Deporte y afición siempre han estado unidos. Los hinchas, al fin y al cabo, le aportan un extra a aquel que cuenta con estos apoyos. Son el fichaje perfecto en función del estilo que se practique y de los ánimos que aporten. Sin embargo, con la llegada del coronavirus y la instauración de la 'nueva normalidad', ambas partes tienen difícil volver a coincidir.
Desde el primer momento en que estalló la crisis sanitaria, el sector se quedó en medio de una incógnita que aún no tiene respuesta. Especialmente del que reina en España como es el fútbol. Los clubes, conscientes de la importancia económica y anímica de que aportan los seguidores, vieron como La Liga o la ACB se reanudaban sin ningún apoyo en las gradas.
Pero, a medida que se ha ido liberando el confinamiento y que el día a día de los españoles ha vuelto a ser algo similar al de antes, deporte y afición se han unido paulatinamente. Partidos importantes, encuentros donde se deciden títulos... Un sinfín de citas que han acabado en aglomeraciones y que obligan a establecer un protocolo que evite cualquier contagio. Más todavía cuando España está viviendo constantes rebrotes por todo el territorio nacional.
Este mes de julio se producirá el primer reencuentro en España de futbolistas en el césped y aficionados en la grada. Será en Extremadura y servirá de prueba para el resto de eventos que se preparan para el futuro, especialmente el que podría celebrarse en Cibeles si el Real Madrid se alza con La Liga.
Un experimento clave y que choca con imágenes vistas estas últimas semanas donde los aficionados burlaban las medidas sanitarias para celebrar o acercarse a sus jugadores.
La incongruencia de Extremadura
El fútbol extremeño será el primero del país en permitir a sus aficionados entrar en un estadio y animar desde las gradas. Sin embargo, no tendrá prácticamente ninguna similitud con lo vivido en los meses anteriores a la pandemia del coronavirus. Habrá un estricto protocolo sanitario a cumplir y un aforo mucho menor al habitual.
La simple noticia de que la Junta diera luz verde a la asistencia de público ya se celebró. Un acuerdo alcanzado después de que se reuniera tanto la Federación autonómica, como la Dirección General de Deportes y la Dirección General de Salud Pública.
Gracias a este anuncio, entre el 18 y el 19 de julio se celebrarán dos partidos en el mismo estadio de Mérida para pelear por el ascenso a Segunda B. El aforo total será de 2.500 butacas con un reparto de 1.250 para cada conjunto que dispute el encuentro. Además, la grada estará dividida en diferentes zonas y, según dónde esté situado el asiento, se deberá acudir al estadio a una hora u otra.
En este protocolo no faltan tampoco los controles de temperatura, la obligatoriedad de la distancia interpersonal y el seguimiento para evitar que en cualquier zona del recinto se produzca cualquier aglomeración. En definitiva, será la primera prueba para el fútbol del futuro y las posteriores celebraciones que puedan realizar los aficionados.
La incongruencia de esta medida está en la situación que vive tanto España en su conjunto como Extremadura en su particularidad. La Junta ha optado por establecer como obligatorio el uso de mascarillas en la vía pública tras varios rebrotes. Una medida para evitar la propagación del coronavirus y que choca con el riesgo de ser los primeros de abrir un estadio para los aficionados.
Cibeles se prepara para La Liga
El Real Madrid está muy cerca de proclamarse campeón de La Liga. Su ventaja con respecto al Barcelona le ha permitido tener en su mano la competición liguera después de años de sequía. El nivel que están dando los de Zidane es muy alto y las opciones de acabar tropezando en el torneo doméstico son remotas.
Como ocurre con todos los títulos que levanta el club merengue, la celebración junto a sus aficionados parece algo complicado de evitar dado el gran número de seguidores con el que cuenta la entidad. Por ello, ese momento en el que la plantilla blanca muestre el trofeo por la ciudad está bajo análisis.
Ayuntamiento y la Comunidad trabajan para establecer unos controles determinados en la zona de Cibeles, o frente a las sedes de ambas instituciones, para evitar que se produzca cualquier aglomeración de seguidores o simples curiosos. El Real Madrid, sin embargo, ha pedido que nadie acuda porque no habrá celebración.
Martínez-Almeida, alcalde de la capital, reveló que ya están estudiando un protocolo para blindar Cibeles y que no se produzcan imágenes habituales en otras temporadas cuando se agolpan miles de seguidores allá por donde pasa el autobús del Real Madrid. Sin embargo, aseguró que no se baraja ninguna prohibición dura.
"Ganar una liga siempre es motivo de celebración (...). Pero siendo conscientes de la situación en la que vivimos y de las limitaciones que vamos a tener desde el Ayuntamiento para hacer una celebración como todos los que ganan un título quieren hacer", informó el Alcalde.
Los antecedentes hacen saltar las alarmas
Durante estas últimas semanas los aficionados no han dado ejemplo de cómo comportarse en una situación excepcional. Y no solo en el mundo del fútbol, donde recientemente ha habido imágenes que han llevado a los políticos a pedir responsabilidad.
Ya cuando la ACB celebró su Fase Final Excepcional en Valencia, y tras un histórico triunfo del Baskonia, aficionados del conjunto vasco salieron a las calles de Vitoria a celebrar el título. Abrazos, aglomeraciones y una serie de irresponsabilidades que acabaron con un detenido y varios ertzainas heridos.
A esas imágenes se han sumado otras en el mundo del fútbol y que afectan a hinchas del Sevilla o, de mayor actualidad, del Cádiz. Los primeros vieron como sus seguidores acudían a los aledaños del estadio para acompañar al autobús del equipo.
Más grave fue lo ocurrido en Cádiz, donde dos días consecutivos se olvidaron las medidas sanitarias para celebrar el ascenso a Primera División. Unos actos que obligaron al alcalde de la ciudad, 'Kichi', a pedir a sus conciudadanos que celebraran únicamente en los bares o en los balcones. Igualmente, Fernando Simón ha respondido a la polémica criticando esas concentraciones.
Con el final de las competiciones nacionales, sobre todo aquellas que levantan mayor interés entre los aficionados, se pondrá de manifiesto el nivel de concienciación de parte de la población. Además, los protocolos establecidos por las diferentes autoridades pasarán examen sobre su eficacia. Extremadura será la prueba y Cibeles el gran examen.
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