Luis Rubiales ha sido uno de los personajes más protagonistas en el mundo del deporte español en 2019. El presidente de la Real Federación Española de Fútbol ha estado mes tras mes bajo los focos con alguna polémica que, de manera directa o indirecta, le afectaba.
El expresidente de la Asociación de Futbolistas Españoles se ha caracterizado durante su más de año y medio de etapa a los mandos del balompié nacional por ser más polémico que el presidente que ha revolucionado positivamente el deporte rey de este país.
Si Rubiales fuera un actor, tendría varias actuaciones por las que llevarse un Oscar. A falta de este tipo de premio para el presidente, o el personaje, del año, solo queda echar una mirada atrás a sus momentos estrella durante el 2019.
Si él ha querido que su federación destacase por la transparencia y la honestidad, este año ha quedado patente que su organismo se caracteriza por la improvisación y la belicosidad que, cada cierto tiempo, provoca guerras internas o externas.
La gran guerra
Si hay un enfrentamiento que se lleva la palma, pero que no es nuevo de esta temporada, es el que libra contra Javier Tebas. La guerra RFEF-LaLiga ha disfrutado este 2019 de un paso más allá con los tribunales como testigos y sin resolver algunos problemas que durante el 2020 buscarán solución.
La temporada pasada el máximo responsable del fútbol profesional intentó llevar a Miami La Liga española con el famoso Girona - Barça que se disputó finalmente el 27 de enero en Montilivi. De esa guisa Tebas empezaba un año de enfrentamiento continuo contra Rubiales y que se ha terminado con el mismo problema.
El presidente de LaLiga trató de llevarse al mismo lugar el Villarreal - Atlético de Madrid, que acabó de la misma manera. Todo ello ante la negativa rotunda de Rubiales a ofrecerle algún tipo de apoyo, todo lo contrario.
En esta ocasión también hubo un juzgado de por medio ante el que se solicitaron las medidas cautelares que permitieran la celebración del encuentro en Estados Unidos. La justicia madrileña lo desestimó y el partido se disputó en el Estadio de la Cerámica. La vista oral de esta demanda será en febrero de 2020, por lo que aún está más que candente este problema del fútbol nacional.
Con este entorno, se vieron antes las caras en los juzgados por los horarios. La Liga 2019/2020 estuvo amenazada hasta su inicio debido a que Rubiales decidió llevar la causa de los horarios ante la Justicia.
Cuando LaLiga publicó los horarios de las tres primeras jornadas, la RFEF pidió a su Juez Única de Competición que modificara los que estuvieran presupuestados para los lunes. La causa llegó finalmente al Juzgado de lo Mercantil número 2 de Madrid que decidió que los viernes se salvaban, pero que apoyó la postura de Rubiales. Es seguro que esta guerra dará aún más batallas en el futuro.
Pero estas dos batallas no han sido las únicas que han librado durante este 2019. Rubiales decidió que asumiría la venta directa de los derechos de televisión de la Copa del Rey, una cuestión por la que, según los cálculos de LaLiga, que era la responsable de venderlos junto a los de La Liga hasta ahora, han dejado de ganar los clubes hasta 50 millones de euros.
La Federación vio como las principales empresas pasaban de los 45 millones que pedía por temporada para el período 2019/2020-2021/2022 y apuró las ofertas que tuvo inferiores a esa cantidad para que finalmente fuera DAZN la que se hizo con los derechos de esta competición.
Luis Enrique y Robert Moreno
Por si sabían a poco estos conflictos, la Federación volvió a vivir otro ridículo con la Selección. La andadura de Rubiales empezó con la destitución de Julen Lopetegui días antes de empezar el Mundial de Rusia tras confirmarse que sería el próximo entrenador del Real Madrid.
Rubiales volvió a superarse con la gestión del problema entre Luis Enrique y Robert Moreno. El asturiano tuvo que echarse a un lado por la enfermedad de su hija, motivo por el cuál el que fuera su segundo entrenador llegó a dirigir a la selección española.
Cuando todo el torrente de emociones por el que pasó Luis Enrique quedó atrás y Robert Moreno había clasificado para la Eurocopa a España, los problemas personales que existían entre los dos explotaron y Rubiales tenía que decidir qué sucedería con el futuro del banquillo de la Selección.
Ninguno aclaró del todo cómo se gestó el regreso de Luis Enrique y la decisión de Robert Moreno de dejar el puesto, pero sí que constó a las arcas de la Federación el finiquito del que fue seleccionador español durante el último tramo de la fase de clasificación para la siguiente competición continental.
Todo ello además quedó en un cuadro con declaraciones que no se correspondían por cada una de las partes y con la creación de una tensión en la Selección por segunda vez consecutiva antes de un gran torneo.
El fútbol sala
Dentro del conflicto con Tebas, hay una escisión que, aunque económicamente no es muy llamativa, afecta de lleno al futuro de un deporte como es el fútbol sala. Rubiales tomó la decisión de romper la relación con la Liga Nacional de Fútbol Sala presidida por Javier Lozano para que la Federación, a través de una comisión, fuera quien gestione las competiciones.
Después de 25 años en los que el organismo que agrupaba a todos los clubes de fútbol sala se ha encargado de este deporte en el país, ha sido relevada en sus funciones y, sin que haya intervenido por ahora ningún juez, la Federación ha asumido ese cargo. En el aire están los contratos de televisión y los comerciales con alrededor de 700.000 euros aún por repartir para esta temporada.
La Supercopa, un dilema
Si se decía que Rubiales comenzó y terminó el 2019 impidiendo el partido de Miami, la gran incoherencia llegó en el último tramo de este año cuando anunció que la Supercopa de España se volvería a jugar fuera de la península. En 2018 Barça y Sevilla la jugaron por primera vez lejos del país, concretamente en Marruecos.
Después de estar desde el verano valorando ofertas, Rubiales se decantó por Arabia Saudí con todo lo que ello conllevaba. FIFA y UEFA mostraron su descontento por esta decisión debido a que este país es la raíz del pirateo sistemático de la señal de BeIN Sports que le está haciendo perder más de 1.000 millones de dólares.
El defensor del aficionado con los horarios, se ha llevado esta competición con el nuevo formato que implica a cuatro clubes a 4.500 kilómetros. Lo ha hecho en un país en el que no se defienden los valores de igualdad entre hombres y mujeres, a pesar de las cuestiones de vestimenta y de permiso de entrada al estadio que hicieron públicos en la presentación del torneo.
El fútbol femenino
Otra de las guerras con la que se salió con la suya en este 2019 ha sido el fútbol femenino. Rubiales recuperó la gestión de una competición de la que siempre fue titular y necesitaba un empujón en medio de la burbuja que poco a poco ascendía al amparo de un histórico Mundial de Francia de 2019 para la Selección.
Con eso decidió cambiar para la temporada 2019/2020 el logotipo, el nombre y la organización de la segunda categoría. Bajo el patrocinio de Iberdrola, Rubiales presentó una competición que se jugaría "sábado y domingo, no lunes y viernes" en un claro dardo contra Javier Tebas.
Además apostó porque las jugadoras llevasen nombre en la camiseta para que dejasen "de ser anónimas" y un impulso para la consolidación de las canteras con la obligación de que cada club tengan tres equipos de categorías inferiores.
Pero todo ello se opacó con dos grandes problemas: el convenio colectivo y la titularidad de los derechos comerciales de los clubes. El primero termina 2019 con el futuro encauzado tras el principio de acuerdo que se rubricará en enero. Pero antes derivó en una jornada de huelga en el fútbol femenino que puso en perspectiva el problema ante el mundo.
En cuanto al segundo, Rubiales se encontró con el muro de distintos fallos judiciales e informes de Competencia que avalaron que los titulares de esos derechos son los clubes. La Asociación de Clubes de Fútbol Femenino había logrado con anterioridad un acuerdo con Mediapro de tres millones de euros para el período de 2019 a 2022.
Rubiales ha prometido elevar esa apuesta a los 4,2 millones por temporada para convencer a todos los clubes. Hasta ahora solo cuatro equipos se han sumado al Programa Élite para ceder los derechos a la RFEF, pero aún no emiten los partidos por los operadores con los que la federación tiene firmados acuerdos y lo hacen a través de sus propias plataformas. Un entuerto que no permite que los aficionados al fútbol puedan ver todos los partidos de alguna manera.
Con esta lista de frentes abiertos, Rubiales afrontará en 2020 unas elecciones que él mismo anunció para antes de la Eurocopa con el objetivo de que no haya un "presidente inestable" durante el torneo. Aún sin rivales por el puesto, la belicosidad que ha demostrado durante su etapa puede ser un motivo bastante certero para que su puesto esté en riesgo.
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