20 años de La Liga del Dépor según sus héroes: "Había mucho miedo de fallar como en el 94"
EL ESPAÑOL habla con Irureta y Manuel Pablo, entrenador y jugador respectivamente y protagonistas del título logrado hace ya dos décadas.
18 mayo, 2020 23:09Noticias relacionadas
"Cómo me voy a olvidar, si el Deportivo ganó La Liga, cómo me voy a olvidar, si es lo mejor que me pasó en la vida", recuerdan los aficionados del conjunto gallego en cada partido que juegan en Riazor y en los desplazamientos que hace la afición.
El conjunto coruñés celebra este martes el vigésimo aniversario de su título, tras ganar el viernes 19 de mayo su primera y única liga. El equipo gallego, a día de hoy, sigue siendo el último conjunto que se incorporó al club de los que ganaron La Liga, Tan solo la han conquistado Real Madrid, Barcelona, Atlético, Athletic, Valencia, Real Sociedad, Betis y Sevilla.
Y no solo eso, también consiguió saldar una deuda histórica con su afición tras haberse quedado dos veces a las puertas del campeonato, la última en 1994.
Además, logró clasificarse para la Champions League por primera vez en su historia y jugar dicha competición durante cinco temporadas consecutivas.
Los fantasmas del pasado
El Deportivo, como le había pasado seis años antes, llegaba a la última jornada dependiendo de sí mismo para cantar el alirón y con la amenaza del Barcelona, que en 1994 le había arrebatado el campeonato por el famoso penalti que falló el deportivista Miroslav Djukic.
"Lo más difícil no fue ese último partido, ya que jugando en Riazor todo era más fácil porque habíamos sido un equipo muy fuerte durante la temporada en casa. Lo más complicado fue el desplazamiento días antes a Santander para jugar contra el Racing. Nos acompañaron muchos aficionados y sabíamos que si no fallábamos, teníamos mucho trabajo hecho de cara a la última jornada", relata Manuel Pablo a EL ESPAÑOL, uno de los héroes de esa liga, que actualmente es el segundo entrenador del Deportivo Fabril y que vistió la camiseta gallega durante 18 temporadas.
"Ver horas antes los alrededores de Riazor llenos y luego el estadio a rebosar y animando cada minuto fue algo increíble que nos ayudó a poder ganar el partido y la liga", dice Irureta a EL ESPAÑOL, entrenador por aquel entonces del conjunto gallego y que estuvo siete temporadas en el banquillo coruñés.
El fútbol le debía una, o dos, porque también en 1950 había rozado el campeonato, si bien entonces dependía del resultado de su rival (el Atlético de Madrid) en la jornada final de la temporada, en la que, durante unos minutos fue campeón.
"Había jugadores que estuvieron presentes en la última liga perdida. El fútbol nos debía algo. Y nosotros se lo debíamos a la afición. Existía ese miedo de poder perderla de nuevo y de fallar", comenta Irureta.
"Todo hubiese sido más complicado si no llegamos a ganar en Santander, porque el Barcelona se nos ponía por delante. Estábamos más preocupados de los partidos de fuera de casa, que es donde solíamos fallar, que con el último. La afición siempre fue muy importante para ganar la liga, ya que sin ellos tal vez no la hubiésemos conquistado. Hace unos años tuvo un golpe muy duro y obviamente estaba en el recuerdo las dos últimas ligas perdidas. Había miedo de fallar de nuevo", manifiesta el exdefensa del Dépor.
Pero esta vez no hubo sufrimiento, como en 1994, sino felicidad porque, además, el camino se allanó pronto con el primer gol de los deportivistas, que aquel día tenían enfrente al Espanyol y porque, además, el Barcelona tampoco era capaz de sacar su partido adelante ante el Celta de Vigo en el Camp Nou.
Donato adelantó a los blanquiazules en un saque de esquina cuando solo habían transcurrido tres minutos y Makaay amplió la renta poco después de la media hora de encuentro, momento en el que el Celta ganaba 0-2 en Barcelona.
Riazor lo vio claro y entonó el "campeones, campeones", sabedor de que los fantasmas se habían ido. No se movió el marcador en Coruña y, aunque en Barcelona el encuentro acabó en empate, el Deportivo se adjudicó el título.
"Ha pasado el tiempo muy rápido, parece que esto ocurre cuando son cosas buenas (risas). Fue un hecho histórico, muy bonito y que jamás olvidaremos. La primera liga y competir ante equipos como el Barcelona y el Real Madrid... Sin palabras. Fue algo único, muy difícil de conseguir y hoy en día más", dice Manuel Pablo.
Consciente de la dificultad que era competir ante equipos como Real Madrid y el Barcelona, el Deportivo no tenía como objetivo conquistar el campeonato liguero.
"Nosotros, cuando empieza todo, no salimos a ser campeones de liga. Pero una vez que vas ganando y te pones con ventaja, uno sueña con ello y se lo empieza a creer. Ya uno empieza a tener una presión que no tenía antes porque lo ve muy de cerca", añade el exjugador del Dépor.
En la misma línea se expresa Irureta: "Cuando todo empezó, nadie podía pensar que podíamos e íbamos a ser campeones. Pero el fútbol es así de maravilloso y conseguimos algo que no habíamos logrado antes. Nunca se me olvidará el día que conquistamos la liga y la celebración".
"A medida que iban pasando las jornadas nos lo empezamos a creer. La primera vuelta ganamos siete partidos consecutivos y cogimos buena ventaja sobre el segundo. Ahí uno ve que puede conseguirlo. Pero la segunda vuelta nos costó, parecía que el Barcelona nos podía coger, pero ellos también fallaba. Ganar la liga estaba cada vez más cerca, la presión era mayor, pero al final lo conseguimos. En el último partido no vimos peligrar la liga porque marcamos muy pronto, pero si nos llegan a empatar tal vez hubiesen aparecido nervios y los fantasmas del pasado. Ya con el segundo gol todo fue más fácil", manifiesta Manuel Pablo.
Para Barcelona o Real Madrid, no ganar la liga tal vez hubiese sido un fracaso. ¿Pero para el Deportivo? Manuel Pablo lo tiene claro: "No, no lo hubiese sido. Hubiese sido duro no ganarla y un paro, pero no un fracaso. No ganarla nos hubiese producido mucha tristeza, especialmente a la afición".
El árbitro pitó el final del partido, el Deportivo campeón y se desata la locura en Riazor. "Así es. Todo increíble y espectacular. El estadio lleno y todos muy emocionados. Fue el mejor día y el más importante de nuestras vidas deportivas. A pesar de que también ganamos la Copa del Rey, la liga sabe mejor por la regularidad que hay que mantener", dicen ambas exfiguras del Deportivo.
"Uno no se da cuenta de la dimensión de lo que ha logrado más tarde. En el momento de ganar es todo felicidad, pero con el tiempo te das cuenta de lo difícil y complicado que fue ganar la liga", comenta ambos.
Las celebraciones
La Coruña fue la séptima ciudad que pudo festejar un campeonato de Liga, el que el fútbol le debía. En un bus descapotado de dos plantas, con los jugadores teñidos de rubio, primero entre Riazor y la fuente de Cuatro Caminos y, al día siguiente, en la Plaza de María Pita, la fiesta fue inolvidable.
"Nunca había visto tanta gente: acompañándonos en el autobús, en la ciudad, los días previos... Fue todo muy bonito y una celebración muy cercana", declara Irureta.
"Los días posteriores al título fueron muy difíciles para los jugadores (risas). Muchas fiestas, actos... La noche anterior que ganamos el título fue muy larga y fuimos al Ayuntamiento de Coruña con unas caritas que eran un poema. Cuando llegamos ahí estaba todo a reventar", afirma Manuel Pablo.
Ahora, ambas figuras del deportivismo esperan y desean que 'su' Dépor salga del pozo de Segunda y vuelva al lugar de donde nunca debería haber salido, al sitio de los grandes equipos. A Primera División.
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