FIFA y UEFA pusieron todas las facilidades del mundo para que el fútbol pudiera tener un final digno durante la pandemia. Tras el parón por el coronavirus, cambió sus normas para promover más descanso tales como la flexibilidad para acabar la temporada más allá del 30 de junio, permiso a los equipos para ampliar los contratos de los jugadores que lo acababan en esa fecha y, sobre todo, ampliar el número de sustituciones por partido hasta las cinco.
Este miércoles el máximo organismo del fútbol mundial ha ampliado la vigencia de esta norma hasta el final de la próxima temporada. De esta forma, durante la 2020/2021 las ligas podrán establecer que los clubes puedan seguir haciendo cinco cambios en los partidos.
Esto se justifica a partir del escaso descanso que existirá entre el fin de una temporada y el inicio de la siguiente. Muchos clubes van a tener problemas para dar las vacaciones establecidas en los convenios. La celebración de la Champions League durante el mes de agosto va a hacer muy difícil esta cuestión para los que lleguen a las últimas rondas, por lo que es la manera que ha encontrado FIFA para hacer la transición hasta la normalidad que imperaba antes del paso del Covid-19 por nuestras vidas.
La nueva norma de permitir cinco sustituciones por equipo en cada partido ha sido uno de los temas que más debate ha generado esta temporada, ya que cada entrenador y cada club tenían una opinión distinta sobre como afectaría esto a sus equipos en función del nivel de sus plantillas.
UEFA y FIFA pretendían intentar reducir los riesgos de cansancio de lesión ya que, al jugar tantos minutos tan seguidos y en condiciones climatológicas adversas, se hacía peligroso retomar la temporada en semejantes condiciones. El calor asfixiante del verano podía provocar que las lesiones se multiplicasen en unos jugadores extenuados en este sprint final de liga.
Controversia entre los técnicos
Sin embargo, ha habido algunos técnicos que no han visto bien esta medida desde el inicio de la competición. Unos, porque consideraban que sus rivales, generalmente inferiores, iban a poder controlar mejor el cansancio y el desgaste, resistiendo con mayor éxito el asedio constante del equipo grande.
No obstante, los técnicos de los equipos pequeños afirmaban lo contrario, ya que serían los conjuntos grandes con plantillas amplias y de calidad lo que salían beneficiados al poder contar con un mayor abanico de opciones de gran talento para intentar resolver los partidos.
Al final, fue una de las decisiones que se tomó en el mundo del fútbol para preservar la salud de los jugadores y permitir a los entrenadores dosificar mejor a sus plantillas, fueran largas o cortas, y así intentar que la temporada terminara de la mejor manera posible. La decisión de prorrogar un año más esta medida se debe también a este principio de cansancio y lesiones que perseguirá a los clubes el próximo año.
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