El Tenerife logró en apenas quince minutos dejar casi petrificado al Real Valladolid y apearlo de la Copa del Rey, al remontar un tanto de Sandro con goles de Josule y Dani Gómez. [Narración y estadísticsas: Tenerife 2-1 Valladolid]
La hipotética diferencia de cualificación futbolística entre una y otra plantilla quedó ya evidente desde los instantes iniciales del encuentro, puesto que los vallisoletanos pronto asumieron un rol bastante más dominador que el equipo tinerfeño, que se limitó principalmente a contener las acometidas de su rival.
En el primer minuto de juego el atacante visitante Sandró trató de sorprender a Ortolá con un disparo desde la frontal, pero el balón acabó en las manos del meta, mientras que en el minuto 11 fue el canterano Elliot el que remató un centro de Luis Pérez, pero el balón se fue finalmente junto a la cepa del poste derecho de Caro.
Nacho dispuso en el minuto 16 de otra excelente ocasión para desnivelar el marcador, pero su disparo desde cerca del punto de penalti acabó de nuevo en las manos de Ortolá, mientras que al filo de la media hora fue primero Joselu y luego Elliot los que pusieron en un brete a Caro, tras un error del propio cancerbero.
Con ambos equipos emplazados en la parcela defendida por los insulares concluyó una anodina primera parte, para reanudarse el juego poco después con unas perspectivas mucho más atrevidas, sobre todo por parte de los tinerfeños, que tras el descanso no mostraron tanto recelo.
Pero en el minuto 51, un pase de Óscar Plano sobre Sandro permitió al atacante situarse frente a Ortolá y, tras rematar a las manos del cancerbero, aprovechó el rechace del meta para, de espuela, abrir el marcador.
Pero los tinerfeños se repusieron y en el minuto 66 un centro desde la izquierda de Moore permitió al debutante Joselu, en boca de gol, cabecear a la red defendida por Masip, aunque, previamente Alberto, también de cabeza, ocasionó un sobresalto al meta tras cabecear un córner lanzado por Milla.
El empate no sólo espoleó al cuadro insular, sino que, además, lo llevó casi a cercar a su rival en su propio campo, alcanzando un momento de auténtico delirio en el minuto 85 cuando Dani Gómez anotó de penalti el segundo tanto para su equipo, después de ser derribado por el defensor Alende.
De aquí a la conclusión del encuentro ya prácticamente poco ocurrió, puesto que los vallisoletanos se veían casi imposibilitados para, al menos, marcar un nuevo tanto con el que mantener vivo el sueño de continuar en competición, suerte que finalmente se decantó del lado tinerfeño.