El Getafe de José Bordalás se clasificó para los octavos de final de la Europa League después de perder 2-1 ante el Ajax, heredero del estilo de Johan Cruyff y agotado por un equipo cuyo modelo mecánico, físico e intenso hizo historia en el templo del jugador más admirado e influyente para el entrenador del conjunto madrileño. [Narración y estadísticas: Ajax 2-1 Getafe]
A veces el fútbol es curioso. Un hombre como Bordalás, idolatrador de Cruyff, acabó con sus herederos con un estilo absolutamente antagónico. El preparador alicantino perdió ante Erik ten Hag, pero volvió a dar un baño táctico a su homólogo en el banquillo y levantó la bandera del técnico capaz de exprimir a un grupo de jugadores que a sus órdenes incrementan su valor. Todos, del primero al último, brillaron para doblegar a todo un equipo como el Ajax, que se salvó de la derrota con tres disparos al palo del Getafe a lo largo del partido.
Casi en el aniversario en el que el Ajax asaltó el estadio Santiago Bernabéu con una exhibición, los hombres de Ten Haag se encontraron con uno de los peores rivales posibles para salir indemne de uno de los momentos cumbres del curso. Al choque ante el Getafe, vital para su supervivencia europea, el pasado fin de semana se le unió otro trascendental en su pelea por la Eredivisie después de caer con el Heracles. Ahora, el partido que jugará este domingo ante el segundo, el AZ Alkmaar, será vital por el título.
Con el agua al cuello en el límite del éxito o del fracaso, Ten Hag tampoco tenía a favor las bajas de su equipo para intentar la remontada. Algunas clave, como la del marroquí Hakim Ziyech o la del argentino Nicolás Tagliafico que sustituyó con imberbes como la joya de la cantera Ryan Gravenberch o el prácticamente inédito Danilo Pereira, que apenas ha jugado 19 minutos con el primer equipo.
Bordalás lo tenía mucho más claro. Apostó por los mismos que doblegaron a su rival en la ida. Volvió a incluir al brasileño Deyverson en el once para dotar de más combatividad a su esquema e hizo lo esperado: intentar presionar arriba, interrumpir lo más posible la salida de la pelota del Ajax y alargar cualquier saque de banda, de portería o de falta lo más posible.
En esta ocasión lo hizo de forma más exagerada. Después de la ida, los jugadores del Ajax lamentaron casi hasta el lagrimeo las supuestas pérdidas de tiempo del Getafe. Simplemente, fueron tan superados desde el minuto 1 al 90 que no encontraron muchos argumentos para justificar su derrota. Varios jugadores como el serbio Dusan Tadic calentaron la vuelta con sus declaraciones y, desde el pitido inicial, se notó la tensión.
El mismo Tadic contaba con los dedos los segundos que tardaba en sacar David Soria desde la portería y Donny van de Beek no paraba de protestar al árbitro cada jugada. Y, en ese principio volcánico, hasta Ten Hag y Bordalás se encararon en los banquillos para recibir una tarjeta cada uno.
Jaime Mata y su cita con el gol
Pese a que el Ajax intentó salir a golpear primero, fue el Getafe el que dio un puñetazo encima de la mesa con el tanto de Jaime Mata a los cinco minutos. El uruguayo Mathías Olivera sacó de banda, Deyverson centró la pelota según le llegó a su bota derecha y Jaime Mata se revolvió dentro del área para hacer el 0-1 ante la desesperación de Onana.
Aunque la contestación del Ajax fue rápida gracias a una jugada de Van de Beek que remató con acierto Danilo, el equipo neerlandés acabó otra vez atrapado en la tela de araña tejida por Bordalás. El Getafe no recibió más ocasiones en la primera parte. Corrió mucho detrás de la pelota, pero rodeó bien la portería de Soria y vivió tranquilo hasta el descanso. Incluso pudo marcharse con una ventaja más amplia, pero Jaime Mata, con un cabezazo a la salida de un córner, y Deyverson, con un remate dentro del área, se encontraron con los postes de la portería del camerunés Andre Onana.
En la reanudación, Ten Hag sacó más pólvora arriba con Quincy Promes para intentar una remontada que parecía imposible. Durante quince minutos continuó con la tónica de la primera parte, atascado, lejos del área del Getafe, que controló el partido con dos nombres graníticos que estuvieron inconmensurables en el centro de campo como Mauro Arambarri y Nemanja Makswimovic.
El Ajax confiaba
Sin embargo, una jugada aislada y desafortunada dio aire al Ajax, que recortó distancias con un tanto en propia meta de Mathías Olivera para oxigenar a un equipo que parecía muerto. Al cuadro neerlandés le quedaban 25 minutos para lograr una gesta inabordable.
Y más cuando el Getafe, curiosamente, agarró la pelota y acumuló sus minutos más dominadores del encuentro. En ellos, volvió a estrellarse contra el palo de forma más esperpéntica con un remate de Maksimovic que golpeó en los dos postes de la meta de Onana. La pelota no quiso entrar y parecía no querer sentenciar al Ajax, con vida a falta de diez minutos de forma milagrosa.
Histórico Getafe
La tragedia del conjunto madrileño con el Bayern se olía en el ambiente. Aquel partido de 2007 con un final aciago en la prórroga está clavado en la memoria del club azulón, que no quería repetir la jugada. Lo consiguió. Arrebató tiempo al cronómetro magistralmente. El Ajax cayó en la trampa, abandonó su estilo, perdió definitivamente cualquier atisbo de su exquisitez y el Getafe se llevó una clasificación histórica en el templo de Johan Cruyff, el ídolo de José Bordalás Jiménez, el gran artífice de una gesta histórica.