El Consejo Superior de Deportes ha movido ficha para el regreso seguro del deporte no profesional. La demanda que se venía haciendo desde estas categorías, y en especial las del fútbol considerado no profesional, se ha atendido. El organismo liderado por Irene Lozano ha elaborado un protocolo "para todo el deporte no profesional" y que tiene como objetivo "no dejar a nadie fuera".
Por el momento solo se trata de un borrador, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, y que está compuesto por 37 páginas con recomendaciones y medidas obligatorias a cumplir en las diferentes disciplinas deportivas a las que se dirige. El borrador ha sido trasladado a las Comunidades Autónomas y el objetivo es que estas, conocedoras de la situación en sus respectivos territorios, puedan aportar ideas y modificaciones al texto enviado por el CSD. El viernes habrá reunión con el Ministro y la próxima semana se prevé que esté cerrado el protocolo tras el análisis de las Comunidades.
Denominado como "protocolo armonizado de actuación para la vuelta de competiciones oficiales de ámbito estatal no profesional de categoría absoluta", busca ser la "referencia y común denominador" para que haya un desarrollo "justo y equitativo" de todas las competiciones deportivas no profesionales. El protocolo influiría a numerosas ligas federativas y varios deportes más.
Liga Iberdrola, Segunda B y Tercera División, LEB, División de Honor de fútbol sala y las máximas categorías del baloncesto femenino, baloncesto masculino en silla de ruedas, balonmano masculino y femenino, voleibol femenino y masculino, waterpolo masculino y femenino, hockey hierba masculino y femenino, hockey patines masculino, rugby masculino y femenino y balonmano masculino y femenino.
A ellas se suman competiciones de gran impacto como el Campeonato de España de velocidad en motociclismo, nacional de rallies y otros eventos de relevancia internacional en el tenis, el ciclismo o el motor. Además, servirá también para la preparación Olímpica y Paralímpica de los Juegos Olímpicos de Tokio.
Todas deberán utilizar este protocolo, una vez sea aprobado con la colaboración de las CCAA, y complementarlo con el aprobado por sus respectivas federaciones. El CSD es rotundo: tiene que existir un "comportamiento colaborativo" y de "entendimiento" entre todos los protagonistas para poder seguir adelante.
Jugar es asumir un riesgo
El CSD, en este borrador, reconoce y subraya en varias ocasiones que el hecho de que los deportistas decidan involucrarse en el mundo del deporte es asumir un riesgo voluntario. Y es que es "imposible" establecer un entorno "completamente libre de riesgos" y se asume "libre y voluntariamente" que competir implica "riesgo de contagio". Por ello, se habla de un "principio de autorresponsabilidad" y de "voluntariedad" que posteriormente deben reconocer los jugadores y trabajadores firmando un documento específico.
Es decir, todos los que forman parte del deporte no profesional son los responsables de, con sus acciones, mantener un entorno seguro tanto en el ámbito deportivo como en el familiar. Es su "deber", al igual que el de clubes y entidades federativas, velar por el cumplimiento de las normas sanitarias establecidas por las autoridades pertinentes. La "autorresponsabilidad" también obliga a comunicar cualquier síntoma de la Covid-19.
Para cumplir estas expectativas se dan recomendaciones tanto para el día a día como para el desarrollo de entrenamientos y competición. Estas no son nuevas, sino que ya se conocían tras el regreso a la competición en las primeras semanas después del confinamiento. Entre las peticiones a los deportistas y trabajadores se habla de un distanciamiento social en el ámbito familiar, la obligatoriedad de llevar mascarilla o estar informado sobre posibles contagios cercanos.
A nivel de entrenamientos, se mantienen medidas de prevención que ya estaban en el ámbito familiar y se suman otras como la constante desinfección de las instalaciones, guardar cierta distancia en el vestuario e, importante, no mezclar la ropa de entrenamiento con la de calle. Toda esa ropa debe ser guardada en bolsas, al igual que el calzado, para evitar cualquier riesgo externo a las instalaciones. A la hora de competir, igualmente se reincide en el no tener contacto con el equipo rival más allá de la pista, entre otros.
Encargados de controlar
Este protocolo incluye novedades importantes. Y es la de la creación de varios puestos de responsabilidad que serán los encargados de hacer cumplir el propio protocolo. Figuras que durante los últimos meses, cuando se han finalizado competiciones como el fútbol sala, no existieron. Durante los playoffs, tal y como reveló EL ESPAÑOL, apenas hubo control y se cometieron irregularidades que pudieron haber provocado contagios.
Los cargos que establece el CSD son tres. Uno será el Delegado del Cumplimiento del Protocolo (DCM). Lo nombra cada equipo y debe tener un "prestigio" y "autoridad" suficientes para asegurarse que los miembros del club cumplen las medidas preventivas. Este asumirá la responsabilidad de varios equipos del mismo club, si existieran.
Al DCM le sigue el Responsable de Higiene (RH), nombrado por el equipo que juegue como anfitrión. Esta figura debe conocer a la perfección el funcionamiento del pabellón y sus instalaciones, pues será el encargado de mantener desinfectado y libre de la Covid-19 el recinto deportivo. Será el que analice el protocolo de entrada al pabellón y tendrá que estar informado sobre la situación epidemiológica de la localidad.
Por último, surge el Jefe Médico, complementario a los otros dos cargos. Forma parte de cada Federación deportiva y es el encargado del "control estrictamente sanitario". Trabajará coordinado con los médicos de cada club y tendrá que elaborar un control de incidencias sanitarias que será reportado a las autoridades. Tras los informes de cada una de estas figuras, se trasladará la información a la Federación y, si tiene una cierta gravedad, se dará parte al CSD y autoridades competentes. Sin embargo, es decisión de la Federación en cuestión aportar esa información a otras instancias.
Claves del protocolo
El protocolo no tiene ninguna indicación de cómo se va a gestionar a nivel económico la aplicación del protocolo. Es una de las grandes incógnitas que preocupaban a los clubes participantes, muchos de ellos atemorizados por no verse capacitados para realizar tal inversión. Pese a ser un borrador y estar abierto a modificaciones por parte de las CCAA, en esta versión no existe ningún término económico.
El texto enviado a las regiones incluye un apartado vital para el desarrollo del deporte y que hace referencia a los reconocimientos médicos previos a la competición. Para esta nueva temporada será "de obligado cumplimiento" elaborar un cuestionario médico sobre la Covid-19 antes del inicio de "cada partido/competición" y que será coordinado por el Jefe Médico antes citado. Entre otras preguntas se plantea si se ha estado en contacto con algún contagiado en los últimos 14 días.
El CSD establece que para los casos asintomáticos pero sospechosos por haber tenido un contacto estrecho con un contagio y para los casos leves, se tendrá que realizar "ECG de 12 derivaciones en reposo, espirometría basal, o en su caso, RX de tórax" para ver el estado de los pulmones y si existen infiltraciones. Para los casos graves, se tomarán las mismas medidas sumándole un PCR. Y para las competiciones incluidas en el apartado 5 -nombradas al inicio del artículo-, y que hacen referencia a esas competiciones de élite como la Liga Iberdrola o el fútbol sala, será obligatorio realizar una PCR con 72 horas de antelación al inicio de la competición, a las que se sumarán otras 50 a lo largo de la temporada y que serán realizadas de forma aleatoria.
Seguridad al jugar
Por último, en este extenso documento distribuido como borrador, también se detallan medidas a tomar cuando se esté en plena etapa de competición. El traslado a zonas de competición deberá ser en transportes que estén desinfectados y donde se pueda respetar la distancia de seguridad. En el pabellón deberán existir elementos como el control de temperatura y los puntos para poder desinfectarse las manos. El club tiene la oblación, además, de tener mascarillas y guantes -cinco cajas como mínimo- por si alguien tiene que acceder al estadio de forma excepcional. La posición del ente liderado por Irene Lozano es no permitir aficionados en los pabellones.
El CSD también permitirá que los descansos de los partidos sean más largos, siempre y cuando esa demora esté dentro de una coherencia y se deba a la limpieza de los banquillos y asientos en los que los jugadores de la plantilla que no estén en los banquillos. Los jugadores que estén disputando el encuentro no tendrán la obligación de llevar mascarilla, pero sí los que no estén en el terreno de juego. Los entrenadores, si están dando indicaciones, no. Además, las expediciones deben ser mínimas (no superar tres directivos por club) y respetar la distancia en los banquillos.
Forma de actuar
Si aparece un positivo, el CSD pide aislarle 10 días desde que se toma la muestra y en caso de que no haya tenido síntomas. Si los tiene, el aislamiento se extenderá tres días más una vez haya perdido la fiebre. Si hay algún contacto con un contagiado, este deberá estar 14 días aislado.
En todos los casos, eso sí, se deberá notificar a las Comunidades Autónomas y autoridades pertinentes. Si la competición no puede continuar, serán las Federaciones las encargadas de tomar cartas en el asunto.
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