Primero fue el Paris Saint-Germain y ahora el Manchester City. Los ricos se vuelven a salir con la suya y la UEFA recibe un duro golpe que afecta de lleno a la credibilidad de su Fair Play Financiero (FFP). Parece que clubes como ellos resbalan ante las restricciones del sistema de control financiero del máximo organismo continental, que ha fracasado de lleno en su castigo más duro jamás dictado.
A comienzos de año se conocía que la UEFA castigaba al City por camuflar fondos de capital como ingresos de patrocinadores. Es sabido el dineral que percibe la entidad inglesa por parte de los Emiratos Árabes, de donde es su poderoso dueño y a la vez magnate. Por ello, se dictaminó que sería excluido de competiciones europeas durante dos temporadas (a partir de la 2020/2021) y, además, debería pagar 30 millones por obstaculizar deliveradamente la investigación de la UEFA.
El City recurrió al Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS), aunque casi todo el mundo estaba convencido de que, como mínimo, el club de Manchester debería cumplir al menos un año de castigo. Nada más lejos de la realidad. La multa se reduce a 10 millones de euros y no habrá castigo alguno deportivamente hablando. Y eso que el TAS reconoce que ha habido un incumplimiento del FFP, pero no lo suficiente como para sufrir un castigo tan 'desproporcionado' como el ordenado por la UEFA.
El jeque del Manchester City
El TAS determinó en su resolución que los cargos de financiación ilegal y ocultamiento de información "no estaban suficientemente probados o han prescrito". La UEFA, que se daba por enterada a través de un comunicado, todavía podría apelar la decisión ante el Tribunal Penal Federal Suizo, pero sin demasiadas esperanzas puesto que tiene un porcentaje muy reducido de éxito en las apelaciones.
El City, como el PSG
Victoria para el City, como lo fue para el PSG cuando la UEFA, en su caso, pasó por alto el desorbitado desembolso por los fichajes de Neymar y Mbappé y luego el TAS tirara abajo la investigación abierta al club francés ya que consideraba que la UEFA no podría reabrir un caso que ya había sido juzgado. Otra vez un 'club-estado' (como se les denominó en su 'nacimiento') sale impune gracias a su poder tanto político como económico.
La sensación que deja esto es que equipos como el City son intocables y tienen libre albedrío pese a las normas y restricciones que hay. Mientras tanto equipos de otros países del continente, como Turquía o Grecia, e incluso equipos españoles son más fáciles de sancionar. El problema parece estar en la incapacidad de la UEFA en sus investigaciones y la falta de un sistema más fuerte para combatir estas denuncias.
Impunidad para los más poderosos, algo de lo que se empiezan a cansar el resto de clubes. Sin ir más lejos, en la Premier League, hasta ocho clubes escribieron al TAS apoyando el castigo de la UEFA. En Inglaterra se acusa al City se saltarse las normas sin miramientos y de manera desleal.
El logo de UEFA en uno de los edificios de su sede en Nyon
La UEFA se está viendo limitada para castigar a los clubes-estados. Tanto en la investigación como en la aplicación del Fair Play Financiero. Los equipos más poderosos se ven capaces de derrotar el sistema de control del organismo que preside Aleksander Ceferin y algo debe cambiar.
Un problema de proceso
Javier Tebas, presidente de LaLiga, que ya puso el foco en PSG y City desde hace unos años atrás, lamentó tras conocerse la decisión del TAS el funcionamiento de este: "Tenemos que reevaluar si el TAS es el organismo adecuado para apelar las decisiones institucionales en el fútbol. Suiza es un país con una gran historia de arbitraje, el TAS no está a la altura", señaló en medios ingleses este mismo lunes.
Se aplaude la actuación de la UEFA: "La UEFA finalmente está tomando medidas decisivas. Hacer cumplir las reglas de Fair Play Financiero y castigar el dopaje financiero es esencial para el futuro del fútbol", argumentó también Tebas.
Ahora la UEFA deberá cambiar su modo de actuación. Que investigar a los clubes no sea una odisea con faltas de pruebas, obstaculización de los propios clubes y delitos 'prescritos' que no pueden ser juzgados. Un problema de proceso que ha sacado las castañas del fuego al City esta vez.
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