Locura. Así se puede definir lo sucedido en el Etihad Stadium el miércoles 17 de abril. Cuatro goles antes del primer cuarto de hora de partido dieron muestra de lo que estaba por llegar. Un toma y daca que acabó con la victoria del Manchester City por 4-3, pero que no fue suficiente para eliminar al Tottenham en los cuartos de final de la Champions League. La euforia se hizo presa de los spurs y Pochettino se descontroló en el vestuario.
El técnico argentino hizo su entrada abrazado a Lloris y explotó con gritos sí, pero también con un gesto que ha provocado un sinfín de reacciones entre la afición. Este gesto ha recordado a muchos al que ya hicieran, durante la ronda de octavos de la competición continental, Simeone y Cristiano Ronaldo. La gran diferencia es que Mauricio Pochettino lo hizo de puertas para dentro, sin ánimo de retar a la afición contraria.
Después de una temporada complicada, en la que el Tottenham ha tenido que hacer frente a las lesiones de sus mejores futbolistas -en estos momentos se encuentra de baja, otra vez, Harry Kane- o también a no haber fichado a ningún jugador para reforzar su plantel durante el pasado verano, la locura invadió un vestuario en el que se festejó por todo lo alto el pase a las semifinales de la Champions League. El próximo rival, la sensación de la temporada, el Ajax de Ámsterdam.
Camino al Wanda Metropolitano
El conjunto londinense se enfrentará al equipo que ha dejado por el camino a rivales como el Real Madrid o la Juventus de Turín. La UEFA ya ha confirmado los horarios de esta semifinal, así de la que medirá al Barcelona con el Liverpool. Todo ello mirando al Wanda Metropolitano, donde se juega la gran final el próximo sábado 1 de junio.
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