Desde su implantación en la temporada 2018/2019, el VAR ha sido casi más protagonista en La Liga que cualquier jugador. Una competición que tiene en sus filas a Leo Messi o Luka Modric, ha visto como se opacaban las figuras de los diferentes equipos por el sistema que llegaba para apartar la polémica de los partidos e instaurar un fútbol más justo en España.
Con esas credenciales, y llegando al final de este 2019, se puede decir que el sistema ha fracasado. Ya fuera con el VAR de Mediapro o con el de HawkEye, la polémica no se ha terminado de apartar del fútbol. Pero más allá de eso, más que nada porque España es un país que se retroalimenta de los escándalos, el problema está en que esa equidad y ese fallo 0 que busca el Comité Técnico de Árbitros que tampoco se ha visto reflejado sobre los campos de Primera y, desde la 2019/2020, en los de Segunda.
El VAR, durante este año, ha dejado más dudas que certezas. A pesar de que cada trimestre Carlos Velasco Carballo hace una rueda de prensa en la que se congratula de los resultados, fin de semana tras fin de semana llega a los oídos o a los ojos de la Real Federación Española de Fútbol una nueva queja sobre el funcionamiento del VAR por parte de un club de la máxima categoría.
El primer VAR
Antes de repasar la actuación del VAR durante el 2019, hay que aclarar que durante este año el aficionado al fútbol ha vivido dos tecnologías. Durante la primera temporada, el sistema que se utilizó contaba con la realización de Mediapro y en la 2019/2020 la responsabilidad pasó a HawkEye, la empresa que se encarga de los grandes eventos futbolísticos y que también provee a la Premier League.
Durante la primera etapa en este 2019 ya nos dejó grandes pifias que los clubes se encargaron de remarcar. El año comenzaba en Anoeta con un claro penalti de Gerónimo Rulli a Vinicius Junior que ni el colegiado ni el VAR señalaron. La repercusión que supone un fallo contra el Real Madrid es superior a cualquier otro equipo, por lo que el año empezaba con malas vibraciones para esta tecnología.
Unos días después el Getafe veía como no se le pitaba un claro penalti de Mohammed Salisu, jugador del Real Valladolid, en los minutos finales del encuentro. Todo ello venía precedido de un escándalo en San Mamés con otro penalti que el VAR revisó y no señaló en 2018 y de un gol que la tecnología anuló a Jaime Mata ante el Barça por una presunta falta de Ángel sobre Clement Lenglet en la jornada previa que impidió que los azulones se adelantasen en el marcador.
Hablando del Valladolid, en la siguiente jornada veía como el linier de Iglesias Villanueva levantaba el banderín y no dejaba seguir una jugada en la que Oscar Plano se plantaba solo delante del portero del Valencia. En la repetición se vio como además, el jugador blanquivioleta partía en posición correcta.
En ese mismo mes, el Barça se llevó el partido frente al Leganés en el Camp Nou con polémica. En el segundo gol de los azulgrana, un rechace de un disparo de Leo Messi fue aprovechado por Luis Suárez para poner por delante al equipo blaugrana. Pero lo hizo arrollando a 'Pichu' Cuellar con una fuerza desmedida. El VAR revisó la acción y terminó dando el gol.
Empezó la moda de los comunicados contra el VAR con el Celta de Vigo en el mes de febrero en un partido contra el Getafe, otra vez en el ojo del huracán. Los gallegos se quejaron en el texto de que en el penalti que hizo Hugo Mallo y el VAR no lo puso en duda y de una mano de Mathieu Flamini dentro del área.
Pero la rajada de las rajadas llegó en el mes de abril donde Quico Catalán, presidente del Levante se levantó en armas contra el VAR por tres jugadas: un gol anulado a Coke por arrollar a Iago Herrerín, una mano de Íñigo Martínez y, sobre todo, el penalti que Munuera Montero señaló en el descuento y dio la victoria al Athletic cuando Iker Muniaín partía desde posición de fuera de juego.
Todo este primer año acabó con la temporada con menos fueras de juego, más penaltis en los últimos 10 años, menos tarjetas amarillas y rojas, subieran los goles después del minuto 90 y bajase el tiempo efectivo de juego de los 54 minutos y 18 segundos a 53 minutos y ocho segundos.
El VAR de la Federación
Este pasado verano la Federación decidió otorgar el VAR de la temporada 2019/2020 a HawkEye en una decisión que acabó en los tribunales y teniendo que hacer públicas las ofertas que le llegaron para hacerse cargo de esta tecnología. A pesar de la notoriedad de la empresa, había dudas de su implantación en un período tan corto de tiempo, pero finalmente se consiguió.
Ante este nuevo panorama, se sumó al juego una nueva polémica con la famosa circular de las faltas sobre el tendón de Aquiles. En la primera jornada Luka Modric y Jorge Molina fueron expulsados por esta condición. Algo que no volvió a repetirse desde ese inicio de Liga a pesar de que en otras jornadas algunos jugadores han mostrado heridas en esa zona. Aunque Jorge Sáenz y Willian Carvalho también sufrieron los efectos del desacuerdo y fueron expulsados. Como ejemplo de los que no vieron tarjeta, vale la imagen de Jaime Mata con varios puntos de sutura.
Pero la mayor polémica sucedió en Butarque. El Leganés ha sido el club que más escándalos ha vivido en esta presente temporada, pero el que puso el grito en el cielo fue el posible fallo de comunicación en el momento en el que se pitó un penalti en una acción que se había cometido fuera del área a favor del Levante. El conjunto pepinero solicitó la impugnación del partido y que se repitiera el partido desde el momento en el que se produjo la acción.
Además, en plena guerra RFEF-LaLiga, el Athletic-Valencia del 28 de septiembre puso un frente más después de que en el único gol del partido, el de Denis Cheryshev, se emitieran unas líneas para marcar el no fuera de juego que indicaban todo lo contrario. Líneas que provenían de la retransmisión de Mediapro y no del VAR, que las envió 40 minutos después.
Tras estos dos acontecimientos, no ha habido jornada en la que un club no se haya quejado del VAR, incluso los más grandes. El Atlético se quejó de lo sucedido en el final del partido en su empate a uno con el Sevilla cuando Jules Koundé retuvo el balón sobre la línea y con la mano, pero la tecnología no decretó nada ilegal.
Más seria fue la queja del Barça tras su empate en Anoeta. El equipo blaugrana envió una queja formal a la Federación en forma de carta después de que no se decretase penalti la acción entre Gerard Piqué y Diego Llorente. Todo venía precedido de un penalti de Sergio Busquets por agarrón sobre el mismo jugador de la Real Sociedad que sí se pitó. Jugadas similares que el VAR interpretó de diferente forma.
Y el Real Madrid vio como El Clásico se quedaba en empate a cero en el encuentro siguiente a esta polémica. Raphael Varane sufrió en un minuto dos penaltis diferentes: primero un agarrón de Ivan Rakitic dentro del área y después un planchazo de Clement Lenglet. El VAR, según los expertos, revisó hasta cuatro jugadas distintas en ese minuto, pero no rearbitró ninguna de ellas. Emilio Butragueño hizo una queja más que seria en los micrófonos de Movistar LaLiga que se vio reforzada por el título de la crónica de la página web del club.
Las jugadas grises, los cambios de reglamento mediante circulares, las desconexiones de la tecnología, que el árbitro que está en el VOR tenga que 'matar' a un compañero corrigiéndole un error... Hay mil razones por los que el VAR está destinado a seguir en el foco de la polémica más que a destacar por sus aciertos. Le deseamos un 2020 más afortunado, pero al CTA le queda un largo camino aún por recorrer para convencer a todo el universo fútbol de que el sistema funciona.
[Más información: El error que la Federación reconoce con el VAR esta temporada]