El Barcelona tenía un partido crucial en el Camp Nou. Los blaugranas tenían que ganar sí o sí para seguir peleando por La Liga. Siempre y cuando, y esta era condición fundamental, el Real Madrid no sumara los tres puntos en su partido ante el Villarreal.
Pese a la tensión que debía haber tanto entre los jugadores escogidos para el once inicial, como para los que se encontraban en la grada observando a sus compañeros, entre los jugadores del Barça no reinó un entusiasmo destacable. De hecho, Arthur Melo dio mucho que hablar en redes sociales por unas imágenes captadas por la televisión.
El jugador brasileño del Barcelona no se mostró especialmente concentrado durante el partido del conjunto catalán ante Osasuna. Arthur, que estaba en la grada ataviado con su mascarilla, tuvo algún que otro momento de bostezar mientras observaba a sus compañeros.
En parte, los gestos podían deberse a que el equipo no arrancó de la mejor manera. El cuadro de Quique Setién no salió enchufado desde el inicio y le costó coger el ritmo. Para redondear esa mal entrada al encuentro, recibieron un tanto en contra a los 15 minutos de juego gracias a un disparo afortunado de José Arnáiz.
El futuro de Arthur
El brasileño tiene los días contados en la entidad catalana. A pesar de ser una de las grandes apuestas del club, Arthur saldrá rumbo a la Juventus una vez concluya la presente campaña. Un traspaso que en realidad es una especie de intercambio y cuya principal razón es la necesidad del Barça de obtener ingresos para ajustar sus cuentas.
Arthur jugará en la Juventus a cambio de 72 millones de euros que deberá pagar el equipo en el que milita Cristiano Ronaldo. A esa cifra habrá que sumar otros diez millones como prima por variables. Su llegada cubre la marcha de Pjanic, que vestirá la elástica blaugrana.
El brasileño, que apenas tiene 23 años, renovará considerablemente la plantilla de una Juve algo envejecida. De esta manera, el Barça despide a uno de sus grandes proyectos y que estaba llamado a sustituir a Xavi Hernández. No por raíces, como es evidente, pero sí por ese estilo de juego que le caracterizaba.
Tensión con la directiva
Esta operación no gustó en absoluto a la plantilla del Barcelona. Arthur tenía una buena relación con sus compañeros y su llegada en 2018 se había vendido como un refuerzo de lujo pensando en el futuro. Messi, peso pesado del equipo tanto en el vestuario como en la toma de decisiones, apoyaba su continuidad en el equipo.
Por ello, la decisión de Bartomeu de involucrarle en un traspaso que no hará más que envejecer la plantilla blaugrana no se vio con buenos ojos. Aunque se pueda ver como una opción también para que Riqui Puig tenga más importancia, la realidad es que en Can Barça solo se puede medir las consecuencias económicas de lo que está suponiendo el paso de esta directiva por el club.
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