La parada de Iker Casillas a Robben que salvó a España en la final del Mundial

La parada de Iker Casillas a Robben que salvó a España en la final del Mundial EFE

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Iker Casillas, 'El Santo' que tocó el cielo con el Real Madrid y la Selección cuelga los guantes

El guardameta pone fin a su carrera profesional tras 22 años jugando al máximo nivel, con muchas vivencias, éxitos e imágenes para el recuerdo, además de un final amargo.

4 agosto, 2020 23:42

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Iker Casillas ha decidido poner punto y final hoy a su trayectoria como futbolista con una emotiva y desgarradora carta que ha hecho pública a través de sus redes sociales. El mítico portero español ha decidido tomar esta decisión, consensuada y meditada al milímetro, tras 22 años de carrera profesional, más de mil partidos oficiales y un sinfín de recuerdos tanto con el Real Madrid, como en la selección española y en su última etapa en el Oporto donde también supo disfrutar del fútbol.

El potero español que hoy dice adiós mira con perspectiva en el tiempo a aquel chaval que debutó en San Mamés el 12 de septiembre de 1999 y que permaneció en la élite hasta el año 2019, cuando uno de los momentos más duros de su vida le apartó del fútbol para siempre hasta el punto de obligarle a retirarse fuera de un estadio y en medio de una pandemia sanitaria que ha creado la temporada más inverosímil que se recuerda.

Por el camino, infinidad de buenos momentos vividos y un amplio palmarés adornado con 23 trofeos, los más importantes y representativos que se pueden lograr en el mundo fútbol, y que muchos han tenido el placer de levantar al ser capitán de sus equipos.

Iker Casillas, durante un acto

Iker Casillas, durante un acto REUTERS

La trayectoria de Iker Casillas en el fútbol mundial, no solo a nivel nacional, le ha hecho ser considerado como uno de los mejores porteros de la historia no solo por sus milagros, sino también por su carisma, por esa imagen humilde e impoluta que transmitía, por su sencillez y por representar siempre los valores que engrandecen al deporte y que convierten en leyenda los equipos en los que ha estado, siendo bandera y estandarte de todos ellos.

Más allá de su rendimiento profesional, que durante gran parte de su carrera fue excelso, Casillas ha conseguido dejar un poso de buen hacer en el fútbol, siendo reconocido por compañeros y rivales, grabando su nombre con letras de oro en la historia del deporte como uno de los más grandes de todos los tiempos.

Los inicios de Iker

Iker Casillas es sinónimo de madridismo porque lo ha conocido desde que era muy pequeño. El guardameta se crió en la cantera del equipo blanco a la que llegó con tan solo 9 años, en la temporada 1990/1991.

Casillas, durante su etapa infantil en el Real Madrid

Casillas, durante su etapa infantil en el Real Madrid Instagram (ikercasillas)

Desde ese día comenzó un camino histórico en el club más importante y exigente del mundo, pero también el que otorga unos valores singulares que ayudan a crecer y a formarse. El propio Casillas ha reconocido en multitud de ocasiones que gran parte de lo que es y de lo que ha conseguido es gracias al Real Madrid, al que siempre estará agradecido por situarle en el camino próspero de la vida.

El guardameta blanco, que por aquel entonces solo era Iker, un joven de Móstoles, fue creciendo y madurando en la Ciudad Real Madrid mientras veía cómo sus ídolos llevaban la camiseta que un día le gustaría llevar a él. Sin embargo, el discurrir de Iker por la cantera del Real Madrid fue muy corto, ya que el talento precoz de un portero sobresaliente le hicieron volar alto en muy poco tiempo. Con tan solo 16 años, 7 más tarde de su llegada al club, ya se encontraba en el Juvenil A y convocado por el primer equipo del Real Madrid.

Aquel mítico viaje de Casillas a Rosenborg con el equipo que ganaría la Séptima fue el principio de un camino glorioso para Iker, a pesar de que aquella mañana tuviera que salir corriendo de su clase del instituto para poder llegar a tiempo a coger un vuelvo para entrar en una convocatoria de Champions. Las bajas de Illgner y Contreras provocaron que Santi Cañizares fuera el portero titular del Real Madrid aquel día y que Casillas estuviese en el banquillo horas después de haber estado sentado en el pupitre de su clase.

Casillas, en el banquillo durante su primer partido con el Real Madrid

Casillas, en el banquillo durante su primer partido con el Real Madrid Instagram (ikercasillas)

La carrera de Casillas ya había echado a andar. La temporada siguiente, siendo integrante del Real Madrid C, segundo filial del equipo blanco por aquel entonces, el portero fue convocado con tan solo 17 años por la selección española para disputar el Mundial sub20 del año 1999, convirtiéndose en uno de los mejores jugadores del torneo y en pieza clave para que el combinado nacional se alzase con el título.

Ese mismo año, el 12 de septiembre de 1999, Casillas debutó con el Real Madrid en Primera División, en un partido de La Liga en La Catedral frente al Athletic de Bilbao. San Mamés, con aquel 2-2, vio nacer a uno de los mejores porteros de la historia, que pronto comenzó a batir récords y a dejar actuaciones memorables para el recuerdo.

Ese mismo año, Iker recibió el Trofeo Bravo como el mejor futbolista joven de Europa, después de haberse convertido en el portero más joven de la historia en jugar y ganar una final de Champions, sumando así el primer gran título de su carrera. Casillas ya fue un integrante La Octava del Real Madrid.

Su etapa en el Real Madrid

A partir de ese año, la continuidad de Iker Casillas en el Real Madrid estuvo clara, convirtiéndose en uno de los baluartes del equipo a pesar de su juventud. En el Real Madrid se instaura la época de Los Galácticos, también conocidos como los 'Zidanes y los Pavones', donde el club realiza fichajes de mucha importancia e Iker, recién salido de su barrio de Móstoles, consigue compartir vestuario con jugadores de la talla de Ronaldo, Zidane, Figo, Raúl, Roberto Carlos o Beckham.

Iker Casillas

Iker Casillas

Un chico de la casa, como el propio capitán Raúl, se convertía en el guardián de la meta de una constelación de estrellas que dejó grandes tardes para el recuerdo a pesar de que no pudo traducir su dominio en grandes títulos.

Aun así, durante esos años, Casillas comenzó a formar un excelso palmarés ganando dos ligas, dos Supercopas de España, una Champions, una Supercopa de Europa y una Copa Intercontinental. La primera etapa de Florentino Pérez se cierra con cierto éxito deportivo, pero sobre todo con la sensación de que el Madrid había dado un gran paso en su historia, un salto evolutivo similar al que había dado con Santiago Bernabéu y que le hacía situarse en la cúspide del fútbol mundial.

Foto de Iker Casillas con 'Los Galácticos'

Foto de Iker Casillas con 'Los Galácticos' Instagram (Ikercasillas)

Iker fue creciendo en su importancia en el club hasta convertirse en un estandarte auténtico, siendo el relevo generacional de los Raúl, Hierro y compañía, y abanderando una segunda generación de éxito. Aun así, durante esos años, el club blanco, y por ende Casillas, consiguió sumar a su palmarés dos Ligas más y una Supercopa de España.

Casillas ya se había convertido, por descontado, en el mejor portero del mundo, alcanzando un rendimiento excelso en el club y provocando que muchos hablaran de él como el mejor portero de la historia, a la altura de nombres como el de Dino Zoff o el de su 'enemigo' en el campo, Gianluigi Buffon. Iker era un referente absoluto bajo los palos tanto en el Real Madrid como en la selección española, por lo que no paró de acaparar premios y reconocimientos que engrandecían su leyenda y que creaban una carrera única.

Sin embargo, la mejor etapa de Iker Casillas estaba aún por llegar. Sus triunfos con la selección española le hicieron dar un salto de calidad y mentalidad que trajo consigo una versión de Casillas mucho más determinante y decisiva, encarnando a la perfección ese papel de 'Santo' que con tanto esfuerzo se había ganado a base de milagros bajo los palos.

Desde el año 2008 hasta el año 2012, Iker alcanzó la perfección en la portería del Real Madrid, siendo uno de los jugadores más determinantes del equipo y acaparando distinciones individuales sin discusión. Casillas era nombrado año tras año como el mejor portero del mundo, entraba en todas las quinielas como candidato al Balón de Oro y fue decisivo en una de las etapas más doradas de su carrera.

Sin embargo, la edad comenzaba a hacerse notar y el rendimiento de Iker fue poco a poco decreciendo. A pesar de que su nivel seguía siendo bueno, la exigencia de un club como el Real Madrid y de un entrenador como Mourinho, fichado para recuperar el sitio perdido que el Barcelona le había robado al Madrid en España y en Europa, provocó que la historia de amor que habían vivido hasta entonces Casillas y el Real Madrid se fuera erosionando en cierto modo.

Marcelo y Casillas, en el Real Madrid

Marcelo y Casillas, en el Real Madrid EFE

A esto se unió la llegada de otros porteros como Diego López o Keylor Navas que consiguieron hacer competencia a la leyenda española, lo que terminó por desencantarse con el Santiago Bernabéu. Aun así, Iker aguantó la etapa de Mourinho en el Real Madrid y de Carlo Ancelotti, en la que tras la salida de Diego López vuelve a recuperar protagonismo.

Sin embargo, Casillas decidió que su periplo en el Madrid estaba terminado, que había sido mucho tiempo de esfuerzo y dedicación y que la presión le pasa factura a todo el mundo. La exigencia continua del club más grande de la historia, y unos últimos años donde la situación fue demasiado crispante, terminaron haciendo que Iker tomara la decisión de salir.

Iker se marchó del Real Madrid tras 15 temporadas en las que ganó cinco Ligas, tres Champions League, dos Copas del Rey, dos Copas intercontinentales entre otros grandes trofeos, además de convertirse en un símbolo del club para siempre gracias a sus 725 partidos con la camiseta del Real Madrid.

Iker Casillas, en su despedida del Real Madrid

Iker Casillas, en su despedida del Real Madrid

Su llegada al Oporto

Tras su salida del Real Madrid, Iker meditó durante mucho tiempo cual debería ser su nuevo destino, ya que no quería a un conjunto que fuese un rival directo del equipo blanco, especialmente en España. Sin embargo, tampoco quería marcharse a una liga menor que le ofreciese un retiro dorado en el que engrosar su cuenta corriente, por lo que encontró en el Oporto su lugar perfecto, un club histórico de Europa, por debajo del Real Madrid, fuera de España pero sin marcharse muy lejos de casa.

Iker se marchó a Portugal donde ha terminado pasando cuatro temporadas y donde también ha cosechado títulos, buenas actuaciones y donde ha dejado también un gran recuerdo y una estela de buenas sensaciones, ya que para el conjunto portugués significó mucho que todo un campeón del mundo decidiese poner fin a su carrera en Do Dragao.

Oliver Torres e Iker Casillas, en el Oporto

Oliver Torres e Iker Casillas, en el Oporto EFE

Con el conjunto luso consiguió disputar un total de 156 partidos y levantar cuatro títulos, con dos ligas de Portugal, una Supercopa y una Copa. Iker ha permanecido allí contento y tranquilo hasta que la vida le dio un susto demasiado fuerte que ha terminado por poner un final abrupto y muy amargo a su carrera.

El 1 de mayo de 2019, Casillas sufrió un infarto de miocardio por el que tuvo que ser hospitalizado y comenzar una lenta recuperación que le obligó a dejar lo que más quería, al menos de forma temporal. El que fuera portero de Real Madrid, Oporto y selección española ha estado luchando por volver, pero sin obsesionarse, sabiendo que su vida y su trayectoria ya estaban hechas, y que solo las ganas de jugar eran el motivo por el que intentarlo, pero sin poner en riesgo su salud.

Casillas, en Do Dragao

Casillas, en Do Dragao

Por eso, tras mucho tiempo de reflexión y tras haber podido celebrar una copa más con el Oporto aunque fuera vestido de calle y desde el campo, Iker ha decidido poner un punto y seguido en su vida dejando el fútbol profesional.

Un tiempo dorado en la selección

Si la trayectoria de Casillas ha sido exitosa a nivel de clubes, con la Selección no se ha quedado atrás. Iker ha sido el líder de una Selección que ha hecho historia, aunque también ha vivido sus momentos difíciles. Para lo bueno y para lo malo, Casillas siempre ha sido un líder en el combinado nacional, en tiempos de éxito y en tiempos de derrota, en tiempos de buen rollo y en tiempos de tensión, una labor silenciosa, a veces comprometida y que como en todos los aspectos de la vida, le ha provocado cometer errores, pero siempre desde la buena intención.

Iker es el jugador que más veces se ha puesto la camiseta de la selección española hasta el momento con un total de 126 internacionalidades. La primera de ellas llegó en junio del año 2000, en Gotemburgo, Suecia, en un partido amistoso contra la selección sueca que terminó con un resultado de 1-1. Tuvo que esperar unos meses hasta debutar en partido oficial, en septiembre, contra Bosnia, en un encuentro que la Selección ganó por 1-2.

Casillas durante el Mundial de Corea y Japón

Casillas durante el Mundial de Corea y Japón Instagram (ikercasillas)

La primera gran cita de Iker con el combinado nacional llegó en el Mundial de Corea y Japón de 2002, cuando el portero del Real Madrid accedió a la titularidad tras un problema surgido antes de la competición a Santiago Cañizares. Casillas dejó una actuación para el recuerdo, tal y como había hecho unos meses antes en la final de La Novena, destacando su partido de octavos de final contra Irlanda en el que detuvo dos penaltis en la tanda. España quedó apeada de ese Mundial tras un polémico arbitraje frente a la anfitriona Corea.

Después de aquella cita llegaron los momentos más críticos de la Selección con las decepcionantes participaciones en la Eurocopa de Portugal de 2004 y el Mundial de Alemania 2006. Tras la competición en suelo germano, llegó una profunda reestructuración del combinado nacional llevada a cabo por el seleccionador Luis Aragonés, el cual convirtió a Casillas en el auténtico líder de aquel equipo.

Con la mano de Luis y un estilo inconfundible, España vivió los momentos más dorados de historia con tres triunfos consecutivos en la Europa de 2008, el Mundial de 2010 y la nueva Euro del año 2012. Por aquel entonces, Iker era el mejor portero del mundo sin discusión alguna, además de uno de los grandes líderes de uno de los mejores equipos de la historia del fútbol.

El nivel alcanzado en partidos como los cuartos de final ante Italia o las semifinales ante Rusia de la Eurocopa 2008, la final del Mundial frente a Holanda en 2010 o los cuartos de final frente a Francia en la Eurocopa de 2012 elevan a Casillas al Olimpo del fútbol, catapultándole como uno de los mejores de todos los tiempos, sin rival alguno en su propia época bajo los palos.

Iker Casillas levanta el título de la Eurocopa 2012

Iker Casillas levanta el título de la Eurocopa 2012 EFE

Tras aquella época gloriosa, llegó la vuelta a los infiernos, que comenzó en la Copa Confederaciones 2013 y que tuvo su mayor ejemplo en el Mundial de Brasil de 2014. Allí, España cuaja una actuación malísima en la que Iker no está especialmente bien, quedando como uno de los grande señalados tras aquella debacle. Su mal momento en el Real Madrid se reflejó también en el combinado nacional, lo que provocó que poco a poco, su participación se fuera diluyendo hasta significar los últimos minutos de Casillas con la camiseta de la selección española.

El adiós de una leyenda

Iker Casillas ha puesto punto y final a una trayectoria excelsa, la de uno de los mejores porteros en la historia del fútbol. Además, ha sido el símbolo de una generación que ha crecido viendo los milagros de Iker, ya fuera con la camiseta del Real Madrid o de la selección española.

Cada aficionado al fútbol tiene guardado en la retina una imagen, o una parada del mítico portero, una de esas actuaciones que le llevaron a ganarse a pulso el apodo de 'Santo'. Nadie olvidará jamás su exhibición en Glasgow para ganar La Novena tras el golazo de Zidane de volea y la lesión de César Sánchez, o las míticas paradas al Sevilla, casi calcadas, como dos apariciones divinas en el Pizjuán.

Iker Casillas y Xavi Hernández (2012)

Iker Casillas y Xavi Hernández (2012)

Son muchas las imágenes icónicas que ha dejado el legendario portero a lo largo de una carrera tan exitosa como extensa, y que ha tenido un final tan triste como este, el despedirse del fútbol lejos de un terreno de juego, con una enfermedad grave que le hizo parar y con una pandemia que ha detenido por completo el fútbol y que ha vaciado los estadios, lo que ha impedido que su propia afición le dé una última ovación de cariño y aliento.

Iker ha sido un personaje atípico durante toda su carrera. Un galáctico de andar por casa que mereció más reconocimientos de los obtenidos, que nunca creyó en la fortaleza física del trabajo excesivo en el gimnasio, que confió en un talento natural y un don que no se ha visto en otro portero en la historia.

Iker Casillas durante un partido con la selección

Iker Casillas durante un partido con la selección Instagram (ikercasillas)

Ha atravesado etapas históricas donde era absolutamente imbatible con otros momentos en los que estuvo cuestionado y en los que fue rechazado por una parte de la afición que no entendió algunos de sus comportamientos que, a pesar de no estar hechos con mala intención, quizás no estuvieron del todo acertados.

Más allá de rifirrafes con entrenadores, con bajones de nivel y con circunstancias que no son ajenas a una carrera tan extensa, Casillas ha dejado un recuerdo imborrable en la historia del fútbol y en la historia del Real Madrid, porque será para siempre un trocito del recuerdo de muchos aficionados, un pedacito del escudo más grande de la historia del deporte.

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