Virgil van Dijk se ha convertido en uno de los mejores defensas del mundo y uno de los jugadores fundamentales del Liverpool. Su gran papel la temporada pasada ayudó a que su equipo ganase la Champions League.
Pero el camino del jugador holandés hasta llegar a la cima no ha sido nada fácil. Hubo un momento en el que su gran lucha no era contra los defensas sino contra la enfermedad.
A los 20 años sufrió un problema de salud grave que hizo temer por su vida llegando al punto de que llegó a redactar un testamento.
"Aún recuerdo estar tumbado en aquella cama. Lo único que podía ver eran un montón de tubos saliendo de mí, mi cuerpo estaba destrozado y no podía hacer nada. En ese momento se te vienen a la cabeza los peores escenarios", dijo Van Dijk tras haber sufrido una apendicitis que derivó en peritonitis e infección renal.
"Mi vida estaba en peligro, mi madre y yo rezamos y discutimos sobre las opciones que era posibles. En algún momento, tuve que firmar unos papeles, era una especie de testamento. Si me moría, una parte de mi dinero iría a mi madre. Claro que nadie quiere hablar de eso, pero había que hacerlo. Todo pudo haber acabado".
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