión del agua, según Mearns, pero el especialista apostó por hacerlo.
En contacto con la familia de Sala, aseguró que su esperanza de encontrarlo con vida "ha desaparecido" y que "probablemente viven uno de los peores días de su vida".
El avión privado en el que viajaba el futbolista argentino de 28 años junto a un piloto de 59 desapareció de los radares el pasado día 21, pocos minutos después de haber despegado de Nantes, donde había acudido a despedirse de sus excompañeros tras haber fichado por el Cardiff, ciudad de destino del vuelo.
Las difíciles condiciones meteorológicas en el Canal de la Mancha y las escasas posibilidades de encontrar supervivientes llevaron a las autoridades británicas a suspender la búsqueda activa.
La familia de Sala pidió ayuda para proseguir la tarea y recibió importantes cantidades de dinero, incluida la aportación de futbolistas como Lionel Messi o Kylian Mbappé, lo que les permitió contratar a la empresa de Mearns.
Nueve días después de la desaparición del avión aparecieron restos del mismo en una playa francesa, lo que permitió acotar la zona de búsqueda y llevó a las autoridades británicas a enviar un barco al lugar, que colaboró con el privado.
El pasado domingo, anunciaron el hallazgo de los restos del avión en el fondo marino y ayer, lunes, indicaron que se había localizado un cuerpo en su interior, sin que por el momento se sepa si se trata del futbolista o el piloto, David Ibbotson.
[Más información: "Sala no quería viajar de noche": así será su rescate a 63 metros de profundidad]
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