Osasuna agrava la crisis de un Espanyol que no levanta cabeza en Liga
El cuadro navarro tuvo que remontar un choque que se le había puesto cuesta arriba en la primera parte tras el gol de Marc Roca.
1 diciembre, 2019 17:52
Osasuna no tuvo un buen comienzo este domingo en el RCDE Stadium contra el Espanyol al encajar un gol de penalti de Marc Roca en el minuto 18, pero remontó en los tres siguientes a la reanudación con dianas de Rubén García y Chimy Ávila, este último tras un despiste defensivo claro. [Narración y estadísticas: Espanyol 2-4 Osasuna]
Tampoco sirvió de nada que Roncaglia viera la segunda amarilla en el minuto 52, ya que los de Jagoba Arrasate aguantaron el marcador sin excesivos problemas e incluso firmaron el tercer tanto en el 84. Faltaba uno más: un penalti de Pipa sobre Chimy Ávila que transformó Roberto Torres en el tiempo añadido. Y el 2-4 inocuo de Calleri después.
El cuadro rojillo empezó con mayor dominio en los compases iniciales, aunque pronto el Espanyol recuperó el equilibrio. La insistencia local tuvo previo. En el minuto 18, el árbitro consultó el VAR sobre una posible mano de Roncaglia en el área al disputar un balón con Wu Lei. El colegiado, finalmente, señaló penalti.
Marc Roca fue el encargado del lanzamiento y el canterano lo solucionó con un buen disparo colocado que engañó al meta Juan Pérez. Osasuna no se amilanó al verse por debajo en el marcador y cercó el área de Diego López, pero le costaba llegar con claridad y buscó el gol con tiros lejanos de Chimy Ávila y Roberto Torres.
Los de Arrasate, pese a no definir con contundencia, recuperaron poco a poco el control del encuentro. El Espanyol tenía problemas para tener el balón y sus ocasiones se habían reducido en exceso. La más clara, una asistencia de Wu Lei a Pedrosa que el lateral izquierdo cabeceó por encima del larguero justo antes del descanso.
Osasuna replicó con contundencia y puso a prueba los reflejos de Diego López, que sacó una mano estelar para evitar el empate de Robert Torres, que probó fortuna desde la frontal del área. El meta, ovacionado por su afición, fue uno de los claros protagonistas de la primera mitad.
En la reanudación, Diego López no fue suficiente para el Espanyol. Los pupilos de Arrasate tardaron 28 segundos en ver puerta y enfriar al RCDE Stadium. Estupiñán aprovechó un desajuste defensivo para centrar un balón a Rubén García, que saltó por encima de los zagueros y batió al portero para firmar el 1-1.
La reacción de Oasuna no había acabado. Bernardo cedió el balón al meta, Chimy Ávila lo robó y marcó el 1-2. El Espanyol había pasado de controlar el marcador a verse por detrás en apenas tres minutos. El enfado de su entrenador, Pablo Machín, en la banda era evidente, aunque el técnico pidió tranquilidad para calmar los nervios de su equipo.
El partido volvió a vivir un giro de guión en el minuto 52, cuando Roncaglia vio la segunda tarjeta amarilla y abandonó el terreno de juego. El Espanyol dio entrada a Calleri par buscar el empate con más pólvora. El delantero argentino estuvo cerca de lograrlo, pero Juan Pérez se lució en la portería.
Machín dobló la puesta ofensiva y dio entrada a Melendo por Calero y a Piatti, que volvió tras una lesión, por Pedrosa. Todos los cambios agotados en el minuto 68. Osasuna, por su parte, minimizó riesgos, pero sin descuidar la intensidad y, aunque estaba con un jugador menos, tenía el encuentro donde quería.
El anfitrión jugó con precipitación en los compases finales. Pases largos y centros imprecisos fueron todo el repertorio blanquiazul en ese tramo. Sus llegadas al área eran forzadas y no garantizaban ninguna ocasión clara de gol. Los rojillos no sufrían pese a estar con diez jugadores.
Es más, Osasuna remató a su rival con la tercera diana tras una contra de Moncayola, que aprovechó el enésimo despiste del conjunto local en el minuto 84. Y otra más: un penalti que anotó Roberto Torres en el tiempo añadido. El RCDE Stadium explotó y los aficionados pericos cargaron contra los jugadores y la directiva.
Jonathan Calleri se estrenó en el minuto 93 y firmó un tanto que no sirvió para maquillar el mal partido del Espanyol ni tampoco para calmar los ánimos de sus seguidores.