La pandemia no admite relajaciones. Mientras en muchas partes del mundo todavía combaten de lleno contra el coronavirus, en otras zonas afrontan con temor los rebrotes. Controlar el contagio del virus es ahora la prioridad mientras en países como España se entra en la 'nueva normalidad'. Cada detalle cuenta y por eso se extreman precauciones en actividades como el deporte.
El fútbol es el deporte rey. También fue el primero en volver aquí en España y su regreso se puede catalogar de éxito. Las estrictas medidas del protocolo en el que trabajaron el CSD y LaLiga ha dado sus frutos, y más allá que pequeños sustos por incumplimiento de un puñado de jugadores ha permitido que la competición en Primera y Segunda División se haya celebrado sin problemas en las cuatro jornadas que llevamos.
Pero el buen hacer de LaLiga en este caso no oculta el peligro que tiene la exposición al virus por asumir riesgos innecesarios. En España bien podría ser la insistencia en que vuelva el público. Hay países donde ya se ha hecho y no ha salido bien, por lo que no está de más mirar al ejemplo de Alemania que este fin de semana cierra su temporada y sin haber abierto los estadios al público desde el regreso del parón.
La experiencia serbia en rebrotes
Caso contrario a lo ocurrido en Serbia, donde eventos deportivos como el fútbol o el tenis que se han abierto al público han generado rebrotes. De sobra conocido es ya el Adria Tour de Djokovic, que ha causado el contagio de más de una decena de tenistas y gente de su entorno. Su 'gemelo' en el fútbol lo tenemos en el Estrella Roja, equipo que detectó cinco positivos en su plantilla tras celebrar un título con miles de fans. Otro partido allí provocó un rebrote en Montenegro por aficionados que viajaron al país vecino.
Las masas de aficionados de aficionados se han convertido en un temor tanto dentro como fuera de los estadios. Sin ir más lejos, este jueves hasta 5.000 aficionados del Liverpool se reunieron en los alrededores de Anfield para celebrar su primera Premier League tras 30 años. Lo mismo ocurrió una semana antes en Nápoles cuando el equipo de la ciudad se alzó campeón de la Coppa Italia ante la Juventus.
Y bajo esas premisas llegamos a los rebrotes de Lisboa que han puesto en riesgo la Champions League. A poco más de 40 días que la fase final de la máxima competición continental aterrice en la capital de Portugal, Lisboa ha decretado el confinamiento de 19 de los 24 distritos de su área metropolitana, solo uno en la capital. El motivo son los rebrotes que se van reproduciendo en una zona europea que no había sido demasiado castigada durante la pandemia.
Lisboa vuelve al confinamiento
Lisboa fue la elegida por la UEFA como sede para albergar desde los cuartos hasta la final por ser Portugal uno de los países del Viejo Continente menos azotados por la pandemia. Eso es lo que le llevó a imponerse a otras sedes como Madrid. Ahora estos rebrotes hacen saltar las alarmas, mientras que este jueves se declaraba el 77 de los últimos 311 casos registrados se habían detectado en un solo día.
Volver al confinamiento significa que se prohibirán las reuniones de más de diez personas, se obliga a un confinamiento absoluto a las personas de riesgo y se mantienen reglas de distanciamiento social, uso de mascarilla y gel hidroalcohólico. Los ciudadanos solo podrán salir de casa para trabajar o comprar. Así, la disputa del fútbol vuelve a estar riesgo si la cosa va a más.
La situación, por ahora, no es tan grave ya que las autoridades señalan que no hay ningún rebrote descontrolado. De hecho, en Estambul, la sede original de la final de Champions se siguen detectando positivos en futbolistas de equipos como el Besiktas. Esto, en caso de ser en un equipo de Champions, sería más peligroso para la disputa de la competición que el confinamiento actual de parte de la zona metropolitana de Lisboa.
Pero es el último aviso de que el fútbol juega con fuego si da un paso en falso ante el coronavirus. Los rebrotes dan casi por imposible que haya público en la fase final de la Champions, mientras en España se sigue trabajando en un protocolo que lo permita. ¿Será efectivo en LaLiga o será un riesgo que provoque situaciones como las de Serbia?