El machismo y el racismo se han convertido en dos lacras que persiguen al fútbol, desde la base hasta la élite. Nadie se salva de ataques por parte de ciertos grupos de aficionados o incluso de los propios profesionales. El último caso que ha levantado mucha polvareda en Inglaterra sucedió este mismo mes de enero, durante un partido de la Segunda División inglesa femenina.
Coventry y Crystal Palace se enfrentaron en el Butts Park Arena. La victoria cayó del lado de las futbolistas locales por 3-2, pero eso no es lo más importante. El encuentro acabó sin que el colegiado o sus asistentes parasen el mismo por los insultos que recibieron las jugadoras del equipo visitante, pese a que estas avisaron de lo sucedido al cuerpo arbitral en el descanso.
Ha sido la portera del Crystal Palace, Lucy Gillett, quien ha denunciado los insultos sexistas que llegaron por parte de un grupo de hombres que incluso, según ha dicho la guardameta, podrían formar parte del equipo masculino del Coventry. Desde gritos obscenos a pedir que se comprobase el sexo de varias futbolistas.
"En mis 18 años en este deporte jamás me había pasado algo así. Hubo abuso verbal dirigido a mí directamente y a al menos siete de mis compañeras de equipo. Además, se metían con el tamaño de mi trasero, me decían que ya era hora de que renovara mi carnet de socia del gimnasio, me cantaban 'me gustan los culos gordos, no puedo mentir'", ha dicho Lucy Gillett en declaraciones para BBC y The Telegraph.
Investigación en curso
La propia cuenta del Coventry en Twitter publicó un mensaje que decía "ambiente electrizante en el Butts Park". Un tuit que rescató Lucy Gillett, ya que en él también se confirmó que había "jugadores del equipo masculino" apoyando al femenino. La portera contestó con otro post: "En mis 18 años como jugadora de fútbol nunca he experimentado una atmósfera como la del domingo".
"Los jugadores de vuestro equipo masculino abusando verbalmente de las jugadoras. Es chocante. Yo soy lo suficientemente fuerte como para no tomármelo como algo personal, pero me preocupo por las jóvenes futbolistas que puedan tener que jugar en vuestro campo con este tipo de insultos", finalizó.
La denuncia oficial de la guardameta del Crystal Palace ha desencadenado la posterior apertura de una investigación por parte del Coventry y de la FA (Federación Inglesa de Fútbol). El objetivo es esclarecer lo sucedido durante el encuentro de la Segunda inglesa femenina y poder imponer un castigo ejemplar si se demuestra que fueron jugadores del equipo masculino los implicados.
Tolerancia cero
Basta. Las futbolistas piden y exigen respeto para ellas. De hecho, Lucy Gillett ha asegurado que "si hubieran sido comentarios racistas, no se habrían tolerado". "Hay futbolistas que se han ido del campo por ello, quizá yo debería haberlo hecho también", ha reflexionado ante medios británicos que han querido visibilizar y denunciar lo sucedido en el campo del Coventry.
La guardameta transmitió lo que estaba ocurriendo en la grada al final de la primera mitad y ha afirmado que "representantes del Coventry dijeron que se encargarían" de aquellos que estuviesen dedicando esos insultos machistas. "Dijeron que avisarían a seguridad, pero yo no vi que pasara nada", ha revelado, finalmente, Gillett.
Desde el Crystal Palace, en la voz de su portera, piden que se lleve a cabo un protocolo estricto para impedir que este tipo de insultos sexistas, totalmente intolerables, se vuelvan a escuchar en un campo de fútbol. Mientras, un portavoz de la FA ha asegurado, en declaraciones para la BBC, que hay tolerancia cero con "la homofobia, la bifobia y la transfobia" a todos los niveles en el mundo del balompié.
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