Leo Messi es considerado como uno de los futbolistas más grandes de todos los tiempos. Nadie ha ganado tantas veces el Balón de Oro como él, pero también ha recibido muchas críticas, en especial desde su país donde muchos le echan en cara que no haya llevado a Argentina a ganar un Mundial como sí hizo Diego Armando Maradona.
Sobre el futbolista del Barcelona ha hablado Daniele de Rossi durante una entrevista para La Nación: "Si en Italia cuentas que en la Argentina le dicen pecho frío a Messi, aquí se ríen, no entienden nada. ¡Cómo le vas a decir pecho frío a Messi que tiene dos huevos así de grandes! Hay gente que tiene el coraje de decirle pecho frío a Messi detrás de una computadora, y después ni tiene los huevos de pedirle a su mujer el control de la tele para cambiar de canal. ¡Y le dicen pecho frío a uno que marcó más de 1000 goles en su vida! ¡Vamos!".
"Él perdió dos finales de Copas América por penales, y yo soy campeón del mundo por penales. Mira, él es un pecho frío en la Argentina y yo soy un héroe junto con mis compañeros por haber ganado el Mundial del 2006 ¿Y cuál es la diferencia? 5 centímetros. No puede ser, no, me niego. Me gustaría que tengan en cuenta que muchas veces es él, el que se carga todo el equipo sobre su espalda", ha continuado con su defensa el ex de la Roma.
Daniele de Rossi, en la rueda de prensa de su retirada
"Futbolísticamente no hay nada más que explicar, se acabaron las palabras. Hay otros muy buenos, como Ronaldo, que puede ser comparable desde los números, los goles y trofeos, pero después hay una cuestión de placer, y a mí me gusta ver a Messi. La única fortuna que tuvo es que jugó en el equipo más grande de los últimos 30 años, el Barcelona de Guardiola, entonces sus compañeros, sin ser tan buenos como él, eran dignos de estar a su lado", ha añadido De Rossi.
Admiración
El italiano, quien dejó a principios de año Boca Juniors para regresar a Italia por asuntos personales, ha explicado que con sus propios ojos ha visto como compañeros de equipo que se enfrentaban a Messi le miraban "con ojos distintos" y que incluso a él le pasaba que cuando conseguía quitarle el balón, sentía algo diferente que si se lo quitaba a otro futbolista cualquiera.
"Compartir la cancha con él es una motivación. A veces me daba cuenta que mis compañeros, antes del partido, lo miraban con ojos distintos, como de admiración y también a mí me pasó. Yo trataba de no mostrar mis sentimientos ni mi debilidad ante un jugador tan grande. Cuando le quitas la pelota a Messi te da un sabor distinto a si se las quitas a un burro cualquiera", ha sentenciado un De Rossi que abandonó la Roma para cumplir un sueño y poder vivir en sus propias carnes lo que es jugar en un equipo argentino.
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